
Almacén con alfombras apiladas
Cinco errores al comprar una alfombra (y cómo solucionarlos)
Ten en cuenta estos consejos antes y después de adquirir una alfombra para conseguir el mejor resultado, decorativo y práctico
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Una alfombra puede cambiar radicalmente el aspecto del salón o de una habitación. Sin embargo, es posible que después de hacer tu compra hayas descubierto que tu elección no ha sido la mejor.
Para que esto no te vuelva a suceder, aquí tienes un repaso a los cinco errores más habituales al decorar con alfombras ¡y cómo evitarlos!
1. Elegir el tamaño de alfombra equivocado
Por fin tienes la alfombra perfecta y, cuando vas a ponerla en la estancia, te das cuenta de que no es tan ideal como parecía, porque es demasiado pequeña.
Si la alfombra es más pequeña de lo que debería, parece que “flota” en el centro del espacio. El resultado es una sensación de desconexión que no gusta nada, e incluso puede hacer que la habitación parezca desproporcionada.
La clave para obtener un buen resultado es que la alfombra “ancle” visualmente el espacio. Es decir, que integre los muebles y ayude a definir la zona. Por ejemplo, si la vas a poner en el salón, debería cubrir como mínimo las patas delanteras del sofá y de los sillones. En el dormitorio, la alfombra tiene que asomar entre 50 y 70 cm por cada lado de la cama. En el comedor, la alfombra debe tener tamaño suficiente como para que al echar las sillas hacia atrás estas no se salgan de su superficie.
Nuestro consejo es que, si estás dudando entre dos tamaños, escojas siempre el más grande (sin pasarte).
2. Ignorar la funcionalidad
Lo sabemos, es muy fácil dejarse llevar por alfombras que son muy atractivas a nivel estético. Pero, antes de tomar una decisión, pregúntate si de verdad se adapta a tu estilo de vida, al uso que le vas a dar y a la decoración de tu hogar.
Ignorar la funcionalidad nos puede llevar a acabar con una alfombra que, aunque muy bonita, sea inapropiada para nuestro hogar. Por ejemplo, si tienes animales, es mejor escoger una de pelo corto, porque resulta más fácil de aspirar y de eliminar los pelos que puedan quedar enredados en la misma. Antes de tomar tu decisión valora los materiales en los que está fabricada la alfombra, la altura del pelo y su facilidad de limpieza.
La solución pasa por buscar el equilibrio entre belleza y funcionalidad. Por ejemplo, para zonas que tienen mucho tránsito, como el pasillo, escoge alfombras de pelo bajo y fácilmente lavables. En cambio, para zonas con menos paso, como las habitaciones, puedes elegir opciones de pelo largo más suaves y esponjosas.
3. No tener en cuenta la paleta de colores de la habitación
Todos hemos visto alfombras en Instagram o en revistas de decoración y nos hemos “enamorado” de ellas, pero no hay que elegir por impulso. Es un error bastante habitual comprar un textil de este tipo simplemente porque en una foto hemos visto que queda bien y pensamos que en nuestra casa el resultado será el mismo. Sin embargo, una alfombra bonita puede no armonizar con los colores y el estilo de nuestro hogar, rompiendo la coherencia visual de los espacios.
Para no caer en este error, observa tu entorno. ¿Qué colores predominan en la estancia? ¿Tienes una decoración cálida o más bien fría? ¿Qué estilo tiene tu casa: bohemio, nórdico, minimalista o industrial? A partir de este análisis puedes decidir si la alfombra va a ser un elemento protagonista que destaque sobre el resto, o si se va integrar en la decoración como una pieza más neutra.
Nuestra recomendación es que, si ya tienes una paleta de colores elegida para la estancia, la alfombra lo siga. Procura que tenga uno o dos de los colores que hay en la habitación. Esto te garantiza un acierto seguro.
4. Omitir la base antideslizante
Tan importante como elegir bien la alfombra lo es acompañarla de una base antideslizante de calidad. Este complemento no debería ser un extra, sino algo indispensable, porque mejora tanto la estética como la seguridad.
En suelos lisos como los de madera o los de baldosa la alfombra tiende a desplazarse y arrugarse con el uso diario. Lo que hace la base es evitar este tipo de movimientos y, a la vez, proteger el suelo del desgaste producido por la fricción.
Además, las bases de última generación son acolchadas y le dan todavía más confort a la pisada, mejorando a la vez el aislamiento térmico y acústico.
Como expertos, te recomendamos incluir siempre una base antideslizante en tu presupuesto para alfombras. ¡No te vas a arrepentir!
5. Mala colocación de la alfombra
Una buena elección puede dar lugar a un mal resultado si no ubicas bien la alfombra en espacio. Un error muy común es centrarla geométricamente en la habitación sin tener en cuenta los muebles que la rodean.
Ten en cuenta que su función es conectar visualmente el mobiliario y delimitar zonas dentro de una misma estancia. Por eso, es importante colocarla bien, de manera que integre todos los muebles importantes.
Decorar tu hogar puede ser una gran experiencia. Atrévete a probar y aprende de los errores, y ya verás cómo el resultado final es perfecto y único. En Tapeso estan para ayudarte a encontrar la alfombra perfecta para cada espacio de tu casa.
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