No es el Tibet: el segundo puente más alto del mundo se encuentra a sólo un paso de Cataluña y a más de 1.800 metros de altura

Aunque la comparación con el Tíbet pueda parecer exagerada, no es obra del autor. El segundo puente colgante más alto del mundo, solo por detrás del Sky Bridge 721 de la República Checa, está a un paso de Cataluña, en Andorra. 

El Puente Tibetano de Canillo es, desde su construcción en 2022, uno de los atractivos más visitados del llamado país de los Pirineos. Se trata de una pasarela colgante que, con sus 603 metros de largo y apenas un metro de ancho, se extiende sobre el valle del Riu, a una altura de 158 metros de caída vertical.

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El puente está situado en el término de Canillo, una de las siete parroquias (o demarcaciones) de Andorra. No está muy lejos de la capital Andorra la Vella, solo a 20 minutos en coche. Pero es mucho más reducido en tamaño y, por ello, más desconocido.

Atravesado por el río Valira d’Orient, en el municipio conviven casas de piedra e iglesias de origen medieval, con construcciones más recientes que mantienen la estética pirenaica, pero que no abandonan el uso de madera y pizarra.

Una propuesta para el turismo

Aunque si por algo se ha vuelto famoso, el pueblo es por el Puente Tibetano. La infraestructura fue concebida ya como un elemento arquitectónico para diversificar la oferta turística. Hasta entonces, a esta parroquia, vinculada al esquí y a la naturaleza, solo venían senderistas, snowboarders y esquiadores.

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Ha funcionado. Desde la inauguración del puente, la localidad ha recibido un flujo constante de visitantes que buscan vivir la experiencia de atravesar la pasarela suspendida sobre el valle.

Cómo ir

El camino hacia el puente es curioso. Es necesario pasar por la estación de servicio de Canillo, desde donde parte un autobús lanzadera. El trayecto apenas dura unos 10 minutos por una carretera de curvas que asciende hacia la montaña.

No todo el camino es sobre ruedas. El bus no deja a la entrada del puente, es necesario caminar unos 15 minutos hasta la base de Armiana, situada a 1.875 metros sobre el nivel del mar, donde se encuentra el inicio de la pasarela.

Cruzar el puente también lleva su tiempo. Dicen los que han ido que la travesía completa de esta infraestructura lleva unos 10 minutos, siempre que no se tenga miedo.

Al final de la pasarela, en la base del Coll de la Cauba, a 1.884 metros de altitud, se abre un espacio desde el que se contemplan las vistas del valle antes de regresar por el mismo camino.

Cómo es el puente

Para los que se sientan inseguros, deben saber, que el puente tiene una robusta estructura. La pasarela está formada por planchas metálicas y tensores de acero que se integran visualmente en el entorno pirenaico.

Su diseño garantiza la estabilidad y permite una experiencia segura a pesar de la gran altura. El paso, de un metro de ancho, está pensado para un tránsito en doble sentido de caminantes, que pueden detenerse en determinados puntos para observar el paisaje o tomar fotografías, y hacerlo sin agobios.

Cuidado con los móviles

Aun así, hay gente que tiene miedo. Muchos de sus visitantes reconocen que, más allá del cruce, su mayor temor es que los móviles o las cámaras se precipiten al vacío al hacer fotos.

Conocedores de que la gente va a sacar sus dispositivos, sus responsables ya toman medidas. La organización recomienda tomar precauciones específicas para quienes quieran captar imágenes durante el recorrido.

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Qué hacer en el Puente Tibetano

Pero más allá de cruzar el puente y hacer fotos, el Puente Tibetano ofrece otras actividades. Desde 2023, previo pago de 160 euros, uno puede practicar el jumping, es decir, lanzarse desde una plataforma metálica instalada en el centro del puente, con los pies sujetos a una cuerda elástica. Advertencia: aseguran que en la caída se pueden alcanzar los 120 km/h.

Un poco menos arriesgado es la segunda actividad que ofrecen: el rápel. Tiene un coste más accesible, 60 euros. En este caso, el descenso se realiza también desde la plataforma central, pero con técnicas de escalada controlada.

Cuánto cuesta

Para los que piensen que es caro, deben saber que aquí todo se paga. El acceso al Puente Tibetano cuesta 16 euros, con un descuento de tres euros para los menores. El billete de 19 euros incluye la visita al Mirador Roc del Quer, otro de los grandes atractivos de Canillo, y cubre tanto el transporte en bus como la entrada al puente y al mirador.

El mirador también merece la pena, atraviesa antiguas bordas rurales y grandes fincas, en una carretera de montaña que también utilizan ciclistas experimentados. Tras un breve paseo desde el aparcamiento, se accede a una plataforma panorámica de 20 metros de longitud, de los cuales 12 sobresalen directamente sobre el vacío.

Puente Tibetano

Situado a 1.913 metros de altitud, en el Collet de Montaup, este mirador ofrece una visión completa de Canillo y de la carretera CG-2, que conecta Andorra la Vella con Soldeu.

En el extremo de la pasarela se encuentra una escultura de un hombre sentado que observa el valle, una obra que se ha convertido en un emblema visual del lugar, complementando la experiencia de altura que caracteriza tanto al mirador como al Puente Tibetano.

Cómo llegar 

Cómo es sabido, Andorra es otro país y, a pesar de hacer frontera con Cataluña, queda lejos de las principales capitales. La más cercana es Lleida y desde allí hay dos horas y cuarto de viaje. La ruta discurre por la carretera C-13 hasta Sort, donde se enlaza con la N-260 hasta llegar a la frontera andorrana por la Seu d’Urgell. Una vez en Andorra, se toma la CG-2 en dirección a Canillo. 

Desde Barcelona, el trayecto dura tres horas y arranca por la C-16 hasta pasar el Túnel del Cadí. Tras él, se continúa por la carretera hasta la Seu d’Urgell y desde allí se accede a Andorra por la N-145.