La consejera de Enseñanza de la Generalidad, Irene Rigau, tiene suerte. Son tantos los titulares que se descuelgan del informe PISA sobre la enseñanza en España que no debe quedar espacio para su valoración de las notas. Y son tantas también sus declaraciones que ya es casi imposible discernir si realmente piensa lo que dice o dice lo primero que se le ocurre. Tal vez por eso se pasan por alto sus palabras o merecen, a lo sumo, un despacho de agencia en rincones de los periódicos de escasa visibilidad. Literalmente, la consejera culpó a los "inmigrantes recién llegados" de las pésimas notas de los chicos (y chicas, que en paridad y paridas lingüísticas estamos a la cabeza a la mundo) en Cataluña. Como prueba, aludió a que en Castilla y León los resultados eran mejores porque su configuración demográfica es "más clásica y homogenea". ¡Zasca! Y no pasa nada. En las tertulias de la noche se ponderaba la verborrea consejeril como un factor determinante en el suspenso, casi tanto como la febril actividad del ministro Wert para destruir Cataluña. Es decir, llega Rigau, convoca a la prensa de urgencia, como es su estilo, se larga una intervención que hiela el alma y punto. Los inmigrantes tienen la culpa. Pim, pam y ¡Visca Catalunya!
En un mundo normal, lo primero que haría un responsable político ante una catástrofe como la referida sería pedir disculpas, hacer examen de conciencia y tratar de poner remedio. Si lo que se trata es de buscar culpables; en el mismo mundo nuestra consejera Riguau (y no es una errata) debería mirar hacia dentro y en el colectivo de profesores. En ningún caso debería ser posible abofetear de esa manera a los críos y estigmatizar a aquellos cuyos padres acaban de desembarcar aquí con lo puesto. Eso es acoso, señalamiento, ensañamiento y una dejación de responsabilidades casi tan indigna como la brutal acusación contra los "recién llegados", un eufemismo que apenas esconde el tufo de superioridad y rechazo implícito en la acusación. La culpa es de los inmigrantes, ladra la consejera. Es que lo borda. La cuestión para ella es que España es mala, nuestros críos son unos cenutrios y encima hemos de asumir una cuota de "recién llegados" que por fuerza y por impureza retrasan el adecuado progreso dels nens i les nenes. ¿Y los profesores, los programas, los libros, los métodos, las instalaciones, las becas comedor y los comedores, las cocinas y los patios? ¿Todo eso no tiene nada que ver? No, se ve que aquí los males de la enseñanza son cosa de los RECIÉN LLEGADOS. En el resto de España, la comunidad educativa le imputa el fiasco persistente a los recortes de la derechona y a los constantes cambios de marco normativo. Y todos los periódicos claman por la regeneración y se exclaman por los resultados de Finlandia y la China.
En La Vanguardia titulan: "Educación estancada", y destacan que "los alumnos catalanes aprueban en matematicas, pero fallan en ciencias". En Ara, "No mejoramos", con el subrayado de que en lectura la nota es un "bien", aunque diez puntos por debajo de la Comunidad de Madrid en la segmentación por comunidades. En El Punt Avui, que hay: "Mucho por mejorar". En El Periódico, "Estancados". En la prensa de Madrid, El País le dedica al asunto el titular principal de portada: "La educación española se estanca lejos de la media de la OCDE". Los demás diarios capitalinos valoran más otros asuntos. El Mundo, por ejemplo, mantiene la agenda política catalana en primer plano, con la fusión de los vértices catalán y vasco en un titular de los denominados intencionales. "ETA asume la vía catalana a favor del 'derecho a decidir'" es el encabezamiento de una información firmada por Fernando Lázaro y basada en documentación incautada por la Policía hace dos semanas. Según el texto:
"En documentos intervenidos por las Fuerzas de Seguridad del Estado hace apenas quince días, la organización terrorista se expresa: 'Situar el derecho a decidir en el centro de la política es una labor prioritaria. La experiencia y la fuerza de los pasos realizados por Escocia y Cataluña son una referencia importante'. Así de tajante se muestra la banda terrorista en la documentación difundida entre sus presos".
También se explica que se prepara una cadena humana en el País Vasco para el 8 de junio. Más madera. En un editorial, el diario de Pedro J. recomienda a Mas que es mejor hacer el ridículo (y no tener pregunta) que coincidir con ETA.
De vuelta a El País, el diario de Prisa prosigue (en solitario) con sus artículos y entrevistas en torno al 35 aniversario de la Constitución. Eso le permite, de paso, abordar el temario catalán. Hoy se entrevista a Alfonso Guerra, que ya marca terreno desde la portada: "Si Mas hace una consulta ilegal será obligado el artículo 155". Un artículo que se reproduce a continuación para la libre interpretación del público interesado:
Artículo 155
Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
José Manuel Romero y Vera Gutiérrez Calvo firman la entrevista, en la que Guerra asegura que "los nacionalistas dijeron en 1978 que tenían suficiente. Fuimos ingenuos". Sobresale en la página noble de opinión de El País (la llaman "La cuarta página", pero hoy toca la 33) la colaboración de Joaquim Coll, que titula: "Reducción, negación, elevación". Una caricatura de Rajoy firmada por Raquel Marín ilustra el texto. El subtítulo del artículo centra el tema: "A estas alturas, la consulta en Cataluña es lo de menos, pues se ha asumido que es imposible. Pero la negativa a todo de Rajoy es una actitud temeraria porque permite a los independentistas cargarse de razones". Escribe Coll:
"No hay más camino que emprender cuanto antes una reforma constitucional donde la singularidad catalana sea explícitamente reconocida en el marco de una España federal [...]. Por eso necesitamos con urgencia que en el centro derecha político español empiecen a alzarse voces partidarias de romper con el viejo prejuicio ideológico que supone no querer aceptar el desarrollo federal de un modelo autonómico que en buena parte ya lo es".
En la edición catalana de El País vuelve a aparecer Francesc de Carreras. Los miércoles acostumbraba a publicar en La Vanguardia. En su colaboración en el diario de Prisa se deduce que no sería partidario de reproducir sin ton ni son artículos de la Constitución. Titula así: "Los nuevos conversos". Y dice:
"Porque vamos a ver, leer una sentencia es fácil, basta con haber aprendido a leer. Pero leer no es comprender. Y comprender una sentencia es algo más dificíl: debes conocer la materia y tener las referencias suficientes como para adoptar una posición crítica y, por tanto, argumentada".
Alude De Carreras a quienes afirman haberse vuelto independentistas tras la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto. "Tengo el mayor respeto personal -afirma- por quienes son partidarios de la independencia de Cataluña porque consideran que es una nación y toda nación debe constituirse como Estado soberano. [...] Ahora bien, confieso no tener ningún respeto, ni personal ni intelectual, por quienes se han apuntado al carro de la independencia alegando razones contradictorias con lo que pensaban hasta hace muy poco sin explicar, con argumentos razonables, su cambio de posición".
Para concluir con El País, una crónica política: "PSC, PP e ICV se reúnen para estudiar cómo derribar a Trias". La firma Jordi Mumbrú, que explica de paso que: "Jordi Martí [el jefe de la oposición socialista a Trias] deja la ejecutiva socialista para centrarse en las primarias". Sobre el tono de la actividad municipal es muy ilustrativa una pieza de Jaume V. Aroca en La Vanguardia. Se titula: "El Área Metropolitana gasta 60.500 euros en renovar su logo". Preside la solemne institución el alcalde de Barcelona. Los diarios también destacan que una enmienda de Alberto Fernández Díaz (el jefe de la oposición popular a Trias) a los presupuestos permitirá convocar cien nuevas plazas de guardias urbanos y medio centenar de bomberos.
En Abc subrayan las cifras del paro con una entrevista a la ministra de Trabajo, Fátima Báñez: "Hoy hay cien mil parados menos que hace un año", declara. La interpretación más extendida de este fenómeno se centra, sin embargo, en la caída del número de cotizantes a la Seguridad Social. Mención especial (por lo desacostumbrado de los ejemplos de lo que es periodismo de calle) merece la crónica de Janot Guil en el diario de Vocento en el barrio de Martorell que espera al loco del chándal:
"La comunidad de vecinos del número 5 de la calle Cervelló es un hervidero de rumores. 'Yo a él no le he visto nunca, y desde hace unos días a la madre y al hermano, tampoco', explicaba a Abc una vecina de rellano. Abc llamó al tercero-cuarta, y un tal Fernando -con un sospechoso parecido a Manuel- dijo que llevaba allí casi un mes de alquiler, que la madre y el hermano de Manuel, José, se habían ido. Un piso más arriba, otra versión. Paquita Pacheco afirma: 'Están la madre y el hermano, que es quien te habrá abierto. Y creo que Manuel también, aunque no le he visto'. Imposible cotejar si José era el tal Fernando, pero habrá que deducir que Manuel está con su familia a juzgar por la actividad policial. En el barrio hay miedo. 'Yo lo paso mal cuando cierro por la noche', confiesa Mari tras la barra del bar Al Passeig, a 100 metros del portal del horror. 'Incluso tengo una sobrina que no quiere ir al colegio que hay cerca de aquí', se lamenta".
La corrupción es otro de los argumentos vertebradores de la actualidad. En el caso de la prensa catalana se destaca el informe de la organización Transparency International que es como un PISA de la política. España sale muy mal parada. En la prensa de Madrid se explica menos el citado informe, pero no se ocultan las causas de tales resultados. Al contrario y a diferencia de lo que ocurre en los diarios soberanistas. Las peripecias de UGT y el borrado de archivos de un ordenador se compara con la desaparición de archivos del caso Gürtel; proliferan las fotos de Correa y los textos sobre los yates y Bárcenas; vuelve a primer plano Jaume Matas, el ex presidente autonómico balear. Cambian, eso sí, los acentos. En La Razón, por ejemplo, titulan a todo trapo: "CCOO estatal [sic] también cobró más de un millón de los ERE". En El Mundo, por su lado, reparten a diestro y siniestro, sin las sutiles distinciones de Francisco Marhuenda y Bieto Rubido en sus santuarios monárquicos. A la contra, Pedro J. mantiene abiertos todos los frentes y sintetiza en un faldón de portada: "UGT alega que sus archivos se han borrado 'como los del PP'". Firman el texto Silvia Moreno y Manuel María Becerro, en Sevilla. Del asunto de Urdangarin se encarga Federico Jiménez Losantos, que titula su artículo así: "Defraudador de la Real Casa". "Sólo la degradación de la vida nacional explica que un personaje tan de 'Miau' cono Cristóbal Montoro, al que sólo le faltan los manguitos para salir en la magistral novela galdosiana, lleve su Ministerio a merecer el cartel de 'Defraudador de la Real Casa'. Y dar por buenas facturas de la Infanta que meses antes declaró engañifa recuerda el final de esa epopeya lamentable: ¡Pum!", concluye el autor.
Como queda demostrado que hay vida más allá de la agenda catalana, un apunte bizarro. En el mismo El Mundo le dedican media página al obispo de Roma. "El Papa fue portero de discoteca" titulan. La crónica es de la corresponsal en Roma Irene Hernández Velasco, que explica que Bergoglio hizo semejante confesión en una postmisa que celebró en un barrio obrero de Roma. Cuenta que el Papa dijo que eso de andar en la noche y por las discotecas le ayudó a descubrir como "atraer a la Iglesia a los desencantados". Y remata la periodista que "Bergoglio ya nos tiene acostumbrados a romper esquemas". ¿Sí?