Los pueblos catalanes en invierno adquieren un encanto especial, donde la tranquilidad y la belleza natural se combinan en un paisaje de ensueño. Falta poco, para que muchos de ellos se vistan de blanco con la nieve que cubre los montes, especialmente, en las regiones de los Pirineos, como la Vall de Núria o La Molina. Las actividades invernales, como el esquí, el senderismo en la nieve y las rutas, atraen tanto a los amantes de la naturaleza como a los buscadores de aventura.
Además, la mayoría de los municipios del interior de Cataluña ofrecen una experiencia acogedora durante la época invernal con las calles empedradas y las casas de piedra.
La preciosa villa pirenaica
Hay muchos pueblos catalanes, dignos de visitar y de admirar y Vielha, la capital de la Valle de Arán, es uno de ellos.
Es una villa pirenaica que se encuentra a casi 1.000 metros de altitud, rodeada de picos que superan los 2.000 metros. Esta pintoresca localidad se caracteriza por sus edificios de piedra, típicos de esta región, que se encuentra en la confluencia entre el río Nere y el río Garona. Esta cautivadora parte de la villa destaca por sus calles estrechas y sus históricos edificios.
Uno de los lugares más emblemáticos del casco antiguo es la iglesia de San Miquel de Vielha, una edificación que se caracteriza por su estilo románico y que muestra algunos rasgos típicos del estilo gótico. Su campanario llama mucho la atención por su tamaño, pero hay que tener en cuenta que esta iglesia se construyó al lado del castillo medieval; y, por esta razón, también tenía la función de torre de defensa y de homenaje.
Actualmente, esta iglesia se encuentra al lado del Ayuntamiento y de la Oficina de Turismo, y en su interior se conservan el Cristo de Mijaran y una pequeña colección de pinturas góticas y barrocas.
Las casas de Vielha
Otro de los atractivos de la villa es Çò de Rodès, que se encuentra en la calle Mayor. Esta casa de 1608 conserva aún muchos elementos del pasado como las esquinas de piedra, la puerta adovelada y las dos ventanas del piso superior: una de ellas de estilo gótico y la otra de arco rebajado.
Además, para conocer una casa típica aranesa podemos pasar por delante de Çò de Saperisa, una de las casas más históricas de Vielha que data del 1605. En la fachada de este edificio se pueden ver dos grandes puertas de madera y varias ventanas con rejas.
Además, en la calle Mayor de Vielha también encontraremos Tor deth generau Martinhon, una casa señorial que data de finales del siglo XVI. Dispone de una pequeña torre que hace esquina y destaca, notablemente, por sus esquinas de piedra.
Otro de los edificios importantes del casco histórico es la Fábrica de la Lana, una industria textil de finales del siglo XIX que transformaba la lana natural en hilo de lana. Fue construida por un vecino de Vielha y funcionó hasta mediados del siglo XX. La fábrica se nutría de la fuerza motriz del río Nere, que mediante la fuerza de la corriente del agua movía la rueda de madera que transmitía la energía cinética a las máquinas.
Festividades en Vielha
La Fiesta Mayor de Vielha tiene lugar la segunda semana de septiembre en la que se organizan actividades y actos de todo tipo, para grandes y pequeños: carreras, gymkanas, talleres, bailes nocturnos y hasta concursos.
El baile más representativo del Valle de Arán es el de la alborada o aubada.
Para conservar el patrimonio musical y de danza, se creó el grupo de Danzas Tradicionales Aranesas 'Es Fardins de Vielha', en el año 1988, en el que actúan varios pueblos del Valle para difundir este patrimonio entre los visitantes.
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