
No es la Fageda: este es el bosque encantado con hayas gigantes y un curioso cementerio, el bosque de Carlac
No es la Fageda: este es el bosque encantado con hayas gigantes y un misterioso cementerio
Este hayedo centenario se encuentra cerca de un diminuto pueblo de la Vall d'Aran
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La Fageda d’en Jordà es, tal vez, uno de los hayedos más conocidos de Cataluña. Su popularidad es merecida, sus árboles centenarios, su ubicación en la zona volcánica de la Garrotxa y su popular fábrica de productos lácteos ayudan y mucho. Pero hay muchos más.
Relativamente cerca de allí, en la Vall d’Aran se esconden otros bosques, igual o más asombrosos. Uno de ellos es el de Conangles, donde centenarias hayas conviven con majestuosos hayedos. Es otro mucho más especial e incluso encantador.
Dónde está
Se encuentra también en la zona más al noroeste de Cataluña, casi tocando a Francia. El bosque de Carlac, ubicado en Bausen es uno de los hayedos más mágicos y espectaculares de la zona.
Está situado a 930 metros de altitud, al lado de este municipio de menos de 60 habitantes, que conserva la arquitectura aranesa tradicional y actúa como puerta de entrada a este impresionante hayedo. Una ruta rodeada de árboles centenarios, relatos históricos y un diminuto y misterioso cementerio.
El pueblo, Bausen
Antes de adentrarse en la espesura del bosque, no está de más conocer un poco mejor el pueblo. Vale la pena visitar la Ermita de Sant Roc y tomar provisiones antes de recorrer este sendero circular que va a llevar al cementerio más misterioso de Cataluña y al mágico hayedo de Carlac.
Desde el pueblo, una escalera conduce a la iglesia de Sant Peir Ad Vincula, un templo del siglo XVIII que está tan elevado que, en los días más fríos se eleva incluso por encima de las nubes. Y una vez abandonado este paraje ya de por si peculiar se inicia el viaje.
Un bosque frondoso
A medida que se avanza, el paisaje se transforma en un denso bosque de hayas con ramas retorcidas. La frondosidad del bosque actúa como refugio contra la lluvia y crea una atmósfera de misterio.
El bosque de Carlac es un entorno donde la naturaleza se manifiesta en su máximo esplendor. El follaje cubre el suelo con un manto de hojas crujientes, mientras que el aire conserva el aroma de la vegetación húmeda. Los sonidos del viento y del agua complementan la sensación de calma y enigma del lugar.

Senderista en el bosque de Carlac VALL D'ARAN
Hayas centenarias
Todo esto se combina con las formas peculiares de este hayedo centenario. En toda la ruta estos viejos árboles conviven con las hayas más jóvenes y crean una atmósfera de tonalidades y formas cada vez más curiosas.
Los troncos y las ramas de estas hayas se retuercen sobre sí mismo, parecen dolerse, adaptarse al bosque, cubrirse del frío. Todo esto ha hecho que se creen relatos e historias que hablan del bosque encantado de Carlac.
Un cementerio especial
Otro de los factores que ayudan a crear una leyenda sobre este hayedo, es la tumba de Teresa. No es ninguna historia de fantasia sino una cruda historia que ha dado origen al cementerio más pequeño de Cataluña.
El relato cuenta que Teresa, está apartada del cementerio de Bausen por motivos religiosos y amorosos. La joven fue enterrada fuera del camposanto cristiano debido a la negativa de la Iglesia a reconocer su matrimonio.
Una sola tumba
Teresa y su pareja contrajeron matrimonio en secreto sin la bendición eclesiástica, lo que llevó a que, tras su fallecimiento, no se le permitiera descansar en suelo sagrado. Ante esta situación, los vecinos de Bausen decidieron enterrarla en un rincón del bosque cercano al sendero.
Su tumba, oculta en el bosque de Carlac se ha convertido en un símbolo del amor y la resistencia a las normas impuestas y añade encanto a este bosque cargado de misterio y hayas centenarias. Pero hay más.
Grandes vistas
A medida que se avanza por el sendero, la luz filtrada por las copas de los árboles genera contrastes que refuerzan el aire cinematográfico del bosque. Un riachuelo atraviesa el camino, cruzado por un puente improvisado de troncos, mientras el sonido del agua se mezcla con el crujir de la vegetación.
En el punto más alto de la ruta, el Collado de Pan, es posible detenerse para admirar las vistas del Valle de Torán antes de emprender el descenso de regreso a Bausen.
Dificultad de la ruta
Lo mejor de todo es que el recorrido por el bosque de Carlac es apto para senderistas de diferentes niveles. Su duración moderada y el escaso desnivel permiten disfrutar del entorno sin grandes exigencias físicas.
Sin embargo, su valor no radica solo en su accesibilidad, sino en su atmósfera singular. La peculiar forma de las hayas milenarias, la densa vegetación y la historia de Teresa conforman un paisaje que parece extraído de un cuento que le dan el nombre de bosque encantado.
Cómo llegar
Para hacer la ruta, lo más importante es llegar a Bausen y la manera más rápida de hacerlo es en coche. Desde Lleida son dos horas y media por la N-230 en dirección al Vall d'Aran. Una vez allí se debe ir en dirección Les y en el pueblo tomar la carretera de montaña que sube hasta Bausen.
Desde Barcelona son ya cuatro horas. Se debe ir por la A-2 en dirección a Lleida y, cuando se llega a la capital del Segrià es coger la N-230 hasta el Vielha y seguir las instrucciones anteriores.