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Martí, Ferrer o Soler son apellidos muy comunes en Cataluña. Y en A Pobra do Caramiñal, un pueblo pesquero de A Coruña (Galicia) con un pasado muy ligado con los catalanes.

Sólo hace falta pasearse por sus calles o echar un vistazo al nombre de uno de sus barrios. ¿De dónde viene?

Entre los siglos XVIII y XIX muchos emprendedores de Cataluña se asentaron en el litoral gallego e impulsaron la industria conservera y de salazón. Poco importaba la distancia que los separaba de su tierra natal, buscaban oportunidades económicas. 

La emigración coincidió con un momento de transformación en el sector pesquero gallego y derivó en un notable impacto social, económico y arquitectónico en la villa marinera.

Migración catalana

Estos empresarios, conocidos como fomentadores, introdujeron nuevas técnicas en la explotación pesquera y en los sistemas de conservación de pescado. Entre las aportaciones más relevantes destaca el prensado de la sardina, un método que consistía en eliminar la grasa para prolongar la conservación del producto.

Todos estos emprendedores y negociantes trataban de estar cerca de su lugar de trabajo. Así, los catalanes que se asentaron en A Pobra do Caramiñal se instalaron en zonas próximas al mar.

De dónde venían

Levantaron sus viviendas y fábricas y cada vez eran más. Con el tiempo, esta comunidad dio nombre al Paseo de los Catalanes, oficialmente conocido como playa de Os Areos o Paseo de Osareos, que en otros tiempos recibió también la denominación de Paseo Marlès.

Familias procedentes de localidades catalanas como Blanes o Lloret de Mar fundaron allí casas y empresas que marcaron el desarrollo urbano y económico del municipio. Entre los apellidos más representativos figuran los Villot, Barreras y Ferrer, algunos de los cuales aún se pueden encontrar inscritos en lápidas del cementerio local.

Casas del barrio de los catalanes de A Pobra do Caramiñal TURISMO GALICIA

Pero su llegada no fue bienvenida por todos. El modelo industrial catalán en Galicia generó tanto desarrollo como tensiones

Documentos de la época recogen referencias negativas hacia estos empresarios, denominados despectivamente como “la polilla”, “los holandeses del mediodía” o “los nuevos tiranos”, como se le llamó el Padre Sarmiento llamaba al empresario Jerónimo de Hijosa, en una carta de 1770.

Una industria en auge

En 1830, el municipio llegó a contar con hasta 16 fábricas de salazón vinculadas a los colonos catalanes, además de otras instalaciones en el hinterland de la villa. Su llegada también dio una nueva imagen al pueblo.

Estas factorías originaron una tipología arquitectónica característica: edificios rectangulares de una sola altura orientados de este a oeste, diseñados para protegerse de las inclemencias meteorológicas.

Casas y fábricas catalanas

La estructura inicial combinaba la vivienda familiar en un extremo con la zona destinada a la actividad fabril. Como una masía adaptada a la fábrica. Con el tiempo, esta tipología evolucionó hacia construcciones de dos plantas, donde la residencia se situaba en el piso superior y la fábrica o almacén en la planta baja.

Este legado, sigue visible y se lo destaca. Esta zona de A Pobra do Caramiñal es el actual Barrio del Arenal, también conocido como Barrio de los Catalanes

Barrio de A Pobra do Caramiñal TURISMO GALICIA

Aunque muchos de los edificios industriales han desaparecido o se encuentran en ruinas, todavía se conservan ejemplos de aquella arquitectura fabril. También resisten algunas casas que introdujeron estilos poco habituales en Galicia en esa época, como el modernismo.

A día de hoy, este conjunto se considera uno de los escasos ejemplos de este tipo de asentamiento en toda Galicia, lo que ha despertado el interés de investigadores y administraciones en la preservación de este patrimonio.

Un barrio en decadencia

El problema es su deterioro. Nadie discute el valor patrimonial de las naves de Os Cataláns. Desde las asociaciones culturales como por las administraciones públicas lo reivindican. 

Desde hace años, el Concello de A Pobra habla de la existencia de un proyecto de rehabilitación destinado a crear un espacio multifuncional que permita dar nuevos usos a estas edificaciones. Apenas hay nada concreto.

Mientras, las construcciones y los apellidos como Santeló, Jalpí, Martí, Jalabert, Villot, Ferrer o Soler inscritos en varias lápidas del cementerio municipal recuerdan el papel de estos catalanes en la transformación del pueblo.

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