El desconocido pueblo medieval catalán de seis letras y menos de 50 habitantes: esconde un patrimonio de la UNESCO
El municipio conserva desde pinturas rupestres a una iglesia románica
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Como pasa con las personas, lo importante no es lo popular que uno sea, sino lo que hay en su interior. Frase que podría firmar Paulo Coelho, pero que se ajusta bastante bien a un municipio medieval que se encuentra en Cataluña y que con menos de 50 habitantes ha llamado la atención de la UNESCO.
El lugar en cuestión no es de fácil acceso. Está escondido en las montañas de Prades, en la comarca de la Conca de Barberà y sus dimensiones lo han convertido en una mera pedanía de Montblanc, aunque en su idea fue muy independiente.
Dónde está
El lugar en cuestión es Rojals, un pequeño pueblo de montaña con apenas 41 habitantes y una historia que no sólo se remonta a la Edad Media, sino que tira mucho más atrás, casi a los orígenes de la humanidad.
A muchos les cuesta creer que un pueblo de estas dimensiones sea tan rico, pero tras estas seis letras que tiene su nombre se esconde un lugar de lo más rico a nivel cultural y natural. De hecho, es el núcleo habitado más alto del Espacio Natural Protegido de las Montañas de Prades, situado a 979 metros de altitud.
Los orígenes de Rojals
Allí se asentaron los primeros pueblos en la prehistoria, pero como municipio se constituyó mucho más tarde, al principio de la Edad Media. La primera vez que aparece documentado este municipio es en 1151, donde se refieren a él como parte de un conjunto de agrupaciones de masías.
El encanto de Rojals, precisamente, radica en la conservación de su historia y patrimonio. La localidad mantiene intacta la esencia medieval, complementada por un patrimonio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Espacio protegido
Sus quince conjuntos de pinturas rupestres, fechados entre el 9.000 y el 2.000 a.C., forman parte de la Ruta del Arte Rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica, protegido por esta organización internacional.
Estas pinturas, localizadas en abrigos como el Portell de les Lletres, Mas d’en Llort y Mas de Ramon d’en Bessó, son testigos de la transición cultural de los recolectores-cazadores a los agricultores. Una prueba de que esta zona fue clave en la evolución del hombre.
Las pinturas rupestres de Rojals
Las pinturas que se pueden ver en este espacio representan escenas de caza, pastoreo, recolección de miel. Asimismo, muestran lo que posiblemente son rituales solares, con figuras de animales como ciervos y bóvidos y una rica simbología abstracta.
Poco se puede decir aquí para entender el alcance de este espacio. Para comprender la magnitud de este arte prehistórico, el Centro de Interpretación del Arte Rupestre, ubicado en Montblanc, ofrece reproducciones a escala real y exposiciones interactivas.
Iglesia románica
No todo se queda en la prehistoria ni en las afueras de Rojals. En su núcleo urbano, destacan las casas empedradas y, sobre todo, la iglesia parroquial de Sant Salvador, también conocida como la iglesia de la Transfiguración del Señor.
Construida en el siglo XII con un marcado estilo románico, este templo ha experimentado diversas modificaciones a lo largo de los siglos. Aunque lo más curiosos de todo es que, a pesar de tener dos nombres, en la actualidad, no tiene un cultor regular.
Qué ver
Originalmente de una sola nave, con un ábside semicircular y una portada primitiva desaparecida, la iglesia incluye añadidos posteriores como capillas laterales y un campanario cuadrado construido tardíamente.
El interior de la ermita conserva elementos románicos como la nave cubierta con una bóveda de cañón ligeramente apuntada. Los muros originales, construidos con sillares regulares colocados de forma isódoma, aún se mantienen, a pesar de las restauraciones realizadas en el siglo XVIII.
La Guerra en Rojal
Durante ese periodo se añadió una portada con la inscripción de 1789 en su dintel y un retablo en el altar mayor, perdido durante la Guerra Civil.
Durante la contienda bélica, también fue objeto de ataques, aunque, por suerte, apenas quedó afectada la estructura.
Entorno
Por último, mencionar el mirador dedicado al Mossèn Armand Puig, que ofrece vistas espectaculares de la Conca de Barberà y los Pirineos en días despejados.
Este punto panorámico invita a detenerse y disfrutar del paisaje montañoso, ideal para los amantes de la naturaleza, otro de los atractivos del municipio.
Rutas por Prades
Rojals es un excelente punto de partida para explorar la región a pie o en bicicleta de montaña. Las rutas de senderismo atraviesan los riscos y barrancos que rodean el pueblo, ofreciendo vistas feroces y salvajes descritas por el escritor Antoni Palau i Dulcet como “testimonios milenarios de conmociones geológicas”.
Una de las rutas más recomendadas es el recorrido circular de 8 kilómetros que pasa por los abrigos rupestres del Mas d’en Llort y el Mas de Ramon de Bessó. Aunque tiene una dificultad media por su desnivel, es apta para familias y ofrece una experiencia inolvidable para los excursionistas.
Cómo llegar
Rojals se encuentra a dos horas en coche de Barcelona. Se suele ir por la autopista AP-2 en dirección a Lleida/Tarragona hasta tomar la salida 9 hacia Montblanc. Al salir de la autopista, se sigue por la carretera C-14 en dirección al pueblo que dio origen a la leyenda de Sant Jordi.
Desde allí, se debe continuar por la carretera T-704, que asciende hacia las Montañas de Prades. El trayecto desde Montblanc hasta Rojals es de unos 12 kilómetros aproximadamente y, debe tenerse en cuenta que tiene bastantes curvas y un desnivel notable,