La comarca de la Garrotxa es conocida por sus volcanes. Cerca de 400 cráteres se reparten por este rincón montañoso de Cataluña que fascinan a los visitantes y autóctonos que disfrutar de conectar con la naturaleza Pero esta zona tiene otros lugares interesantes.

Las montañas de la Garrotxa ocultan desde la concentración de hayedos más grande de la comunidad autónoma hasta minas usadas por los bandoleros. Formaciones muy curiosas que todavía se pueden visitar y recorrer.

El escondite de los malos

La Vall d’en Bas es una zona muy conocida por los amantes del senderismo. Allí uno puede encontrarse con saltos de agua, piscinas naturales y la Mina dels bandolers, uno de los varios de grietas que se hunden en el terreno dejando ver rincones de la Tierra pocas veces vistos.

Estas grietas, obviamente, fueron usadas en su día por aquellos delincuentes que aprovechando el escondite, se ocultaban allí para asaltar a los caminantes que pasaban de camino entre Olot y Vic, muy transitado en el siglo XIX, o los pueblos de la zona. Ahora, en cambio, no es posible. Se ha convertido en una ruta ideal para disfrutar de esta zona.

Camí ral INSTAGRAM

Unas minas al descubierto

Las características de esta mina la hacen especialmente atractiva. Son 50 metros de largo que pasan incluso por debajo de las raíces de los árboles, y 1,5 metros de ancho que hacen posible acceder sin problema. Pero sin duda lo que más destaca es a cuántos metros está.

Con una profundidad de cuatro metros, la luz natural tiene dificultades para colarse, pero la apertura suficiente para que haya claridad y no sea necesario entrar con linterna ni nada por el estilo. Pero no es la única. Existe otra paralela un poco más oscura, más pequeña y algo más amplia.

El origen

La formación de estas particulares minas o brechas del terreno se deben, obviamente, al paso del tiempo, la orografía y su erosión. Sea por los movimientos tectónicos propios de otra época o por ligeros desplazamientos de los diferentes estratos del terreno, esta zona se ha ido abriendo.

En las rocas se pueden apreciar esos movimientos transversales, claro que para ello uno debe fijarse más. En cualquier caso, pasar por allí es completamente seguro. Los desplazamientos ya no se dan, la actividad volcánica de la zona es nula y el fondo se ha solidificado y sellado con el sedimento procedente de todo lo que allí ha caído a lo largo del tiempo.

Camino a la mina

También se aprecian los habituales efectos de movimientos transversales menos importantes siguiendo las diaclasas ortogonales. Todo el fondo de las dos grietas principales y gran parte del volumen de las accesorias se ha ido llenando de sedimentos caídos por la vertiente oriental, procedentes del espeso bosque.

La mejor manera de llegar a la Mina dels bandolers es partir desde la provincia de Osona. Uno debe superar Pruit por la carretera C-153 y en el kilómetro 34 desviarse por la carretera de Falgars hasta la masia de l’Hostalot. Lugar perfecto para dejar el coche.

Cómo llegar

La ruta empieza allí y se va por el camí ral en dirección a Olot. El sendero hasta la mina pasa por el puente viejo de l’Hostalot, se desvía hacia el Hostal del Grau hasta descender por el camino de las Marrades por el Grau d’Olot hasta toparse con un enorme hayedo ya en La Vall d'en Bas. Poco después aparece el desvío hacia la mina. Son cinco minutos a pie desde que aparece el cartel.

Para llegar desde Barcelona hay un trecho de cerca de dos horas, ya sea por la C-17 o por la C-25. Más corte es el camino desde Girona, desde la que se tarda hora y media por la C-63.

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