Cataluña es tierra termal. Los romanos ya lo vieron y aprovecharon varias fuentes naturales para instalar allí sus asentamientos. Lo saben muy bien en Caldes de Montbui, en Barcelona.
Este pueblo creció siempre alrededor de sus aguas ricas en minerales y propiedades, pero no es el único. A 20 minutos de Tarragona hay una localidad de nombre similar y cuyas termas son igual de reconocidas.
En la Costa Daurada se encuentra Montbrió del Camp, un municipio que hace siglos ha sabido sacar partido a sus aguas. Tanto que se ha convertido en un destino turístico termal.
Uno de sus balnearios más conocidos es el Hotel Termes Montbrió. Un lugar cuya historia va más allá de las aguas.
Finca original
En realidad, este alojamiento se emplaza en una antigua finca agrícola, conocida como Horta Florida. Pero en los años 90, dio un giro radical.
Descubrieron en sus inmediaciones un manantial de aguas mineromedicinales que cambió para siempre el destino de la casa y de todo el municipio. Desde entonces, el establecimiento ofrece tratamientos termales y la oferta turística del municipio gira casi alrededor suyo.
Más allá de un balneario
Su importancia es tal que aparece en varias guías turísticas. Los portales de viajes lo rankean en sus portales y, hace poco, uno de ellos lo catalogó como “el mejor circuito de spa y cena de España”.
El principal atractivo del complejo es el circuito termal Aquatonic. Bajo este nombre se esconde “un recorrido de tres horas por piscinas dinámicas, chorros de masaje, cascadas y zonas de relajación que reactivan la circulación y calman la mente”, según el portal Aladinia.
Piscinas el Hotel Termes Montbrió
El itinerario está diseñado para seguir un orden progresivo de temperatura y presión, de modo que se estimulan los sistemas circulatorio y linfático sin causar fatiga.
La temperatura de sus aguas oscila entre 41 °C y 81 °C, y sus propiedades bicarbonatadas, sódicas y cálcicas favorecen la circulación y el descanso muscular.
Cómo son las termas
El espacio interior se complementa con zonas de vapor, saunas secas, duchas sensoriales y piscinas exteriores rodeadas de vegetación. El conjunto busca reproducir la experiencia clásica del termalismo adaptada a un formato contemporáneo y accesible para el público general.
Pero la experiencia se extiende hasta la cena. La visita saludable y beneficiosa para el cuerpo se expande hasta la mesa con la cena que se ofrece en el restaurante Sequoia.
Una cena especial
Ubicado en la planta baja del hotel. El menú, incluido en la mayoría de los paquetes de spa y cena, combina productos frescos y de proximidad con una presentación cuidada.
El comedor mantiene un ambiente tranquilo y elegante, con servicio de mesa clásico y vistas al jardín. Según fuentes del propio establecimiento, la intención es “prolongar el efecto relajante del spa en el momento de la comida”, integrando descanso, nutrición y entorno.
Los jardines
Teniendo en cuenta los buenos comentarios en los portales de viaje, lo consigue. Aunque el Hotel Termes Montbrió tiene un tercer atractivo.
En su entorno destacan los jardines de árboles centenarios y una zona verde que separa el hotel del casco urbano. La Horta Florida reúne especies mediterráneas y tropicales, con caminos sombreados que conectan las distintas áreas del complejo.
El hotel
Todo suma. También el hotel. Dispone de habitaciones dobles y suites, restaurante, bar, salones de reuniones más este espectacular jardín botánico que invita al paseo nocturno en verano y a contemplar el atardecer en otoño.
El establecimiento también es conocido por jubilados y pensionistas. Colabora con el Programa de Termalismo del Imserso, lo que asegura una ocupación estable durante todo el año.
Cómo llegar
En cualquier caso, es fácil llegar. Está a 20 minuts de Tarragona, yendo por la carretera N-340 y la T-11, que enlazan con la red local de carreteras del Baix Camp.
Desde Barcelona es cerca de hora y media. Se va por la AP-7 hasta la salida 37 (Cambrils – Montbrió del Camp). De allí se seguía hasta el balneario, señalizada por la carretera T-312.
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