Que tres mujeres descamisadas hayan copado las portadas de El Mundo, La Vanguardia y El Periódico ofrece lecturas muy sugerentes. Primera, la irrupción en nuestro país de Femen, la organización feminista dirigida por la activista ucraniana Inna Shevchenko, una de las tres que la liaron parda en el Congreso mientras el ministro Ruiz-Gallardón detallaba y justificaba las modificaciones en la ley del aborto. Segunda, las posibilidades revolucionaras del nudismo urbano y la precisión filosófica del viejo refrán que dice que tiran más dos tetas que dos carretas. Y tercera, pero más importante que ninguna, que puestos a salir en los periódicos eso de montar una megasardana por la independencia es de un coste astronómico en relación a sus efectos mediáticos. Es decir, que lo de TV3 es un lujo asiático incomprensible al lado de Femen. Tres mujeres, sólo tres, y un lema, el de que "el aborto es sagrado" (como mínimo tan raro como el del "derecho a decidir"), y la multiplicación mediática de su acción deja en bragas a las mayores exhibiciones independentistas, pasadas, presentes y futuras. En terminos relativos y casi casi en los absolutos.
En contra del número gonzo del Congreso, el hecho de que mientras una acción de Femen en Túnez, Rusia o Turquía les puede costar la cárcel a sus protagonistas; aquí y ahora, lo siguiente será la portada de Interviú, con lo que el cálculo de riesgos es similar al de cruzar un semáforo en verde. Siempre puede haber algún conductor loco que no respete las señales, pero la posibilidad es parecida a la de que el cielo se desplome sobre la closca de Astérix. La segunda cuestión sospechosa (aunque tal vez sea un tanto machista ni siquiera pensarlo) es que no hay ninguna sola militante de esta organización, de las vistas hasta ahora, que no pudiera superar, y con nota, los exámanes anatómicos de las agencias de modelos más despiadadas. Pero lo del casting es una cuestión menor al lado de otra circunstancia lacerante. Hacer algo así aquí, como decíamos, no tiene más consecuencias graves que las derivadas del pudor personal, con lo que cualquier reivindicación que enarbolen estas mujeres se convierte en algo así como las correrías publicitarias del sabadellense Jaume Marquet i Cot, Jimmy Jump para el mundo, o la de cualquier hincha borracho del Manchester que se pasee en pelotas por Old Trafford. No es bueno trivializar las cosas serias y el tema en cuestión es una de ellas.
Las portadas sin excepción también destacan una sentencia del Tribunal Constitucional que no tiene nada que ver con la cuestión catalana, lo cual ya es una gran noticia de las del tipo hombre muerde a perro. La cuestión es que se han disparado todas las alarmas porque: "El TC avala que el jefe revise los correos de sus empleados", titulan en La Vanguardia y en general. Es decir, que no sólo las agencias de espionaje y los motores de búsqueda pueden dedicarse a echar un vistazo sobre nuestras alcobas digitales sino que hasta el imbécil de (aquí, pongan ustedes el apellido o mote de su inmediato superior) tiene derecho a mirar en los cajones de tu sótano. ¡Cómo está el patio! Se conoce que es la forma más directa de detectar a un empleado desleal, pese a que las 1.999 restantes, además de respetar los derechos de las personas, tampoco requieren de complejos logaritmos. Si eso es así (afortunadamente, la capacidad del periodismo para interpretar los textos judiciales es como la de los dirigentes de ERC, entre deficiente y ninguna), va a regresar el correo postal con más vigor que los discos de vinilo, fijo.
Todo este rollo y aún sin entrar en el caso catalán. No es de recibo, así que al tajo. Por orden alfábetico. En Abc, María Jesús Cañizares lleva dos días alertando de que se va a crear una "Banca Nacional Catalana". El asunto promete, sobre todo después de lo que ha pasado con las cajas, los bancos y las cuentas en Suiza. El diario monárquico no pica el anzuelo de Femen en portada y saluda a Susana Díaz como nueva líder del PSOE "más español". Si sacar o no tetas en portada es de esas cosas discutidas y discutibles (tanto, al menos, como lo de la nación de Zapatero, ¿recuerdan?), lo de Susana Díaz empieza a parecer incuestionable. Puede ser la primera presidenta autonómica que pase de eso a candidata en unas generales. El único precedente que se me viene a la cabeza a estas horas es el de Aznar. A todo lo más que han llegado los presidentes autonómicos es a ministros (Chaves, Montilla, Ruiz-Gallardón...) y son más, creo, los ministros que después han sido presidentes autonómicos. Se aceptan comentarios.
El dirigente popular Alberto Fernández Díaz firma un artículo en la edición catalana del diario de Vocento en el que reclama a Trias que celebre el 6 de diciembre, Día de la Constitución. Una excusa para relatar las últimas cacicadas municipales en torno a símbolos, identidades y series de televisión. Fernández Díaz empieza a parecer Regina Otaola en Lizarza, aquella alcaldesa popular rodeada de batasunos que no tuvo otra ocurrencia que la de colocar la bandera española al lado de la ikurriña, cosa inédita entonces en aquellos pagos y a la que nos dirigimos de cabeza por estos.
En Ara, la verdad, no he visto nada. Caña contra Montoro y los pechos dentro. Lo mismo que en Avui (ya, ya, que se llama El Punt Avui), donde optan por titular "Wert se impone" y en cuya portada tampoco sale lo de Femen. En El Mundo, pasan del tema catalán en portada, pero le dan una página entera a José Domingo, uno de los impulsores de la manifestación de Som Catalunya. Somos España, un caso de libro de coste cero a la hora de montar una manifestación. Página entera también para un interesante artículo de Joseba Agirre: "Ante la situación, lo mejor es confiar en la fortaleza de la Constitución española, en su capacidad de encontrar salida para situaciones conflictivas", afirma el ex consejero vasco. En El País, relevante crónica de Pere Ríos y Anabel Díez sobre el cisco que se montó ayer en el grupo parlamentario de CiU en Madrid por el derecho a la autodeterminación y una moción de Amaiur. Tensión entre Convergència y sus socios de Unió sobre si es derecho de autodeterminación o de decidir, galgos o podencos. Pero lo mejor, para el suprafirmante, son las declaraciones en el Quadern de este periódico de Dyango: "Se puede querer la independencia y cantar Suspiros de España". Faltaría más.
En El Periódico, Enric Marín, bajo el título "Alicia en el país de nadie" se muestra entre condescendiente y solidario con la dirigente popular de regreso a casa. En La Razón, explican en portada y páginas interiores que "El órdago soberanista hunde la economía catalana" y dan cifras como el que el 24% de los empleos destruidos en España eran catalanes y que la tasa de pobreza ha subido aquí un 40% frente al 15% de la media nacional.
En La Vanguardia titulan en la apertura de la sección política que "Mas cree que el plan del PP catalán avala el cambio del actual statu quo". Lluís Foix aventura en su artículo que "vamos hacia el enfrentamiento. Habrá bajas políticas notables. En los dos campos. Que se preparen los hospitales de campaña", concluye. De entre las noticias, que el anillo del Papa se ha hecho en una joyería barcelonesa y que el Barça ha perdido 15.000 socios en dos años. Aquí, como en lo de la "Banca Nacional Catalana" también hay tema y para discutir un rato, ERE y tarjetas de infanta al margen.