El mejor pueblo de Tarragona para contemplar el paisaje de Prades: un mirador a 900 metros de altura
- Unas vistas panorámicas espectaculares desde donde podrás vislumbrar, en un día soleado, la tierra de Mallorca
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Nos encanta ir a los miradores y encandilarnos con las vistas que nos ofrecen porque, en esos momentos, el mundo parece detenerse. Desde lo alto, la perspectiva cambia, y lo cotidiano se transforma en algo más grandioso y más amplio. Hay algo mágico en contemplar bellos paisajes desde la silueta de una ciudad iluminada por la noche hasta las montañas vistas a ras de cielo. Es un instante en el que nos sentimos pequeños, pero al mismo tiempo parte de algo mucho más grande, de la naturaleza o de la historia que ha marcado ese lugar. La tranquilidad que nos brindan las vistas invita a la reflexión y a no perderse en los pensamientos mientras se absorbe la belleza del entorno.
El mirador de Tarragona
Situado a 900 metros de altitud, encontramos el mirador de L'Albiol desde donde se pueden contemplar las Montañas de Prades y la costa.
L'Albiol es un municipio de la comarca del Baix Camp, en Tarragona: limita al noreste con Alcover, al norte con Mont-ral, al oeste con Vilaplana, al suroeste con L'Aleixar y al sur con La Selva del Camp.
Por su estratégica situación, es uno de los miradores de este municipio, desde donde se pueden ver las montañas de Montserrat hasta el Delta del Ebro. Además, en los días más claros se puede vislumbrar el Mont Major de Mallorca.
El Port de Tarragona i al fons el perfil de l'illa de Mallorca ahir dijous a 2/4 de 6 de la tarda des de l'Albiol. A simple ull no es veia gaire, amb ulleres de sol es veia algo millor. La fotografía la he hagut de processar bastant perquè és pogués veure l'illa. pic.twitter.com/nJfnOOEYb1
— Alejandro Y. (@ayeste8) April 6, 2018
La combinación de factores atmosféricos con la altura de algunas zonas de las costas tarraconenses permite divisar, en el horizonte, la silueta de la isla más grande de las Baleares.
El viento de mistral es quien da la clave para poder observarla, ya que despeja el horizonte facilitando así una visión perfecta.
Lugares de interés desde el mirador
Entre el patrimonio histórico del municipio destaca el Castillo de Albiol, aunque, de la fortificación original solo quedan algunas partes, ya que se ordenó el derribo y destrucción tras la Guerra dels Segadors, en el 1654. Aún así, se conservan trozos de la muralla, con algunas torres cuadradas, y de las edificaciones centrales: desde la cima se puede contemplar una espléndida panorámica de la demarcación.
En el núcleo histórico del municipio, cerca del castillo, también podemos ver la iglesia de San Miguel del Albiol, construida a finales del siglo XVIII: consta de una sola nave con capillas abiertas entre los contrafuertes y el portal mayor es una arcada adovelada de medio punto soportada por pilastras con capiteles clásicos.
Otro de sus atractivos es Villa Urrutia: un edificio modernista de planta baja y un piso de altura, con una torre cilíndrica que configura el horizonte del entorno de las Masies Catalanes. A su alrededor, hay un jardín del que se conservan un templete y una serie de escaleras con cerámica vidriada formando dibujos de colores.
El Albiol, por su ubicación, es un muy buen punto para iniciar rutas senderistas que nos permitirán descubrir el entorno natural de las Montañas de Prades.
Las montañas de Prades
Las montañas de Prades, ocupan una extensión de 30.726,39 hectáreas, y constituyen una unidad geográfica perfectamente identificable entre las comarcas del Alt, el Baix Camp, la Conca de Barberà y el Priorat.
Se trata de un espacio biogeográficamente excepcional, que incorpora a su interior, espacios naturales de protección especial, como las reservas naturales parciales del Tildar y de la Trinidad.
La coexistencia de paisajes, plenamente, mediterráneos con otros de centroeuropeos, e incluso boreales, hace que sea un espacio muy interesante.
Por otro lado, se considera la existencia de yacimientos paleontológicos de gran valor científico, que han sido declarados Patrimonio Mundial por la Unesco en el 1992.
Es uno de los espacios naturales básicos y de especial interés en Cataluña, que conserva valores científicos, paisajísticos y socioculturales, únicos para el territorio.