Este es el personaje bíblico que pasó por Cataluña: la leyenda de un pueblo catalán a 20 minutos de Barcelona
Esta persona emprendió su viaje desde Jerusalén hacia Europa e hizo penitencia
Cataluña está repleta de leyendas: desde Sant Jordi y el dragón hasta el timbaler del Bruc, pasando por el negro de Banyoles o la más común niña de la curva. Luego están las más locales o ya teorías particulares sobre la catalanidad de Colón. Pero la que más sorprende de todas es la historia que implica a un personaje de la Biblia. Y no es ningún emperador romano, sino un personaje muy cercano a Cristo.
El personaje en cuestión no es otro que María Magdalena y el pueblo por el que parece que pasó, al menos eso cuenta la leyenda, es Corbera de Llobregat, un municipio a apenas 20 minutos en coche de Barcelona.
Los hermanos de María Magdalena
Dice la leyenda local que, tras su encuentro con Jesucristo, María Magdalena habría viajado a Cataluña, bajo nombre de María Betania, en busca de un lugar donde llevar una vida de penitencia y recogimiento. Lo hizo aprovechando el viaje de sus hermanos Marta y Lázaro a Provenza para pregonar la palabra de Jesús.
Magdalena, todavía culpable por sus pecados, prefirió proseguir hasta España y quedarse aquí, al menos, un tiempo. El lugar, según las narraciones, sería una cueva en las montañas de Corbera, donde la santa pasó años en soledad y oración antes de trasladarse a la Sainte Baume, en Provenza, donde falleció.
Una capilla en su honor
Los vecinos de Corbera, conmovidos por su presencia y devoción, construyeron una capilla en su honor, la cual se convirtió rápidamente en uno de los santuarios más venerados de Cataluña durante la Edad Media.
Esta ermita atraía a peregrinos de toda la región y se convirtió en un punto de especial devoción para los pescadores, quienes, en momentos de peligro en el mar, prometían visitar Santa Magdalena de Corbera en agradecimiento por su intercesión.
Un milagro de la Virgen
Más allá de eso, parece que maría Magdalena obró un milagro en el municipio en el siglo XIV. Se cuenta que una dama de la nobleza barcelonesa, afectada por un cáncer de pecho incurable, decidió peregrinar al santuario tras escuchar relatos de los prodigios atribuidos a la santa. La mujer, casi desahuciada, llegó al santuario en litera, soportando horribles dolores, y rogó a Santa Magdalena por su curación. Sin embargo, al no experimentar alivio inmediato, emprendió su regreso a Barcelona con resignación.
El milagro ocurrió en el camino de regreso. A unos quince minutos de Corbera, la dama pidió detener la marcha y, para sorpresa de su esposo y su séquito, emergió de la cama con un rostro rejuvenecido y la certeza de estar completamente curada. En agradecimiento, su esposo mandó erigir una cruz de piedra en el lugar exacto donde sucedió el prodigio, un monumento que resistió siglos de guerras y desastres hasta ser derribado durante la revolución de 1869, conocida como "la Gloriosa". Años después, el pueblo de Corbera reconstruyó la cruz como homenaje a la intercesión de la santa y al milagro que marcó la historia de la localidad.
Qué ver en Corbera
La capilla dedicada a Santa Magdalena y la cruz conmemorativa se han convertido en símbolos del legado espiritual de Corbera. Pero no todo el atractivo del pueblo radica en esta particular leyenda, sino también en su historia. Y es que si bien Corbera de Baix es más urbana y moderna, Corbera de Dalt respira la tradición del pasado.
El origen de esta zona y del pueblo se remonta al año 992, cuando surgió alrededor del Castillo de Cervelló, más tarde conocido como el Castillo de Corbera. Este enclave estratégico, situado en el margen derecho del río Llobregat, fue fundamental durante la Edad Media para la defensa de la región.
El casco histórico de Corbera conserva el encanto de una villa feudal. Sus calles empedradas albergan joyas arquitectónicas como el Casal de Santa Magdalena, del siglo XVI; el antiguo Hospital de Peregrinos, también del XVI; y la citada iglesia parroquial de Santa María, documentada en 1295, que guarda una talla gótica de Santa Magdalena y una imagen de la Virgen de la Leche. Además, destacan las ruinas del Castillo de Caballeros, que datan del siglo X, y el Monasterio de Sant Ponç, una construcción de estilo lombardo que remonta a los orígenes del pueblo.
Fiestas y tradiciones
Corbera es también un pueblo vibrante, conocido por sus numerosas festividades y tradiciones. Una de las más emblemáticas es el Pesebre Viviente, la representación navideña más antigua de Cataluña, documentada desde 1962. Esta representación teatral, basada en un texto de Josep Rodrigo y Francesc Mestres, se realiza en el impresionante paraje de Les Penyes dels Corbs, cerca de la iglesia de Santa María, desde principios de diciembre hasta mediados de enero.
A lo largo del año, el municipio celebra también sus fiestas mayores, destacando la de San Antonio Abad, el 17 de enero, y la de Santa Magdalena, el 22 de julio. Estas festividades, junto con su rico patrimonio histórico y la magia de su entorno natural, convierten a Corbera de Llobregat en un destino único, donde la historia, la fe y las tradiciones se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable.
Cómo llegar
Para llegar a Corbera desde Barcelona hay dos maneras: transporte público y privado, y si tarda más o menos lo mismo, sobre todo, debido al tráfico de la entrada y salida de la capital. En principio, el trayecto más rápido es tomar la B-23 en dirección a Molins de Rei y luego continuar por la A-2 hasta la salida hacia la BV-2421, que lleva directamente al municipio. Si no hay retenciones se puede tardar 20 minutos.
Depende a la hora y el día que se vaya, es más recomendable y siempre más sostenible ir en transporte público. Lo más fácil es tomar la línea R4 de Rodalies hasta la estación de Castellbisbal. Desde allí, se puede conectar con autobuses locales que cubren el trayecto hasta Corbera de Llobregat. Suele demorar una hora.