Los dos buques insignia de la prensa catalana, El Periódico y La Vanguardia, están inmersos en una guerra soterrada a costa de las licencias de la desahuciada Com Ràdio; una disputa de incierto desenlace final.
En el año 2006, la Generalidad concedió a COM Ràdio (la red de emisoras de radio municipales capitaneada por la Diputación de Barcelona) 22 emisoras de FM para potenciar su cobertura en toda Cataluña. La Associació Catalana de Ràdio -la patronal de las radios privadas- recurrió esta adjudicación, que fue definitivamente anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en abril de 2011.
La cadena radiofónica no tuvo más remedio que reestructurarse y redimensionarse, lo que hizo bajo el nombre de La Xarxa, y que actualmente se limita a ofrecer contenidos a las emisoras locales y mantener algún informativo. Las 22 licencias de la COM Ràdio se convirtieron en un goloso objetivo para cualquier grupo de comunicación que se precie.
El Grupo Zeta opta a todas las licencias
El pasado mes de mayo, el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) sacó a concurso las citadas licencias, que serán adjudicadas en los próximos meses.
Un buen número de grupos de comunicación han presentado sus ofertas, pero solo una de ellas opta a las 22 frecuencias: el Grupo Zeta, empresa editora de El Periódico.
Enfrente se encuentra el Grupo Godó, editor de La Vanguardia, que pretende completar la cobertura de su emisora RAC1 con algunas de estas licencias.
Antoni Bassas, al frente del proyecto resultante
Pero los movimientos no terminan aquí. En caso de hacerse con las licencias, los planes de El Periódico pasarían por una alianza con el diario Ara, que sería el proveedor de los contenidos del nuevo grupo radiofónico.
De hecho, los muñidores del proyecto han pensado en Antoni Bassas -accionista y directivo de Ara, y recién retornado de sus cuatro años de exilio dorado como corresponsal de TV3 en EEUU-, que sería la estrella de la nueva red de emisoras.
La cadena tendría como base la frecuencia de Barcelona -en el 91.0 de FM-, la más atractiva de todas las que se adjudicarán, para lo cuál, los estrategas de la alianza ya están haciendo las correspondientes gestiones con el Ayuntamiento de Barcelona.
Acuerdo con ERC
Estos movimientos cuentan con el beneplácito personal del líder de ERC, Oriol Junqueras, a quien ya le habrían presentado el proyecto. En ERC están encantados con la idea de formar una nueva cadena de radio de perfil claramente independentista y sobre la que tuvieran el control, por lo que también están presionando a las instancias correspondientes para hacerse con el mayor número posible de licencias.
Como es evidente, el riesgo de que aparezca una nueva cadena de radio que pueda competir con RAC1 no ha sentado nada bien al Grupo Godó.
Además, también está en juego la privatización de la gestión de la publicidad de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (esto es, TV3 y Catalunya Ràdio), que aunque ha sufrido una caída sin precedentes en los últimos años, sigue siendo un negocio de varias decenas de millones de euros. Ambos grupos también optan a hacerse con ella.