Es ya una tónica habitual en Cataluña: comprar una masía antigua y hacer de ella un alojamiento rural pero con todos los lujos de un hotel de cinco estrellas.
Algunos lo logra, otras no tanto, pero son pocas los que reconvertidas en eco-hotel se han llevado la consideración de ser “uno de los más bonitos de la provincia de Barcelona”, según la prestigiosa revista Time Out.
La Garriga de Castelladral es uni de esos. Un espacio completamente reformado y hecho para el disfrute de la naturaleza. Y, además, muy cerca de la capital catalana.
El alojamiento se encuentra en lo alto de las colinas que separan Castelladral de Súria, en la comarca del Bages. Por su tamaño se ve de lejos, una enorme masía medieval, llena de arcos en su fachada y un jardín enorme.
Cambio no tan radical
El edificio, ampliado en épocas posteriores, perteneció durante décadas a una familia dedicada a la actividad agrícola y vinícola. Su transformación en alojamiento turístico ha sido muy reciente, en pleno siglo XXI y le ha dado una nueva vida.
Lo ha hecho sin olvidar las funciones y la historia del espacio. Sus propietarios han recuperado y adaptado espacios como la antigua bodega, el pajar o la almazara y los han integrado en la distribución del hotel.
Cómo es el hotel
También se han respetado los muros de piedra, los patios interiores y otros elementos originales del edificio. El resultado es un conjunto de volúmenes que invitan a la tranquilidad y al aislamiento del mundanal ruido.
El paisaje del Bages también acompaña. Aquí los bosques empiezan a ser más frondosos y los prados se cubren de un manto verde de hierbas dignos de postal. Aunque el espectáculo sigue en el interior.
Habitación de hotel
El hotel ofrece actualmente una veintena de habitaciones, ubicadas en distintas alas de la masía y distribuidas en varios niveles. Su interior combina los materiales tradicionales con una estética contemporánea, manteniendo techos de vigas antiguas, paredes de piedra vista o suelos originales en algunos espacios.
Cada estancia ha sido diseñada de forma independiente y se identifica con nombres relacionados con la historia o distribución antigua de la finca. La apuesta por una ocupación limitada permite mantener un ambiente tranquilo incluso en periodos de mayor afluencia.
Masía sostenible
La Garriga de Castelladral funciona bajo el modelo de eco-hotel, concepto que aquí se aplica mediante sistemas de eficiencia energética, uso de recursos propios de la finca y criterios de gestión pensados para reducir el impacto sobre el entorno natural.
La masía cuenta con instalaciones destinadas al aprovechamiento de energías renovables y la recuperación de agua, integradas en la reforma sin alterar el conjunto arquitectónico.
Espacio gastronómico
En el ámbito gastronómico, el establecimiento incorpora un restaurante centrado en productos de proximidad. La antigua bodega y estancias vinculadas a la actividad agrícola se han reconvertido en comedores, salas de lectura y espacios comunes, conservando el carácter original del edificio pero con un uso actualizado.
La oferta culinaria se orienta a los productos de temporada y a proveedores de la zona del Bages. Hay quien destaca sobre todo su desayuno, que incluye miel de romero de sus propias abejas, bizcochos caseros, mermeladas de frutas de temporada, quesos y panes ecológicos y de proximidad, según Time Out.
Fachada de la Masía Gariga de Castelladral
La sorpresa del spa
Pero si algo distingue a esta masía es su zona de spa y bienestar, instalada en antiguos espacios de trabajo de la masía. Esta área ofrece un circuito privado, además de masajes y tratamientos bajo reserva.
Para los meses de más calor, el hotel cuenta con una piscina exterior y un enorme jardín cuidado meticulosamente y que integra en el paisaje sin modificar la estructura original de terrazas y bancales que rodeaban la finca.
Qué hacer
Si uno prefiera descubrir más de este entorno natural, puede hacer en coche, a pie o en bicicleta. Las pistas forestales que rodean la masía permiten realizar varias rutas por las montañas de Barcelona.
Tampoco se puede olvidar la proximidad con ciudades de gran interés, desde la cercana Súria a la gran Manresa con su Seu, sin olvidar la medieval Cardona y su imponente castillo.
Cómo llegar
Sin ir más lejos, Manresa está a solo 5 kilómetros de distancia, igual que Súria. En ambos casos basta con tomar la carretera C-55, en direcciones opuestas.
Desde Barcelona, se tarda un poco más. Lo más rápido es ir por la autopista C-16, conocida como el Eix del Llobregat, en dirección a Manresa y antes de entrar a la ciudad se enlaza con la C-55 hacia Súria. El viaje es de una hora y media o menos.
Noticias relacionadas
- La escapada perfecta para esta Navidad: el hotel de la Costa Brava donde se alojan las estrellas
- Este es el pueblo más bonito de Lleida para visitar en Navidad: a más de 1.000 metros de altura y con un mágico decorado
- El pueblo de Cataluña que cambia de nombre en pleno siglo XXI: herencia del franquismo
