La playa de Cataluña que inspiró a Tennesse Williams

La playa de Cataluña que inspiró a Tennesse Williams CRÓNICA GLOBAL

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La playa de Cataluña que inspiró a Tennesse Williams: urbana, polémica y muy teatral

El dramaturgo estadounidense vivió más de una aventura en este rincón de la costa catalana

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El tiempo no es democrático, es lapidario, injusto y, solo en pocas ocasiones, favorece. Igual que no todo pasado fue mejor, las cosas no siempre mejoran con los años. Sólo hace falta echar un vistazo a una de las playas de Cataluña que inspiró a Tennessee Williams y que, hoy en día, es, posiblemente, una de las más degradadas.

Cuando uno escucha hablar de la Barceloneta la imagen que viene a la cabeza es la de una playa llena de sombrillas, atestada de gente y con turistas tomando tapas frente al mar. ¿Cómo algo así podría inspirar a uno de los mayores y más significativos dramaturgos del siglo XX? Por el tiempo.

Tennessee Williams fue un fanático de Cataluña. Pasó dos veranos en estas tierras y Barcelona siempre fue parada obligatoria. Su lugar en la ciudad era el mítico Hotel Colón, situado en plena Plaza Cataluña, donde empieza Passeig de Gràcia.

Por este alojamiento pasaron la mayoría de las estrellas del Hollywood clásico, artistas de vanguardia, poetas y escritores. Allí departían entre todos y se relajaban a partes iguales. Y aquí acabó Williams en el verano de 1953.

Todo empezó en el Colón

Como solía pasar con el dramaturgo, su experiencia tuvo sus luces y sus sombras. Él, afectado por un fuerte insomnio por el que se medicaba, trataba de seguir unas rutinas fijas.

Si había podido descansar, aprovechaba las mañanas para escribir. A mediodía, se dirigía a los Baños de San Sebastián, un complejo junto a la playa muy popular en la época. Allí nadaba, comía paella y buscaba compañía masculina. Claro que su suerte era relativa.

Un dramaturgo en crisis

Williams ya había superado los cuarenta y empezaba a estar en crisis consigo mismo. Su físico no era el de la juventud y vivía con amargura el paso del tiempo y la pérdida de atractivo físico. A ello se sumaba el enorme sentimiento de culpa con el que cargaba por su homosexualidad, en un contexto social que la condenaba con dureza y que trataba de exponer en sus obras de manera más o menos soterrada.

Aun así, nunca perdió ese deseo de gustar. En sus escapadas por la capital catalana, tenía encuentros con jóvenes barceloneses, el problema es que solían terminar mal: los desengaños pesaban cuando no la sensación de haber sido explotado, como anotó en sus diarios y filtraba en sus obras.

Barrio de la Barceloneta

Barrio de la Barceloneta TURISME BARCELONA

Tennessee Williams en Barcelona

Sucedió. Un día del verano de 1953, con un calor asfixiante que caía sobre la ciudad, el escritor decidió abandonar su habitación, salir a pasear por las estrechas y sombrías calles del barrio Gótico hasta llegar a la playa de la Barceloneta.

Allí vivió una escena un tanto desagradable y teatral. Cuentan que un grupo de seis o siete niños, con un aspecto desprolijo, se le acercaron pidiendo limosna. Sobre sus cuellos colgaban unas latas que al chocar hacían un ruido muy particular.

Un recuerdo impactante

Williams describió ese sonido y esa escena como “una bandada de cuervos crepusculares” que iban hacia él. Una imagen tan perturbadora que no pudo dejarla pasar. Una escena que acabó siendo el final de su obra De repente, el último verano.

Como suele suceder con los mejores autores, los hechos reales y vividos quedan bien camuflados en sus textos. Así, en esta pieza teatral, estrenada cinco años después, la escena no pasa en Barcelona.

Elizabeth Taylor en 'De repente, el último verano'

Elizabeth Taylor en 'De repente, el último verano'

De la realidad a la ficción

La escena final sucede en un pueblo caribeño, cuyos habitantes persiguen a Sebastian como en su día hicieron con Williams. Pero en la obra, asesinan y devoran al personaje que, casualmente, es un joven poeta homosexual. El nombre de la playa en la que murió: San Sebastián. ¿Casualidades?

Muchos críticos han visto en esa escena final un eco directo de los hechos que le acontecieron a Williams en la Barceloneta, por aquel entonces, una playa áspera, marcada por la pobreza, la marginalidad y un trasfondo de violencia latente.

La inspiradora playa de la Barceloneta

El paso del tiempo ha cambiado el aspecto de esta playa. Aunque tal vez menos inspiradora que en los años 50, esta cala urbana ya no está frecuentada por pescadores, tampoco se ve a niños pobres y hambrientos pidiendo. Sí es imagen de fiesta, de verano, de chiringuitos, de paellas para turistas y algún restaurante que se mantiene firme ofreciendo comida de calidad a los vecinos de toda la vida.

El cambio se produjo, sobre todo, a finales de los 80, cuando Barcelona esperaba la llegada de los Juegos Olímpicos del 92. Ayuntamiento, Generalitat y Gobierno sumaron fuerzas para ofrecer una cara renovada de la ciudad.

Playa de la Barceloneta

Playa de la Barceloneta BARCELONA WINTER FESTIVAL

Cómo está ahora

Se derribaron instalaciones industriales y se reformó el litoral para abrir la ciudad al mar. La Barceloneta se convirtió en una de las playas urbanas más célebres de Europa, con un paseo marítimo lleno de bares, restaurantes y zonas deportivas, que colocó a la ciudad y a la playa de Tennessee en el mapa mundial. Aunque eso también tuvo su parte negativa.

Si bien ahora no hay pobreza ni niños pidiendo, tampoco quedan los pescadores y trabajadores que vivían en el barrio. El barrio se ha gentrificado, los bañistas son casi todos extranjeros y el paseo marítimo es un hervidero de ciclistas, corredores y patinadores que no permiten caminar con tranquilidad frente al Mediterráneo.

De caníbales y turistas

Son pocos los que se acuerdan de Tennessee, mucho menos conocen que la playa de la Barceloneta lo inspiró, aunque son muchos los que saben todo lo que representaba para el autor la escena que de allí salió. Aunque Williams salió vivo de allí, en la novela, el poeta acaba devorado por caníbales, trasunto de sus miedos y adicciones, metáfora de la culpa y el rechazo que lo perseguían.

Ahora, esos habitantes ficticios podrían representar la masa de turistas que han acabado con la esencia de una playa y un barrio que significó tanto para la ciudad. Una zona efervescente, donde personajes como Loles León crecieron y que inspiraron al mayor dramaturgo del siglo XX. Una Barcelona que, aunque empobrecida, vivió también tiempos mejores y, de repente...