Vehículos eléctricos que se conducen a sí mismos: situación actual en Europa y, sobre todo, en España

MITECO, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha publicado en su página web un mapa de España con todos los municipios obligados a establecer Zonas de Bajas Emisiones. Una sucesión de puntitos verdes, azules y grises recorre la península y los dos archipiélagos; las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, tampoco se escapan. Pero, ¿qué implican estas ZBE? Los municipios con más de 50.000 habitantes habrán de limitar la movilidad de ciertos vehículos en algunas de sus áreas, generalmente, en los núcleos urbanos y en el centro de las ciudades, que son las zonas normalmente más transitadas. El objetivo es reducir la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. Por este motivo, los modelos híbridos y los coches 100 % eléctricos se libran de estas restricciones que afectarán a la libre circulación de determinados coches.

A la entrada de esta nueva normativa, hay que sumarle otra novedad: la implementación de los ADAS, que marcas como Renault ya han introducido en sus vehículos. La DGT entiende por sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS) ese grupo de innovadores soluciones tecnológicas que persiguen un objetivo claro: disminuir la siniestralidad en carretera, mejorando la seguridad del conductor y los pasajeros que van tanto en el propio vehículo como en el ajeno. En nuestro país, ya hay algunos ADAS obligatorios que los nuevos modelos han de incorporar sí o sí. Uno de ellos es el AEB + P + C, un sistema que, compuesto por una cámara, un radar frontal y unos sensores (entre otros ítems), frena de manera automática el vehículo si detecta riesgo de choque contra peatones y ciclistas.

No obstante, los ADAS no son el único avance tecnológico e informático del automovilismo del siglo XXI. También está la Inteligencia Artificial, que ha hecho posible que China tenga taxis autónomos, sin conductor. Entrar al vehículo, sentarse y ponerse a leer, avanzar trabajo en el ordenador o relajarse mirando el paisaje, en lugar de tener que conducir hasta el lugar de destino, es algo que se está probando en varias ciudades del gigante asiático. En este artículo, analizamos cómo está la situación del vehículo eléctrico autónomo en España.

Casi dos años desde el primer coche autónomo en España

Desde el 12 de octubre de 2023, los ciudadanos españoles pueden adquirir el primer vehículo autónomo que llegó a nuestro país: el Mustang Mach-E con sistema de conducción automática. En ese mismo mes del año 2023, antes de que el modelo se empezara a comercializar oficialmente, RTVE mostró a toda su audiencia cómo el coche no necesitaba ningún conductor con las manos al volante ni los pies en el pedal.

Otros países de Europa (Inglaterra y Alemania) ya lo permitían. Sin embargo, en España, sólo se iba a consentir conducir en modo automático en algo más de 28.000 Km de carretera. Aunque tenga una vertiente automática, este modelo sí exige del pasajero que permanezca con la vista al frente en todo momento. Algo similar sucede en China con los taxis autónomos: en el asiento del copiloto, hay una persona encargada de intervenir si, durante el trayecto, surge algún problema.

Giro de acontecimientos en el vehículo eléctrico

La idea que se baraja consiste en fabricar coches capaces de conducir por sí mismos, de modo que los pasajeros sólo hayan de subir al interior, pero sin que la automatización limite la conducción medioambientalmente respetuosa que la Unión Europea dice querer lograr a partir de ya. Por eso, el pasado mes de marzo, tuvo lugar una reunión entre Úrsula von der Leyen y los fabricantes de automóviles, para encontrar un acuerdo entre ambas partes que hiciera más fácil una transición de la producción de vehículos de combustión a modelos que, como el Mustang Mach-E, son eléctricos.

Finalmente, se ha decidido que los fabricantes de coches tengan tres años más de margen para cumplir con las nuevas políticas de reducción de emisiones.

Vehículos eléctricos y, además, autónomos

Los coches eléctricos son compatibles con la conducción autónoma. Según su grado de independencia con respecto al conductor, los vehículos se clasifican en distintos niveles de autonomía. Actualmente, hay 6 categorías:

- Nivel 0, para coches sin automatización (los automóviles a los que estábamos acostumbrados).

- Nivel 1, que sí incluye asistencia al conductor, pero sin que éste deje de asumir la inmensa mayoría de las tareas de conducción.

- Nivel 2, que permite automatizar algunas acciones. Por ejemplo: acelerar y frenar sin tener que intervenir. Son vehículos que sí requieren que el conductor mantenga sus manos en el volante.

- Nivel 3, automatización condicional, en este caso, el conductor no tiene por qué mantener las manos en el volante. No obstante, es importante que permanezca pendiente de la carretera: el vehículo podría solicitar su intervención en un momento dado.

- Nivel 4, con la automatización alta, la gran mayoría de las tareas las realiza el vehículo. La diferencia con la automatización condicional está en que el sistema del vehículo posibilita que el coche realice estas tareas automáticamente en cualquier tipo de entorno, no sólo en circunstancias determinadas (lo que sucede con el nivel 3).

- Nivel 5, en la automatización completa, ya no hace falta ninguna intervención del conductor. De hecho, ni el volante ni los pedales son necesarios, puesto que estos elementos sólo los necesita el ser humano para conducir (para el coche, son prescindibles).

En España, los vehículos que más abundan en el mercado pertenecen a los niveles 1 y 2. Uno de los sistemas de conducción automática más avanzados lo tienen los coches Tesla. Es posible que la normativa de la UNECE de 2025 sí permita la próxima implementación del sistema FSD de Tesla en Europa. Con las novedades de UNECE, adelantar automáticamente a un pelotón de ciclistas en plena autovía será posible. Y con el FSD de Tesla, el coche eléctrico tendrá la capacidad de conducir marcha atrás en modo automático.

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