La Ruta dels 7 Gorgs en Campdevànol / CREATIVE COMMONS - PISU FITER

La Ruta dels 7 Gorgs en Campdevànol / CREATIVE COMMONS - PISU FITER

Viajes

No tiene playa, pero sí siete piscinas naturales, así es este desconocido pueblo de Cataluña con una "gran belleza natural y diversidad única"

El visitante curioso puede descubrir el impacto del modernismo en un pueblo de tan solo 3.200 habitantes

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Hay pueblos que lo tienen todo. Tranquilidad, naturaleza, buena conexión y hasta unos parajes que son la envidia de toda Cataluña. Y no es para menos.

Pocos municipios del interior pueden decir que les importa poco estar lejos de la playa. Campdevànol sí puede, sobre todo, porque tiene hasta siete piscinas naturales a su alrededor. ¿Qué más se puede pedir?

El municipio, enclavado en los Pirineos, es un lugar tranquilo, de apenas 3.200 habitantes, cuyo máximo valor es el agua. Este oro líquido fue clave durante la revolución industrial, con la que el municipio pudo seguir adelante.

La energía hidráulica generada por el río Freser movía antiguas fábricas de cemento, yeso, papel, textil y, sobre todo, de hierro forjado del municipio. Su peso industrial fue tal que el pueblo llegó a formar parte del exclusivo Círculo Europeo de Ciudades del Metal, y todavía conserva vestigios de ese pasado en lugares como el Centre Pyrfer del Ferro i de l’Aigua o el Molí Gros, ambos testigos del poder de un recurso natural que lo transformó todo.

Un pueblo ideal

Pero Campdevànol no vive anclado en el pasado. Hoy es un destino turístico perfecto para los amantes del de turismo rural. Desde allí parten numerosas rutas a pie o en bicicleta, s puede disfrutar de monumentos históricos, ermitas solitarias y una galería de arte al aire libre donde el paisaje es tanto protagonista como lienzo. 

Uno de los itinerarios más especiales comienza precisamente en el núcleo urbano, en la Iglesia Parroquial de Sant Cristòfol. Esta construcción neoclásica del siglo XIX, con un campanario de 46 metros, sirve como punto de partida para una ruta por el románico rural de la zona. 

Campdevanol

Campdevanol WIKIPEDIA

Qué ver en Campdevànol

Muy cerca se encuentran otras joyas escondidas como la Iglesia de Sant Llorenç, con restos del siglo XI, Sant Pere d’Aüira, documentada desde 1150, o la ermita de Sant Grau, situada en lo alto de un monte de casi mil metros, desde donde se obtiene una vista inigualable del entorno.

El visitante curioso puede incluso descubrir el impacto del modernismo en un pueblo tan pequeño. La Casa Tor, un chalet construido en 1924, destaca entre viviendas de piedra y antiguos talleres, mientras que el antiguo Hospital de Campdevànol, diseñado por Joan Rubió i Bellver (discípulo de Gaudí), sorprende a más de uno. Muy cerca, la antigua escuela del Pirineo o la Pinacoteca de Josep Coll i Bardolet completan el recorrido cultural.

Una ruta, 7 piscinas naturales

Pero si algo ha colocado a Campdevànol en el mapa de los destinos naturales más deseados de Cataluña son sus siete piscinas naturales. La Ruta dels 7 Gorgs es uno de los mayores atractivos del lugar.

Se trata de un itinerario circular, de unos 9 kilómetros, que recorre el Torrent de la Cabana (también conocido como Torrent d’Estiula) a través de una secuencia de cascadas y pozas encajonadas entre rocas y vegetación. 

Cómo es el camino

La ruta empieza en el aparcamiento de la Font del Querol y está regulada mediante una reserva previa (obligatoria en Semana Santa, verano y fines de semana de primavera y otoño), con una ecotasa de acceso que ayuda a conservar el espacio.

A lo largo del camino, que discurre entre pino silvestre, robles, fresnos y alisos, se suceden los siete “gorgs” o pozas. El primero es el Gorg de la Cabana, escondido entre un tramo algo escarpado que premia con uno de los saltos más fotogénicos. Le sigue el Gorg de la Tosca, donde el agua cae sobre una superficie tapizada de líquenes y musgo. 

Así es este desconocido pueblo de Cataluña con una gran belleza natural y diversidad única, Campdevànol

Así es este desconocido pueblo de Cataluña con una "gran belleza natural y diversidad única", Campdevànol RIPOLLÈS TURISME

Un lugar para refrescarse

El Gorg de l’Olla, más pequeño pero de forma perfecta, da paso al salto de la Bauma, un rincón salvaje rodeado de vegetación. Tras él aparecen el Forat y el Petit Colomer, dos pequeñas joyas que parecen esculpidas para el descanso, y finalmente, el gran Gorg del Colomer, con una poza profunda y cristalina donde muchos terminan la ruta dándose un baño inolvidable.

Lugares para refrescarse hay de sobras. También para tomar el sol de manera más segura, cubierto con la sombra de las hojas y con la fresca agua que corre libre por este bosque, con escalones naturales a los que estas corrientes han dado forma. 

Otras alternativas

Más allá de esta ruta, Campdevànol ofrece también itinerarios para conocer esculturas integradas en el paisaje, como las del artista Evelí Adam, o senderos como el del antiguo Camino Real de Ripoll a la Cerdanya, donde se alza el Puente de la Cabreta, un paso románico del siglo XI que aparece en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. 

Esta ruta, más cultural, es también algo más larga, pero igual de bucólica. A lo largo de 9,5 kilómetros se puede recorrer la Vía Verde del Hierro y del Carbón, que conecta con otras localidades del Ripollès.

Cómo llegar

Acercarse allí es cuestión de voluntad y de tiempo. Campdevànol está a menos de una hora y cuarto desde Girona. Tomando la C-25 en dirección Vic y enlazando con la N-260 dirección Ripoll, el trayecto se hace de manera sencilla.

Desde Barcelona, la mejor opción es la C-17 en dirección a Vic y Ripoll, para luego seguir por la N-260 hasta Campdevànol. Eso sí, en este caso el viaje dura unas dos horas.