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Cataluña es un territorio a descubrir. Pocos rincones pueden decirse que son poco recomendables, siempre hay una historia, una anécdota detrás que hace que una escapada valga la pena.

Centenares de publicaciones de viajes redactan año tras año artículos sobre pueblos, rutas o monumentos catalanes que bien merecen una visita. Una de estas es National Geographic que siempre destaca algún lugar de esta comunidad autónoma, en los últimos meses, se ha centrado en municipios de Lleida.

Dónde está

Esta poco masificada provincia catalana está repleta de pueblos, bosques y senderos que permiten sumergirse en lo más hondo de la cultura catalana. Bagergue o Taüll son siempre algunos de los nombres que aparecen, pero National Geographic ha dado este mes otro nombre, el de Ager.

Encajado entre las cumbres pirenaicas y rodeado por los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorçana, el municipio es un enclave único. Combina un rico patrimonio histórico y cultural con un entorno natural espectacular, convirtiéndose en un destino imprescindible para los amantes de la historia, el arte y la naturaleza.

Naturaleza única

Àger está situado al pie del macizo del Montsec, un lugar que destaca por su biodiversidad y sus impresionantes paisajes. Esta montaña con impresionantes vistas panorámicas y decenas de rutas de senderismo por hacer (además de parapente o circuitos BTT) es hogar de especies emblemáticas como el quebrantahuesos, las águilas reales y los buitres leonados.

La naturaleza es la protagonista de este lugar. Más allá de la fauna, sus frondosas montañas cubren de verde el valle, apenas salpicados por agrupaciones de casas o masías aisladas

Su situación permite disfrutar de un cielo limpio y libre de contaminación lumínica, que le han convertido en un destino certificado como Starlight. Y es que, este rincón de Cataluña es en un lugar privilegiado para contemplar el universo, ya que reune las condiciones óptimas para la observación astronómica

Historia y legado cultural

No todo se queda en la naturaleza y su cielo. La historia y la cultura de Àger está profundamente ligada a esta geografía estratégica. Durante el siglo VIII, la villa quedó bajo dominio islámico, y no fue hasta el siglo XI que Arnau Mir de Tost lideró la reconquista del valle. Este noble convirtió el castillo árabe en su residencia y ordenó la construcción de la iglesia de Sant Pere, que marcó el inicio de la actual colegiata.

El recinto fortificado de Àger, promovido por Arnau Mir de Tost, es un testimonio de su importancia militar y política durante la Edad Media. Este conjunto monumental, que combina estilos románico y neogótico, se levanta sobre las ruinas de un antiguo castillo romano, consolidando la relevancia histórica de la localidad.

Núcleo histórico

El principal atractivo patrimonial de Àger es la Colegiata de Sant Pere, un conjunto monumental que incluye las ruinas del castillo y una iglesia románica con un claustro gótico del siglo XIV. Situada en un punto estratégico, la colegiata domina toda la vall d’Àger, ofreciendo una panorámica que combina historia y naturaleza.

Construida entre los años 1034 y 1047, la iglesia de Sant Pere albergó una comunidad de canónigos que vivieron su máximo esplendor durante los siglos XIV y XV. Sin embargo, conflictos como la guerra contra Joan II y el despoblamiento de la región provocaron su declive. 

Castillo de Àger ÀGER

A lo largo de los siglos, el conjunto sufrió los estragos de la Guerra de los Segadores, la Guerra de Sucesión y la Guerra del Francés, pero aún conserva elementos arquitectónicos de gran valor histórico y artístico. 

Actualmente, algunos de sus tesoros, como pinturas murales y ornamentos, se encuentran en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y en Estados Unidos.

La iglesia de Àger

Otra joya patrimonial de Àger es la iglesia de Sant Vicenç, la actual parroquia del pueblo. Este templo, construido en el siglo XI, destaca por su singular planta basilical de tres naves. En su interior se encuentran piezas únicas, como un sarcófago romano del siglo III procedente de la Colegiata de Sant Pere, que actualmente se utiliza como pila bautismal.

El edificio combina elementos románicos, góticos y neoclásicos, resultado de las distintas reformas realizadas a lo largo de los siglos. Entre sus elementos más destacados se encuentran un órgano barroco, un campanario gótico y molduras renacentistas que enriquecen su estructura arquitectónica. Su complejidad y riqueza artística convierten a esta iglesia en un lugar imprescindible para quienes desean conocer la evolución del arte sacro en Cataluña.

Qué ver y hacer en Àger

Con esta combinación de historia y naturaleza, el visitante lo único que tiene que hacer es llegar y dejarse llevar. Puede empezar con un recorrido por sus calles y luego, explorar las rutas de senderismo y el parapente, que de allí parten y que permiten explorar el macizo del Montsec. 

Uno de los caminos más populares es el Camí del Congost de Mont-rebei. Sus espectaculares vistas y su recorrido a lo largo de un desfiladero de vértigo lo han hecho muy conocido entre los amantes del trekking.

Qué comer

Para recuperar fuerzas nada mejor que una buena comida. Y Àger la tiene. Su oferta gastronómica combina tradición y productos locales. 

Los restaurantes de la zona ofrecen platos típicos elaborados con ingredientes de proximidad, como carnes a la brasa, embutidos y vinos de la región, perfectos para disfrutar tras una jornada de exploración.

Cómo llegar

Llegar a Àger desde Barcelona en coche requiere un trayecto de aproximadamente dos horas, recorriendo una distancia de alrededor de 160 kilómetros. El recorrido más común comienza tomando la autopista AP-2 o la autovía A-2 en dirección a Lleida.

A la altura de Tàrrega, se debe tomar la salida hacia la carretera C-53 en dirección a Balaguer. Una vez en Balaguer, se continúa por la carretera C-12 en dirección a Àger, siguiendo las indicaciones hacia el valle del Montsec. El tramo final ofrece vistas espectaculares del entorno natural antes de llegar al municipio.