Vida

De funerales, herencias y cenizas: "Lo raro es vivir"

¿Vida social? La muerte anega las notas de sociedad en periódicos y revistas. Xavi Ayén, en La Vanguardia, describe a la jauría sobre los restos del poeta Panero. Peret, palos en vida y claveles rotos.

30 agosto, 2014 11:27

¿Revista rosa? Ha muerto Peret (79), ha muerto el "Desi" de "Cuéntame", Roberto Cairo (51), ha muerto un sobrino de Felipe González con tan sólo 36 años, Javier González Mejías, y ha muerto el padre de Pilar Rahola, según cuenta en "La Otra Crónica" de El Mundo Pilar Eyre. Arranca la cronista:

"Está rota. En el tanatorio de Badalona, Pilar Rahola velando a su padre muerto. Repite '¡se ha ido mi luz!', y también '¿cómo voy a aprender a vivir sin él?'. Abrazadas, al oído me susurra, 'aún ayer me llamó para pedirme que cambiara el final de mi novela', le tiembla voz, 'y como siempre me dijo, Pilar, ¡no et fiquis en líos!'. Líos es hablar delante de mil personas en Miami sobre los aspectos más terroríficos del islam y sus consecuencias, un tema en el que Pilar ha sido pionera, mientras los demás tocábamos la lira. A su lado, además de su madre, sus dos hijas, la pequeña, una esbelta princesita de las estepas, acaba de llegar de su internado suizo, la mayor, embarazada de un niño que nacerá en enero que se llamará Jordi. Una vida nace. Y otra se va...".

No obstante, el título de la pieza es "La Infanta Elena va a misa en su veraneo en Baqueira".

Rosa rosae. Leopoldo María Panero no murió esta semana, pero sus cenizas, su habitación, su cuenta corriente (donde el Estado le ingresaba una pensión) y sus escasas pertenencias están precintadas por orden judicial. Dos primas con las que no tenía el más mínimo trato reclaman su legado. Es una noticia firmada por Xavi Ayén en La Vanguardia. Escribe:

"¿Quiénes son los herederos de Leopoldo María Panero? Lo tendrá que decidir un juez. El poeta (1948-2014) falleció el pasado 5 de marzo sin testamento. Hay dos primas hermanas –gemelas– que reclaman su herencia –es decir, los derechos de autor– y poder disponer de sus cenizas, que por el momento siguen bloqueadas en el hospital psiquiátrico de Las Palmas donde falleció, así como su habitación, sellada hasta que no se sepa quién tiene derecho a llevarse sus cosas".

Continúa la crónica:

"Cuando Panero murió, la persona a la que llamó el doctor Manchado, que lo atendía, fue su editor, Antonio Huerga, que era su interlocutor habitual, pues la familia no tenía desde hace muchos años ningún contacto con el poeta maldito, cuya enfermedad mental lo convertía en alguien de trato molesto. 'Decidimos incinerarlo el doctor y yo –cuenta Huerga a este diario– y era a mí a quien llamaban cuando se escapaba o cuando se tenía que ir dos o tres días y había que prepararle un tratamiento para que lo llevara consigo. Tenga en cuenta que se tomaba 30 pastillas diarias'. Charo Alonso Panero –que vive en Tenerife, pero que nunca visitó a su primo en el hospital de Las Palmas– ha declarado a Diario de León que ha iniciado el proceso judicial para que la declaren a ella y a su hermana Marisa legítimas herederas. El editor Huerga, sin embargo, quiere hacer valer sus derechos como albacea, pues existe un documento redactado por Panero donde 'prácticamente me encarga la gestión de su legado'.

Treinta pastillas diarias, un trato difícil y un "prácticamente" que augura una dura batalla legal sobre las cenizas del poeta. ¿Tanto "vale" la poesía?

Somos así, aquí, mientras esperamos turno. A los vivos, palo y, ya muertos, flores, muchas flores. Como a Pere Pubill Calaf, tres cuartas partes gitano, una de payo. Claveles rotos y chismes. Se había separado de su esposa Fuensanta y tenía otra pareja, una mujer de nacionalidad brasileña, Roberta, a la que retratan como persona dulce, atenta y discreta. Se ocupó de Peret en el trance de la enfermedad y del traspaso. Y la muerte como espectáculo, pero no "gipsy" sino el de un presidente de la Generalidad cuadrado a los pies del féretro.

Más funerales. El del editor Jaume Vallcorba. Arturo San Agustín da los detalles en uno de esos suplementos abstractos del diario de Godó. Apunta el cronista:

"Más allá de las creencias personales, un funeral como el que pensó para sí mismo Jaume Vallcorba es algo que todos los ciudadanos barceloneses deberíamos agradecer. Y sobre todo la Iglesia. Porque el suyo fue un funeral culto, estimulante. (...) A Jaume Vallcorba quien mejor lo fotografió fue Leopoldo Fomés. Lo fotografió con boina y el resultado fue lo más parecido a un teólogo alemán anterior al concilio Vaticano II".

La parte rosa de la vida está fuera, fuera de lugar, y en gran parte fuera de España. Angelina Jolie y Brad Pitt se han casado. Debe ser la quinta o sexta vez que lo hacen. No invitaron al padre de la "novia", John Voight. En Lecturas, que es imprescindible, explican la primera vez de los famosos. Jolie dice que con su primer novio se practicaban cortes para sentirse más unidos. Un delirio. Shakira, por su parte, confirma que se ha vuelto a quedar embarazada.

Más muerte. Entrevista en la contra de La Vanguardia de Víctor-M. Amela al filósofo experimental Leonardo da Jandra:

"-¿La muerte? Explíquemelo.

-Nunca habrá en el trópico una gran cultura... porque la vida es fácil. Por eso mismo se degrada ahora la civilización en Occidente.

-¿Por qué lo dice?

-Occidente se ha tropicalizado: ¡vivir resulta fácil! Al menos por hoy: es una granja con todo a mano... y conciencias estabuladas.

-¿No exagera?

-Vives mirando pantallas y ¡te crees libre por salir al balcón! Ja, ja, qué decadente. No: ¡sólo la adversidad engendra grandeza!

-¿Aquí no vivimos de verdad, pues?

-¿Lo es limitarse a la oralidad (comer, beber, chupar) y a la genitalidad (sexo pornográfico)? Bah, qué pobres experiencias límite...".

Pinchó la gabarra y Carmen Martínez Bordiú se cansó de esperarnos. Como titulara Carmen Martín Gaite, "Lo raro es vivir". "Es que vivir es muy raro", exclama la escritora, cuando le preguntan por el título de su última novela, Lo raro es vivir (Anagrama). "Pienso que sobre todo los jóvenes", añade, "tienen la percepción de que vivimos de milagro, la sensación de que la vida es un regalo continuo", decía cuando se presentó la novela, en mayo del 96. Falleció cuatro años después, a los 75.

Procuren descansar.