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Indagar en pueblos olvidados y abandonados es una de esas experiencias que nos conecta directamente con el pasado, dándonos una perspectiva única de lo que alguna vez fueron estos lugares. ¿Hay algo más fascinante que recorrer los caminos desmoronados, transitar por calles vacías o descubrir las huellas de lo que antes fue una comunidad llena de vida? Es como adentrarse en un misterio histórico donde cada edificio en ruinas cuenta una historia pasada, que por diversas razones quedaron atrás.

Lo increíble de estos pueblos es la sensación de viaje en el tiempo. Muchos de ellos, ya perdidos en medio de la naturaleza, se han desvanecido lentamente debido a la despoblación o a cambios económicos. Desde casas de piedra cubiertas por la vegetación hasta iglesias abandonadas con techos derrumbados; los vestigios del pasado nos invitan a preguntarnos cómo eran esas comunidades o qué les llevó a desaparecer y cómo vivían sus habitantes. 

El pueblo fantasma

Molinàs es un pueblo casi tocando con la frontera de Francia, a unos 100 metros sobre el nivel del mar en la comarca del Alt Empordà, en Girona; que se fundó en 1773.

En uno de los escasos altiplanos que presenta la sierra de la Balmeta, Molinàs se aprovecha de dos rieras que dan cobijo a este pequeño despoblado perteneciente el municipio de Cólera. Molinàs tuvo un auge de población que llegó a 100 personas, pero ¿qué paso con este pueblo a lo largo de los años?

¿Por qué es un pueblo abandonado?

Los motivos del abandono de Molinàs se deben a las plagas de la filoxera y del alto número de guardias civiles que existían en el poblado para el control fronterizo. Muchas de las jóvenes que nacieron y crecieron allí, se casaron con alguno de estos guardias y dejaron el pueblo, a medida que les iba cambiando su destino profesional.

Molinàs PUEBLOS DEL OLVIDO

Otra de las razones, fue la huida de muchas personas desde Colera a Molinàs para refugiarse de los bombardeos que asolaban el puente el cual comunicaba con Francia durante la Guerra Civil. En 1945 solo vivían seis familias, formando un total de 23 habitantes.

Varios desastres naturales asolaron la zona, lo que hizo que muchos jóvenes y familias migrasen a Francia -donde recibían mayores ingresos por las labores de campo-.

Lo que llevó al abandono total de Molinàs en el año 1970, aunque muchos de sus antiguos vecinos siguieron acercándose a la zona para evitar, que este pueblo, no cayera en el olvido.

¿Puede resucitar el pueblo?

Actualmente, existe una iniciativa de transformar el pueblo en una ecoaldea: una comunidad que persigue la sostenibilidad social, ecológica y económica. Sus principios se basan en el respeto por la naturaleza, el uso de las energías renovables y el uso de materiales de construcción ecológicos basados en la bioconstrucción.

Esta iniciativa está promovida por la Asociación Olea de Molinàs y es un movimiento reciente. Además, cerca de Molinàs podrás visitar su castillo y la ermita de Sant Miquel de Colera.

Cómo llegar

El pueblo, como decíamos, se encuentra al norte de Cataluña, no especialmente lejos de la frontera con Francia. De hecho, para llegar desde Girona, te espera un recorrido de 74,3 kilómetros y un viaje que se extiende hasta la hora y cuarto a través de la AP-7 y la N-260.

Si, por el contrario, vienes de Barcelona, deberás tomar la AP-7 en un trayecto de 169 kilómetros y algo más de dos horas. Desde Lleida son 300 kilómetros, casi tres horas y media; y desde Tarragona, 258 kilómetros, también por la AP-7, en un trayecto que se extiende hasta las tres horas.

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