Explorar el territorio catalán es sumergirse en un viaje a través del tiempo, donde los vestigios de la historia medieval aún perduran en pintorescos pueblos que parecen detenidos en el pasado. Desde la imponente grandeza de castillos hasta las estrechas callejuelas empedradas, cada rincón de la querida Cataluña cuenta una historia fascinante esperando ser descubierta.
Entre los pueblos medievales más destacados se encuentra Besalú, que con su Conjunto Histórico Nacional transporta a los visitantes a otra época.
Besalú: pueblo medieval
Besalú es un pequeño pueblo ubicado en Girona, en la comarca de La Garrotxa, que tiene una población de 2518 habitantes, según datos del INE 2023.
Uno de los elementos más emblemáticos de este municipio es su espectacular puente románico, que cruza el río Fluvià y está catalogado como Bien de Interés Cultural, a nivel nacional, y como Bien Cultural de Interés Nacional, a nivel autonómico.
El puente se eleva hasta una torre fortificada en el centro de sus 105 metros de longitud. Fue reconstruido por orden de Jaime II de Aragón tras ser dañado por una inundación y ha sido testigo de los vaivenes de la historia. Después de los estragos de la Guerra Civil y la furia del río, sobre la que se alzan sus siete arcos, el arquitecto Pons Sorolla fue el encargado de restaurar este acceso a la historia.
Besalú ha resistido al paso del tiempo y conserva su Conjunto Histórico Nacional como uno de los mejor preservados de Cataluña.
El pueblo ha capturado la atención no solo de directores de cine y televisión, como los de Juego de Tronos y El Perfume, sino también de numerosos visitantes ansiosos por sumergirse en su rica herencia medieval y judaica. Por estas razones, y muchas más, Besalú ha sido seleccionado como el mejor destino para visitar este mes de mayo por la revista National Geographic.
¿Por qué Besalú es un pueblo tan encantador?
Hay tantas cosas por destacar de Besalú que si empezamos a hablar de este pequeño pueblo nos quedaríamos cortos por todo lo que engloba y lo que significa para la ciudad.
Uno de los tantos aspectos que destaca la revista National Geographic en su artículo es la judería, que acogió a unas veinte familias judías que se establecieron en ella. Su estatus social les permitió construir su propia sinagoga cuyos restos se encuentran en el sitio del miqvé, un baño ritual judío descubierto en 1964 durante una excavación arqueológica.
En la parte alta de Besalú se encuentra la Iglesia de Santa María, que antaño fue colegiata, y se alzaba en el castillo que coronaba la colina. Desde allí, estrechas callejuelas serpentean a través de la judería hasta el resto del casco histórico, donde está la Plaza del Prat de Sant Pere.
Adyacente al monasterio se encuentra la Casa Cornellà o Casa Llaudes es un ejemplo de arquitectura civil románica del siglo XII, que ofrece una visión de la vida cotidiana en la Edad Media. A su lado, está el Museo del Circo, que fue el primero de su tipo en Europa y que exhibe una impresionante colección de objetos relacionados con el mundo del circo.