
Carcassonne de noche
El mejor pueblo para ir de escapada romántica a dos horas y media de Cataluña: tiene un castillo Patrimonio de la UNESCO
Un municipio francés con preciosas calles medievales y una impresionante fortificación de visita obligatoria
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No hace falta que sea San Valentín para celebrar lo enamorado o enamorada que estás de tu pareja, eso es cierto. Pero como se acerca el día, hemos pensado que sería una buena idea proponeros un destino perfecto para esta ocasión.
Algunos eligen sorprender con pequeños detalles, como flores, chocolates o regalos personalizados, mientras que otros prefieren compartir experiencias que los acerquen aún más como: viajes sorpresa, actividades recreativas o, simplemente, pasar el día disfrutando de la compañía del otro. Más allá de los regalos materiales, lo importante es el gesto de dedicar tiempo y atención a la persona que se ama. Como decía Luis Miguel: "amor, amor, amor... nació de ti, nació de mí, de la esperanza...".
El destino perfecto para San Valentín
El 14 de febrero se celebra el Día de los Enamorados y es la excusa perfecta para disfrutar en pareja de una escapada romántica por Europa para salir de la rutina. Para aquellas parejas que estén eligiendo su próximo destino, Waynabox, la primera empresa en ofrecer viajes sorpresa, ha seleccionado tres capitales europeas y tres pequeñas ciudades.
Aunque la elección no ha sido fácil, una de las elegidas está a menos de dos horas y media de Cataluña: Carcassonne. Es ideal para aquellos que prefieran hacer una breve escapada más cerca de casa: una increíble joya medieval, que no te dejará indiferente. Una combinación perfecta entre historia, castillos y el medievo, que disfrutarán como niños de una visita a esta pequeña ciudad del sur de Francia.
Entre los demás destinos elegidos por Waynabox se encuentran: Praga, Roma, Viena, Brujas (Bélgica) y Oia (Santorini).

Carcassonne
Un bonito pueblo medieval
Carcassonne es una comuna francesa, capital del departamento del Aude, en la región de Occitania. La ciudad está situada en el sur de Francia, a medio camino entre Narbona y Toulouse, a unos 80 km al este de esta ciudad. Su emplazamiento estratégico en la ruta entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico es conocido desde el Neolítico. La ciudad tiene la montaña Negra al norte, las Corbières al este, la llanura de Lauragais al oeste y el valle del Aude al sur. Esta región natural se conoce como Carcassès.
La superficie de la comuna es de 65 km2; lo que la hace una comuna grande comparada con numerosas pequeñas comunas del Aude. El clima se caracteriza por veranos, relativamente, calurosos, con un mes de julio seco y con sequía y con otoños e inviernos suaves, con heladas, relativamente, poco frecuentes. Las lluvias están repartidas más o menos equitativamente entre el mes de octubre y el mes de mayo.
El castillo de Carcassonne
La ciudad es conocida por su ciudadela amurallada, un conjunto arquitectónico medieval restaurado por Eugène Viollet-le-Duc, en el siglo XIX, y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco -desde el año 1997-.
Las imponentes fortificaciones de la ciudad de Carcassonne ocupan un promontorio rocoso que domina el curso del Aude. A sus pies, se extiende la ciudad baja fundada por Luis IX en 1248. Ocupada a partir del siglo VI antes de a. C. fue una ciudad romana, fortificada en el Bajo Imperio antes de ser un pueblo medieval. Se recomienda visitarlo por sus murallas, matacanes, sala de proyección y su museo lapidario.

Castillo de Carcassonne
Refugio de un vizconde
El castillo condal fue en el que se refugió el vizconde Trencavel y que San Luis volvió a fortificar tras la cruzada cátara y su correspondiente asedio, el cual es uno de los lugares que visitar, obligatoriamente.
El aspecto que tiene es una idealización de Viollet-le-Duc, ya que así debía ser un castillo medieval en el imaginario popular de mediados del siglo XIX y así se restauró, sin importar mucho la verdadera historia.
Esto no quita que sea una auténtica maravilla –en España pasó lo mismo con el castillo de Olite en Navarra–. Podrás recorrer sus salas, admirar algunos de sus frescos, descubrir algunas de las piezas que custodia y recorrer sus caminos de ronda. En los que podrás disfrutar de una panorámica más sobre las murallas exteriores de la ciudadela y sobre la iglesia de Saint-Gimer –construida en el siglo XIX por Viollet-le-Duc, en estilo neogótico–.

Carcassonne