Ignacio Bonasa
Ignacio Bonasa: emprender con alma para transformar el mundo
Entrevistamos a Ignacio Bonasa, fundador e impulsor movimientos orientados al emprendimiento, a partir de su experiencia profesional en el sistema financiero de nuestro país
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Ignacio Bonasa fue, durante años, una de las figuras más influyentes del sistema financiero español. Director territorial de Argentaria y BBVA, CEO en Portugal, presidente de filiales, estratega de grandes cifras y de grandes estructuras. Todo marchaba como dictaban los manuales del éxito. Hasta que la brújula interna —el alma— dijo basta.
Hoy, Ignacio Bonasa es el Señor de los Proyectos con Alma, un creador de ecosistemas humanos que están cambiando el paradigma del liderazgo y el emprendimiento. Fundador de Liderarte, impulsor de RESETÉATE, creador del movimiento global Dale la vuelta a la tortilla (Turn the Table) y presidente del Parlamento de Líderes Latinoamericanos, su trayectoria es un canto a la transformación y una llamada a emprender no solo con la cabeza, sino con el corazón.
Emprender con alma
- Ignacio, ¿qué te llevó a dejar una carrera tan brillante en la banca y empezar de nuevo?
No fue una decisión racional, fue un acto de supervivencia emocional.
Vivía rodeado de poder, influencia, reconocimientos y decisiones que movían millones… pero por dentro, yo me había perdido. El precio del éxito fue silenciar mi alma.
Un día, tras cerrar una operación importante, me miré al espejo en el despacho de dirección… y no me reconocí. Ahí entendí que el verdadero fracaso no es perder dinero, sino perderse a uno mismo. Ese fue el punto de quiebre que me obligó a resetear mi vida.
- ¿Qué significa para ti emprender con alma?
Es una forma de vivir, no solo de emprender. Es dejar de construir desde el ego para crear desde el propósito.
Cuando emprendes con alma, tu proyecto ya no es solo una empresa: es una obra de arte, un acto de amor social, una extensión de tu misión vital.
Para mí, emprender con alma es alinear lo que haces con quien eres, crear algo que mejore el mundo, y entender que no has venido solo a generar beneficios, sino a generar bienestar, cultura, conciencia y humanidad.
- ¿Cómo nació Liderarte y cuál es su alma?
Liderarte nació de mi herida y de mi búsqueda. En el proceso de reconstruirme, me di cuenta de que el arte, el silencio y la emoción eran herramientas de sanación… y también de liderazgo.
Así creé Liderarte: una factoría de talento humano que une arte, empresa, bienestar y transformación.
No es una consultora. No es una escuela. Es un laboratorio de almas despiertas que quieren crear organizaciones más humanas, creativas y sostenibles.
La propuesta de valor de Liderarte es clara: formar líderes que no solo dirijan… sino que inspiren, escuchen, transformen y cuiden.
- ¿Qué ofrece Liderarte que no tienen los MBA tradicionales?
Los MBA te enseñan a gestionar. Nosotros te enseñamos a liderar con sentido.
Te hablan de estrategia. Nosotros te hablamos de conexión, arte y transformación humana.
Los MBA crean ejecutivos. Liderarte despierta líderes con alma.
Utilizamos el método Aprendizaje por el Arte®, donde el arte escénico, visual y musical se convierte en una herramienta para conectar con la emoción, fomentar la creatividad, mejorar la comunicación y sanar culturas organizativas.
Hoy, ya colaboramos con empresas, universidades y gobiernos que están entendiendo que el alma también es una competencia clave.
- ¿Qué es RESETÉATE y por qué ha impactado tanto?
RESETÉATE es un programa y, al mismo tiempo, un renacer.
Nació cuando más perdido me sentía. Y lo diseñé pensando en todos aquellos que están igual: profesionales exitosos por fuera, agotados por dentro.
Este programa propone un viaje introspectivo, emocional y estratégico para volver a conectar con lo que de verdad importa.
No es coaching, no es terapia, no es formación al uso: es un espejo limpio, un mapa de propósito y una hoja de ruta emocional.
Empresarios, docentes, líderes políticos y jóvenes emprendedores ya lo han vivido. Y todos coinciden: después de RESETÉATE, ya no puedes volver a mirar tu vida igual.
- “Dale la vuelta a la tortilla” se ha convertido en un lema. ¿Qué representa para ti este proyecto?
Representa mi propia historia de transformación. Todos pasamos por adversidades. Lo importante no es evitarlas, sino convertirlas en algo que tenga sentido.
Este movimiento global busca transformar el dolor en poder y propósito.
Está basado en mi tesis doctoral y se materializa en formaciones, eventos, experiencias, un programa de radio y próximamente un libro.
Hoy “Dale la vuelta a la tortilla” es bandera de cambio en universidades, foros de liderazgo, empresas y movimientos sociales.
Es una invitación a dejar de sobrevivir… y empezar a crear desde la herida.
- ¿Qué tiene el arte que lo hace tan transformador en el liderazgo?
El arte no juzga, no compara, no grita. El arte sana y conecta.
Cuando una persona pinta, canta, baila o actúa, accede a partes de sí misma que ni un máster ni una reunión estratégica logran tocar.
En Liderarte usamos el arte para desbloquear emociones, fomentar empatía, cohesionar equipos y activar el propósito individual y colectivo.
He visto líderes llorar tras una dinámica artística. Y, a partir de ahí, cambiar la forma en que gestionan, comunican y viven.
El arte no forma parte del proceso… es el proceso.
- ¿Qué es el Parlamento de Líderes Latinoamericanos y por qué decidiste impulsarlo?
Porque Latinoamérica tiene talento, alma y cultura… pero sigue atrapada en dinámicas de fragmentación, ego, desconfianza e inercia.
El Parlamento nace como un foro cívico, no político, para agrupar a líderes empresariales, educativos, sociales y artísticos que quieren liderar con valores, con alma y con impacto real.
No buscamos competir con los poderes tradicionales. Queremos construir nuevos puentes de cooperación, innovación, formación y diplomacia social.
Ya tenemos alianzas activas con universidades, gobiernos, asociaciones y cámaras de comercio en todo el continente.
- ¿Cómo influye tu pasado en banca en todo esto?
Lo agradezco. Me dio estructura, visión estratégica, enfoque de resultados.
Pero hoy combino eso con el arte, la emoción y la compasión.
Mi pasado me dio poder. Mi presente me da sentido.
Y sé que desde esa integración puedo ayudar a que más líderes transiten del éxito al propósito.
- ¿Qué significa para ti “organizaciones con alma”?
Son aquellas que no solo buscan beneficios, sino sentido, coherencia y legado.
Tienen cultura emocional, líderes humanos, impacto social, visión estética y ética.
No explotan talento, lo cultivan. No venden humo, inspiran futuro.
Mi trabajo hoy es ayudar a que más empresas se atrevan a dar el paso:
De la rentabilidad al significado,
De la jerarquía al propósito,
Del miedo a la confianza.
- ¿Cuál fue el mayor miedo que tuviste al emprender con alma… y cómo lo venciste?
El miedo más grande fue perderme.
Venía de un mundo donde el éxito tenía apellido: bonus, poder, estatus.
Y, de repente, lo solté todo. El vértigo fue enorme. Sentía que me quedaba sin identidad.
Pero un día entendí que el alma no teme al vacío, lo necesita para crear.
Solo cuando vacías tus manos, puedes recibir algo nuevo.
Mi fe en el propósito, en el arte y en la gente fue más fuerte que el miedo.
Hoy sé que ese salto al vacío fue, en realidad, un salto hacia mí.
- ¿Qué diferencia a un proyecto con alma de una “buena idea de negocio”?
Una buena idea de negocio busca mercado.
Un proyecto con alma crea mercado porque crea sentido.
La diferencia es la intención.
Cuando el propósito está en el centro, la energía cambia: las personas se sienten parte de algo más grande, los clientes se vuelven embajadores y los resultados llegan con naturalidad.
Un proyecto con alma no solo soluciona un problema… cura una necesidad humana.
No busca clientes, busca comunidad. No busca beneficios inmediatos, busca impacto duradero.
Y esa diferencia es lo que convierte una empresa en legado.
- ¿Cómo identificas si una persona o una empresa está lista para emprender con alma?
Cuando ya no se conforma.
Cuando siente que algo dentro no encaja aunque fuera todo parezca correcto.
Cuando las cifras no tapan el vacío.
Ahí empieza la semilla.
Una persona o empresa está lista para emprender con alma cuando tiene el coraje de mirarse, de cuestionarse y de elegir coherencia sobre comodidad.
Yo siempre digo: “No se trata de cambiar de empresa, se trata de cambiar de conciencia.”
El alma llega cuando el ego se cansa.
- ¿Qué consejo le darías a alguien que siente el llamado de emprender… pero no se atreve a dar el salto?
El miedo nunca desaparece. Pero el alma grita más fuerte cuando la escuchas de verdad.
Si algo te quema por dentro, es porque está pidiendo nacer.
Mi consejo es simple: no esperes a tenerlo todo claro, empieza desde la verdad.
Emprender con alma no es tener un plan perfecto, es tener un propósito honesto.
Y si te da miedo perderlo todo, recuerda: lo único que nunca se pierde es aquello que nace del alma.
Todo lo demás era prestado.
- ¿Cómo se puede monetizar un proyecto con alma sin perder su esencia?
Uniendo dos lenguajes: el del alma y el de la estrategia.
Muchos proyectos con propósito fracasan no por falta de corazón, sino por falta de estructura.
El alma necesita plan, sostenibilidad, modelo de negocio y visión.
En Liderarte enseñamos que el propósito no está reñido con la rentabilidad.
De hecho, las empresas con alma son más estables, más atractivas y más duraderas, porque conectan emocionalmente con sus públicos.
La clave es no vender un producto, sino una transformación.
Cuando aportas valor real, la rentabilidad llega como consecuencia natural del impacto.
- ¿Qué rol juegan la belleza, el arte y la estética en el emprendimiento consciente?
Un rol esencial.
La belleza eleva. El arte conecta. La estética comunica alma.
Cuando un proyecto tiene belleza —no solo visual, sino emocional— despierta admiración y confianza.
En Liderarte hablamos del “Arte como estrategia”: usar el arte no como adorno, sino como herramienta de gestión emocional, creatividad y cohesión.
Una empresa que entiende la belleza, entiende la empatía.
Porque la estética sin ética es vacío, pero la ética con estética es inspiración.
- ¿Qué líderes te inspiran hoy y por qué?
Me inspiran los que no gritan, pero transforman.
Los que lideran desde la escucha, la compasión y el ejemplo silencioso.
Mahatma Gandhi, Viktor Frankl, Nelson Mandela, Marie Curie, pero también artistas como Frida Kahlo o Leonard Bernstein…
Todos ellos entendieron que el liderazgo empieza por liderarse a uno mismo.
También me inspiran los líderes anónimos que conozco cada día: una maestra que enseña con ternura, un joven que emprende sin miedo, una mujer que reinventa su vida tras una pérdida.
Ellos me recuerdan que el alma no tiene cargo, tiene propósito.
- ¿Qué te emociona del futuro?
Me emociona ver que el mundo está despertando.
Que las nuevas generaciones hablan de propósito, de arte, de bienestar, de impacto.
Que ya no quieren “trabajar para vivir”, sino vivir con sentido.
Me emociona pensar que mis proyectos —Liderarte, RESETÉATE, Dale la Vuelta a la Tortilla y el Parlamento de Líderes Latinoamericanos— están sembrando esa semilla.
Y que, quizás, dentro de unos años, hablemos no solo de empresas exitosas, sino de organizaciones felices y humanas.
El futuro no será digital ni analógico… será emocional.
Y ese día, sabremos que el alma, por fin, ha vuelto a la economía.
Cuando emprender se convierte en un acto de amor
Ignacio Bonasa no fundó empresas. Fundó un nuevo paradigma. El suyo es un emprendimiento que se toca, que se canta, que se siente. Un emprendimiento que no habla solo de mercado, sino de humanidad.
“Yo no creé Liderarte para tener éxito. Lo creé para no traicionarme a mí mismo. Y si en ese camino he podido inspirar a otros… entonces ya valió la pena. Hoy, desde España hacia Latinoamérica y el mundo, Ignacio representa una ola creciente de emprendedores con alma que no temen soñar… ni llorar, ni crear, ni sentir. Y esa, probablemente, es la mayor revolución silenciosa de nuestro tiempo”.
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