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En el extremo sur de Cataluña existe un pequeño municipio que custodia un tesoro natural difícil de encontrar en ningún otro rincón del planeta. En su término municipal se extiende la mayor concentración de olivos milenarios conocida, un paisaje insólito formado por más de 1.300 ejemplares que emergen como esculturas vivas y que han convertido a este lugar en un punto de peregrinaje para los amantes de la naturaleza y del turismo tranquilo.

Lejos del ruido urbano y de las rutas masificadas, este enclave ofrece un escenario de postal: campos abiertos, caminos rurales y árboles monumentales que parecen ajenos al paso del tiempo. Su singularidad ha impulsado un creciente interés entre viajeros que buscan destinos auténticos, espacios con identidad propia y experiencias que no suelen estar en los folletos habituales.

Fuentes oficiales

Las Tierras del Sénia y, en concreto, en Ulldecona, tienen la mayor concentración de olivos milenarios del mundo. "En su extenso término municipal (126,8 km²) hay inventariados 1.379 ejemplares, lo que lo convierte en el de mayor número", cita la web de la Ruta de los Olivos Milenarios.

Este reconocimiento se basa en el inventario local y en la densidad o estado de conservación, aunque no existe todavía un estudio global que lo haya certificado de forma independiente.

Profundizar en el terreno

No obstante, no solo son olivos lo que hay en Ulldecona. Su castillo medieval, situado en un cerro a las afueras, es una de las visitas más destacadas: torres restauradas, buenas vistas y un recinto que resume la historia defensiva de la zona. Muy cerca, los Abrigos de la Ermita de la Pietat conservan pinturas rupestres Patrimonio de la Humanidad, uno de los conjuntos más valiosos del sur de Cataluña.

Castillo medieval de Ulldecona WIKIPEDIA

El casco antiguo completa el recorrido con sus calles estrechas, la iglesia de Sant Lluc y pequeñas plazas donde se respira tranquilidad. Es un espacio compacto, fácil de recorrer y perfecto para combinar en una misma escapada cultura, paisaje y patrimonio. Por otra parte, el entorno montañoso y agrícola permite realizar rutas de senderismo muy agradables.

Pantano de ulldecona Wikipedia

Cómo es

Ulldecona, pueblo donde nació el exfutbolista del Barça Oriol Romeu, tiene un casco urbano discreto pero con carácter. Sus calles estrechas, muchas de ellas en ligera pendiente, combinan casas de piedra, fachadas encaladas y balcones llenos de plantas que aportan un aire mediterráneo muy marcado. La plaza principal y los alrededores de la iglesia de Sant Lluc concentran la vida del pueblo, entre pequeñas tiendas, bares tranquilos y edificios que conservan detalles góticos y barrocos.

Centro histórico de Ulldecona WIKICOMMONS

El trazado es compacto y fácil de recorrer a pie. A medida que uno avanza, aparecen rincones silenciosos, pasadizos, pequeñas plazoletas y viviendas que alternan la sencillez rural con restauraciones modernas muy cuidadas. Es un pueblo que no busca impresionar, pero que convence por su autenticidad: ordenado, luminoso y con una sensación de calma que invita a pasear sin prisa.

Gastronomía

Con tal cantidad de olivos, es lógico que el aceite sea uno de los baluartes de la localidad. Ulldecona cuenta con un centro de interpretación donde se explican las técnicas tradicionales, los procesos actuales y la importancia cultural de este cultivo en la zona. Las catas permiten apreciar matices que van del afrutado al amargo suave, con aceites DOP que forman parte esencial de la identidad local.

Imagen de archivo de aceite de oliva catalán

La gastronomía mantiene ese mismo vínculo con el territorio. Restaurantes y casas de comida apuestan por platos sencillos y de producto, desde carnes a la brasa hasta verduras de temporada y recetas típicas del Montsià. El llamado oro líquido es protagonista en casi todo, y convierte cada plato en una forma directa de entender el paisaje que rodea al pueblo.

Autenticidad

Visitar Ulldecona es, en definitiva, una forma de reconectar con la esencia más pausada del territorio. Entre olivos milenarios, patrimonio histórico y una gastronomía profundamente ligada a la tierra, este municipio ofrece una escapada diferente, sin artificios y cargada de autenticidad. Un lugar que demuestra que, incluso en los rincones más discretos de Cataluña, todavía quedan espacios capaces de sorprender al viajero.

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