
Palmeras de una de las calas de Cunit
El desconocido pueblo catalán de las ocho calas: un lugar ideal para disfrutar del atardecer
Un proyecto nacido hace 40 años se ha convertido en la insignia de este municipio de la Costa Dorada de Cataluña
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No es época para ir a la playa a bañarse, pero eso no quita que, cuando sube un poco la temperatura, a uno le apetezca irse a caminar por algún paseo marítimo o alguna cala para sentir la brisa del mar o el agua en los pies.
Cataluña, con sus cerca de 700 kilómetros de costa, es un lugar ideal para ir a despejarse del ajetreo diario y relajarse contemplando los amaneceres y atardeceres en el Mediterráneo.
Lugares hay muchos. La Costa Brava suele ser la estrella. Su camino de ronda, la hace ideal para aquellos que quieran tener un poco de mar y montaña. Pero hay mucho más.
A tocar de la costa central, pasado el litoral del Garraf, empieza la Costa Dorada. Lo hace un con pueblo de un tamaño completamente reducido, de menos de 10 kilómetros cuadrados. Allí, en este reducido espacio, está uno de los espacios más espectaculares de Cataluña: una extensión de playa que alberga hasta 8 calas.
Una idea de hace 40 años
Aunque parezca imposible, es real. Esto es lo que sucede en Cunit, municipio que, para proteger su frente marítimo del cada vez más bravío Mediterráneo, decidió construir pequeños espigones paralelos a la playa que sirven para protegerla.
El proyecto nació mucho antes de que la agenda climática estuviera sobre la mesa. Entre los años 1977 y 1983, el ayuntamiento de este pequeño municipio, decidió construir casi una decena de diques de contención, para proteger su costa y los edificios de pescadores que, en su día, se encontraban en primera línea de mar.

Playa de Cunit GOOGLE
Poco podrían pensar sus responsables que, una idea diseñada pensando en la seguridad de sus vecinos se convertiría, con el tiempo, en uno de sus rasgos de identidad. Cunit es desde hace más de 40 años en el pueblo catalán de las ocho calas.
En sus 2,5 kilómetros de costa, el municipio cuenta hasta con 8 playas que adquieren una forma semicircular, de luna, que lo hacen únicos. Y además con varios beneficios añadidos.
Más playa y más pesca
Más allá de la protección de su costa y del atractivo turístico, Cunit ha logrado dos hitos más. Por un lado, los diques, puestos en línea paralela con el paseo marítimo, ha hecho sus playas pasen de los 2,5km a los 3,3km de arenal.
A eso, se le suma otro aliciente para los amantes de la pesca. Estos espigones llevan años siendo el lugar predilecto de muchos pescadores y buscadores de crustáceos aficionados.
Historia
Pero este municipio en el que arranca la costa de la provincia de Tarragona tiene mucha más que una oferta de sol y playa. Si uno da la espalda al Mediterráneo y se adentra en sus calles, va a toparse con historia viva.
Hablamos de la época grecorromana, pues se han hallado restos arqueológicos que datan de 3700 a. C. y que todavía se pueden ver. La Cova de l’Avenc o el yacimiento del Fondo del Roig son claros ejemplos de ello.
Qué ver
Pero hay más, mucho más. Cunit creció hasta lo que es hoy en día y todavía conserva parte del legado de la época medieval. Prueba de ello es el castillo que se encuentra en la zona más alta de la ciudad y del que se conserva poco más que la estructura.
La Iglesia de San Cristóbal, que data del año 1762, también retiene elementos de la construcción románica original del siglo XII. Destacan de esos tiempos la sacristía y los tres ábsides.

Iglesia de San Cristóbal de Cunit GOOGLE
Arquitectura
Para acabar y regresar al presente, hay dos construcciones arquitectónicas típicamente catalanas repartidas por su territorio. Por un lado, el Mas Sant Antoni, que con su torre presidida por un reloj de sol, conserva su encanto y en el que puede verse su colección de arte.
Por último, destacar el Mas de Can Pla, un edificio modernista de tres pisos con unos amplios jardines que le rodean como un tierno abrazo. El palacete está situado cerca de la carretera, pero su belleza impresiona si uno entra por la vía que va desde Cunit a Clariana, que da una calurosa bienvenida a quien se aventure en el mismo.
Cómo llegar
Para disfrutar del pueblo catalán de las ocho calas no hace falta más que meterse en un tren, concretamente, en la línea R2 Sud de Rodalies, que conecta directamente la estación de Sants con Cunit. El trayecto dura aproximadamente una hora y cinco minutos con una frecuencia de paso media hora.
Si uno opta por el coche tiene dos alternativas. Por un lado, está la opción de tomar la autopista C-32, una de las más caras de Cataluña, pero que hace que la distancia con Cunit se reduzca a 45 minutos. Por el otro, se puede ir por la carretera N-340, más conocida como "las costas del Garraf", que tiene más curvas y mejores paisajes, aunque se tarda una hora, siempre que no sea pleno verano.