El fantasma de la ultraderecha recorre Cataluña. El mundo convergente asiste preocupado a la irrupción de la Aliança Catalana (AC) de Sílvia Orriols, el último fenómeno del populismo, la gran esperanza de los partidarios de la Cataluña Catalana y la butifarra de cerdo, de los contrarios al chorizo de pavo, 100% halal.
La preocupación no es por el programa, sino por la fuga de votos, un fenómeno que podría poner en severas dificultades la continuidad de partido que lidera Carles Puigdemont, esa formación llamada "Junts" y que mantiene viva la llama de Convergència encarnada en el binomio formado por Rull y Turull.
El fenómeno Aliança también afecta a ERC, que ha virado su discurso "open arms" hacia el extremo opuesto, el de la inmigración sí, pero... Y es que según Junqueras, no estamos preparados para la Cataluña de los 10 millones.
El correlato español de Aliança Catalana es Vox, otro partido emergente, pero en toda España. La estrategia de los de Abascal consiste mayormente en ver, oír y callar, salvo puntuales escenas relativas a okupas, inmigración e inseguridad. En todo lo demás, silencio.
Estos partidos duros de estilo trumpista son especialmente valorados por la franja de electores que va de los 18 a los 40 años, los hombres blancos de la llamada "manosfera". De todo esto y de mucho más es de lo que habla La Vanguardia bajo el titular "¿Quiénes son los ultras catalanes?"
La respuesta corre a cargo de Carles Castro, el analista electoral de referencia en el citado medio. De su texto: "El demoledor impacto del relevo generacional y demográfico en el mapa político catalán invita a preguntarse quiénes son los votantes de las dos formaciones ultras que han irrumpido en Catalunya: Vox y Aliança Catalana".
"Sin embargo, la extrema derecha xenófoba ya mostró su potencial de crecimiento hace más de una década en el oasis catalán. Y luego una parte de ese crecimiento ha permanecido emboscado entre los abstencionistas y también entre el electorado de los partidos conservadores que exhiben una identidad catalana o española más rígida y hermética. He aquí algunos ejemplos".
"Dejando al margen el caso de Ripoll, epicentro del despegue de Aliança Catalana (que encuentra uno de sus detonantes en los atentados del 2017), otros núcleos con tasas elevadas de población inmigrante de profesión musulmana comparten un significativo patrón".
"Concretamente, revelan una cierta correlación entre los votos que cosechaba la extinta Plataforma per Catalunya entre el 2007 y el 2011, y los que se reparten ahora Vox y el partido de Sílvia Orriols. De hecho, en localidades como Vic, el grupo de Josep Anglada recogía incluso más sufragios que los obtenidos conjuntamente en el 2024 por las formaciones de Abascal y la alcaldesa de Ripoll".
"En otras poblaciones como Manlleu o el Vendrell, el cómputo total de Vox y Aliança es casi el mismo que el de la PxC. Y, finalmente, en enclaves como Manresa u Olot, el voto ultra de ambos signos duplica hoy el que obtenía el partido de Anglada hace más de una década".
"Eso sí, en el caso de Manresa –como también en los de Ripoll o el Vendrell– el sufragio conjunto del espectro conservador (desde Junts a Aliança y desde el Partido Popular a Vox) registra hoy cifras muy similares a las que sumaban en el 2011 CiU, PP y PxC".
"Esos casos tan localizados no tendrían un valor significativo si no se vieran reflejados en los datos globales de las encuestas. De hecho, ya en los sondeos postelectorales sobre las catalanas de hace un año, el recuerdo de voto mostraba un trasvase relevante a Aliança Catalana desde el espacio de la antigua CiU: uno de cada diez electores de Junts en el 2021, y uno de cada cinco del PDeCat".
"Entonces, las transferencias desde Vox parecían insignificantes, pero el último barómetro del CEO revela un corrimiento de votantes más amplio: de nuevo, en torno a uno de cada diez electores de Junts en el 2024 apoyaría hoy a Aliança; aunque también lo haría uno de cada quince electores del PP y una cifra similar de seguidores de Vox o de antiguos abstencionistas. Y esos trasvases situarían el partido de Orriols por encima de las 250.000 papeletas".
Líneas después, Castro se refiere al perfil de los partidarios de Vox: "Entre los jóvenes de sexo masculino y con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años, la mayor intención de voto se concentra en Vox (15%, por delante de la CUP, el PSC o Esquerra). Y esa ventaja se acentúa todavía más si la franja de edad se acota entre los 18 y los 24 años. Ahí, Vox supera el 17% en intención declarada, cinco puntos más que los socialistas o ERC".
En Vozpópuli llevan una encuesta que predice una hecatombe nacional de la izquierda. Los datos también tienen una lectura periférica.
"La inanidad del separatismo en el nuevo escenario: ERC, Junts, Bildu y PNV decrecen", destaca uno de los titulares. El texto es de Óscar Benítez, quien arranca su información destacando el contraste entre la influencia de los independentistas y sus escasos escaños.
De su texto: "En la encuesta, elaborada entre los días 3 y 9 de septiembre, queda patente el descenso generalizado que sufrirían todas las fuerzas separatistas, a izquierda y derecha, de celebrarse hoy unos comicios generales".
"Respecto a los secesionistas de ámbito catalán, el partido más perjudicado en número de sufragios sería Esquerra Republicana, que pasaría de cosechar 466.020 votos en los comicios de 2023 a recabar ahora 414,819, dejándose en el camino 51.201 electores".
"Mientras, los de Puigdemont padecerían una dentellada menor, reduciéndose sus 395.429 votos a 366.016 (esto es, 29.413 papeletas menos). No obstante, ello les supondría perder un escaño en la Cámara Baja —pasando de siete a seis—, mientras que ERC mantendría intactos sus siete asientos".
"En el caso de Junts, la caída puede atribuirse a la irrupción de una fuerza en parte análoga: la ultra Aliança Catalana. Tanto una como la otra practican un nacionalismo étnico de corte conservador que explica su predicamento en la 'Cataluña Catalana' —las regiones del interior, mayormente catalanohablantes y, con frecuencia, refractarias a la diversidad—".
"Sin embargo, el visceral rechazo de Aliança a los recién llegados, tanto del extranjero como del resto de España, le está aupando en las zonas rurales por encima de los neoconvergentes. Y aunque AC no tiene previsto presentarse a las elecciones generales —por "españolas"—, muchos de sus recién adquiridos votantes ya no parecen dispuestos a votar a otros partidos —por "pusilánimes"—.
"De otra parte, el acre frentismo de Puigdemont en el Congreso también enajena a parte de su electorado, que lo percibe como una estrategia baldía y producto del resentimiento. Muy lejos, por tanto, de cómo era percibida la extinta CiU".
Y: "Sus adversarios de ERC, por su lado, tampoco se están librando de la mordida de Aliança. Y, quien lo dude, no tiene más que echar un vistazo al trasvase de cargos de la primera a la segunda en el mundo municipal".
Más noticias. Que viene el lobo. "Junts advirtió al PSOE de que rompería la relación si no asegura el regreso de Puigdemont y cumple ya los acuerdos", señala un titular de El Periódico.
El asunto es recurrente. Desde diciembre del año pasado viene Junts dando la murga con dejar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, colgado de la brocha.
Escribe Carlota Camps: "Junts está harto de esperar y quiere que haya un punto de inflexión en su relación con el PSOE. Así lo explicitó la dirección de la formación posconvergente en la reunión que mantuvo con los negociadores socialistas en Suiza la última semana de agosto".
"Según explican varias fuentes consultadas por El Periódico, el partido liderado por Carles Puigdemont exigió resultados este otoño y amenazó con dejar de apoyar las propuestas que el Gobierno someta a votación en el Congreso".
"La formación independentista no quiere hablar de "boicot" parlamentario, pero en la práctica su amenaza supondría votar 'no' a todo, exceptuando aquellas cuestiones que "beneficien a Catalunya". "Vamos a cambiar de estrategia. No votaremos nada. Y solo si nos ofrecen algún avance, entonces cambiaremos y votaremos 'sí'", resume un dirigente de Junts consultado por este diario".
"El partido reclama al PSOE que asegure el regreso definitivo de Puigdemont a Catalunya sin ser detenido, que sigue esperando que se le aplique de forma efectiva la ley de amnistía más de un año después de la aprobación de la norma en el Congreso".
"Su situación judicial está actualmente en manos del Tribunal Constitucional. En junio sus magistrados ya avalaron la constitucionalidad de la norma, pero queda pendiente que resuelvan los recursos de amparo y que concluyan que la malversación queda incluida dentro de los delitos exonerados".
"La defensa de Puigdemont ha presentado esta semana una petición para recusar a tres de los doce magistrados que deben tomar la decisión, lo que ha retrasado toda la tramitación. No obstante, fuentes del partido quitan hierro a este hecho, que se habría hecho pensando en si la cuestión llega a Estrasburgo, y creen que no debe afectar a la previsión inicial de tener una resolución antes de fin de año".
"Pero, al margen de la situación de Puigdemont, hay dos acuerdos más, imprescindibles para Junts, que siguen en cartera: la oficialidad del catalán en la Unión Europa y la ley para el traspaso de las competencias en inmigración a Catalunya".
"La primera necesita la unanimidad de 27 Estados y el PP ha hecho campaña a través de sus socios populares para bloquearlo, mientras que la segunda no cuenta con el apoyo de Podemos para poder tener la luz verde en el Congreso".
Y: "Sin embargo, aunque las dos cuestiones trascienden las competencias de Sánchez, fuentes de la dirección de Junts creen que el presidente del Gobierno podría hacer más para convencer tanto a los países que muestran recelos con el catalán -por ejemplo, Alemania- como a la formación liderada por Ione Belarra".
Y a mayor abundamiento, las buenas relaciones que tenía Sumar con Junts han quedado dinamitada por la negativa de los neoconvergentes a votar a favor de la reducción de la jornada laboral.
De eso trata la pieza que firma Abel Degà en El Nacional: "Yolanda Díaz es el único ministro del Gobierno que se ha reunido en Bruselas con Carles Puigdemont. El gesto se produjo en septiembre del 2023, con las urnas del 23-J aún calientes y al principio de unas negociaciones que tenían como objetivo conseguir los votos de Junts per Catalunya para reeditar el ejecutivo de coalición del PSOE con el espacio situado a su izquierda".
"La líder de Sumar era una figura adecuada para engrasar las relaciones con los independentistas: no tiene carné del PSOE, pero como vicepresidenta segunda representa un miembro de alta jerarquía del ejecutivo de Pedro Sánchez. Dos años son los que separan aquella fotografía con la de una Yolanda Díaz, esta semana, pronunciando el discurso más duro de la legislatura por parte del Gobierno contra Junts; a causa del naufragio de su ley estrella: la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales".
"Las imágenes de aquel día en el Parlamento Europeo están cargadas de sonrisas. Yolanda Díaz —que en 2021 en pleno debate sobre los indultos también defendía no detener a Puigdemont en caso de retorno— iba acompañada de Jaume Asens, el hombre que hizo posible la cita por su buena relación con el president de la Generalitat en el exilio; actualmente es eurodiputado por Sumar, una formación que en aquellas fechas se adelantó al PSOE en el paso de abogar por una ley de amnistía".
"Todavía faltaban muchas semanas para que el entonces secretario de Organización de los socialistas, Santos Cerdán, se fotografiara con Puigdemont en Bruselas; y más para la fotografía de la semana pasada con Salvador Illa en la capital europea".
"Desde entonces, las declaraciones de la vicepresidenta segunda del Gobierno sobre Junts han acostumbrado a ir cargadas de cordialidad. Cuando en el Congreso de los Diputados se ha votado una iniciativa que ha hecho coincidir el sentido del voto de Junts per Catalunya, PP y Vox, la líder de Sumar ha acostumbrado a gastar prácticamente toda su munición en disparos hacia las formaciones españolas, sobre todo el partido de Alberto Núñez Feijóo".
"Y ha presumido, en varias ocasiones, de tener contacto permanente con el president en el exilio. "Estoy hablando con Puigdemont", aseguraba este pasado lunes la vicepresidenta española cuando en una entrevista en La Sexta le preguntaban sobre la reducción de la jornada laboral".
Y: "Yolanda Díaz pensaba —así lo reconocía su entorno más próximo— que sería sencillo convencer a Carles Puigdemont de votar a favor de la reducción de la jornada laboral. En privado, su círculo trasladaba que los independentistas no podrían evitar avalar la norma porque cuenta con el "consenso social" de la amplia mayoría de la población; así como de sus electores".
Está claro que Díaz había malinterpretado a sus interlocutores, tanto de Sumar como de Junts. La pieza recuerda también el "épico" discurso en el que Díaz llamó a Nogueras encarnación del capital: ""Ustedes no representan al independentismo, sino a los intereses más reaccionarios de la patronal española; aquí hay una lucha de clases en la que ustedes representan al capital y yo represento a las clases trabajadoras catalanas y españolas", lanzPugó".
Y: "Al día siguiente, en una entrevista radiofónica, señalaba que ella tiene "límites y principios". Y también desafiaba a los independentistas impulsando un endurecimiento del registro horario que no necesitará pasar por el Congreso de los Diputados". Sobre el nuevo enemigo de Yolanda Díaz, Puigdemont, destaca una información de Crónica Global sobre el reflujo de la fama.
"Bicman vende el retrato de Puigdemont: 'Espero que Junts me pague por los 12.000 euros que doné'", señala el titular de un texto de Andrea Pacha Röper que da cuenta de la peripecia del dibujante del Procés, el hombre capaz de hacer arte con un simple bolígrafo de la conocida marca inserta en su propio apodo.
El caso es que Bicman es el autor del retrato más difundido de Puigdemont, el de la pancarta colgada en la plaza de su pueblo, Amer, y el de las papeletas en las europeas a las que concurrió el todavía prófugo. Pues resulta que lo vende y tirado de precio, tres mil euros. Pero no encuentra comprador.
Del texto de Pacha Röper: "Tras una carrera dedicada al dibujo hiperrealista a bolígrafo y una década volcado en el proyecto independentista catalán, al que ha donado miles de euros, Magrià se retiró en abril de este año. Seis meses después, y todavía a la espera de que la Seguridad Social apruebe su expediente de jubilación, el artista ha tomado la "difícil" decisión de poner a la venta una de sus obras más queridas para ganar algo de liquidez hasta que se resuelvan los trámites que le darán acceso a la pensión".
Y: "Me gustaría que lo comprara alguien de Junts, por todo lo que he hecho yo por ellos", fantasea el retratista en una conversación con Crónica Global, en la que también confiesa que, gracias a su obra, llegó a donar 12.000 euros a las cajas de solidaridad en apoyo a los políticos independentistas que fueron detenidos y se fugaron de Cataluña tras los hechos del 1 de octubre".
14 de septiembre. Día internacional de la observación de la Luna. Santoral: Exaltación de la Santa Cruz. General mártir, Salustia de Roma, Notburga de Eben, Alberto de Castro Gualteri, Cipriano de Cartago, Gabriel Taurino Dufresse, Materno de Colonia y Pedro de Belevaux.
