
Sílvia Orriols, en un mitin anterior
Orriols desencadenada y la antimeloni Colau
La alcaldesa de Ripoll puede perder la vara en una cuestión de confianza. Para que le digan a Sánchez que se someta a una. La "generación Blackberry" y los amos del Ibex
En portada: Orriols prepara una ofensiva en el Parlament si pierde la alcaldía de Ripoll
Noticias relacionadas
Trump, Trump, Trump. Todo es Trump en el quiosco y en los digitales. La toma de posesión del nuevo emperador provoca sudores fríos y pánico. Y más aquí, este rincón del Mediterráneo al que una parte no menor de sus habitantes considera el centro del mundo civilizado y cuna de todos los derechos y libertades.
"Trump desencadenado", resume El País en relación a los anuncios del hombre naranja, que amenaza con asaltar Groenlandia y Panamá, deportar a los inmigrantes y aplicar unos aranceles salvajes a quienes no le sigan la corriente. De momento, Cataluña está fuera de los planes del nuevo presidente.

Barcelona
En el pasado mandato, uno de los elementos más extravagantes del entorno de Trump, el senador Dana Rohrabacher, considerado el hombre de Putin en los Estados Unidos, se paseaba por Cataluña mostrando gran interés por la causa independentista. Se trataba de desestabilizar a la UE a través del secesionismo catalán.
Eso es pasado. En el presente, la versión casolana del "carrot man" podría perder la alcaldía de Ripoll. Sílvia Orriols, la mujer que sueña con una Cataluña catalana en la que los catalanes sean los primeros, afronta una cuestión de confianza de efectos inciertos.
Una cuestión de confianza. Para que le digan al presidente del Gobierno que se someta a una porque lo pide el príncipe de Waterloo.
Está en juego el futuro de Aliança Catalana, partido emergente en el ala más ultramontana del nacionalismo y depurada expresión del "pensamiento" indepe en la Cataluña porcina. Sílvia Orriols podría atrincherarse en el Parlament, donde sus discursos han sumido a los partidos secesionistas en el puro estupor.
"Orriols prepara una ofensiva en el Parlament si pierde la alcaldía de Ripoll", destaca la apertura de Crónica Global. Su planes son dejar que "la oposición 'se queme' en un gobierno a cuatro" y centrarse en la cámara.
Escribe Ignasi Jorro: "Plan B. La alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, también líder de Aliança Catalana, resaltará su perfil en el Parlament si termina perdiendo la vara de mando en los próximos días".
"La dirigente populista dejará que la oposición "se queme" en la capital comarcal si finalmente la apean por medio de la cuestión de confianza, convocada ayer tras la imposibilidad de aprobar el presupuesto municipal de 2025".
"Lo detallan fuentes conocedoras de los movimientos en la ciudad-bastión de la ultraderecha catalana, que ayer saltó a los titulares tras la negativa de la oposición a aprobar las cuentas anuales del gobierno local".
"El "no" estuvo seguido de la firma de una cuestión de confianza de puño y letra de la munícipe. Con ello, dejará 30 días a la oposición para que halle una mayoría alternativa y elija a otro alcalde".
Los estrategas de la formación, en síntesis el primo más listo de Pere Aragonès, confían en que ERC, PSC, Junts y la CUP caigan en sus propias contradicciones y no sean capaces de nombrar un alcalde o alcaldesa que supla a la arriscada Orriols.
Así lo explica Jorro: "Contra lo que pudiera parecer, el movimiento no significa que se abra una crisis mayúscula. "Al contrario", citan las mismas fuentes. Y esgrimen dos motivos. Uno, porque el resto de partidos tienen que hilvanar una endiablada mayoría diferente a la de Aliança".
"Ello significa que Junts (tres concejales), ERC (tres) y PSC (dos) tienen que sumar sus votos para votar al mismo candidato con, al menos, la CUP (dos). Son cuatro partidos distintos que en las negociaciones de investidura de 2023 no hallaron consenso".
"Y si lo logran, Orriols confía en que sus diferencias acaben lastrando el hipotético Ejecutivo local. Por ello, intra muros, los irredentos "están cómodos en cualquier escenario", insisten las mismas voces".
Lo que no le pueden arrebatar a Orriols es su escaño en el Parlament, escenario en el que más luce el disco más duro del independentismo.
En el plano de la economía política, se suceden los análisis y previsiones sobre el mandato de Marc Murtra en Telefónica, la posible fusión de la compañía con Indra, otra de las joyas de la Corona, y los efectos políticos del mercado de directivos.
En El Mundo, Iñaki Ellakuría se remonta a los orígenes de la "generación Blackberry", el selecto grupo de jóvenes socialistas catalanes que utilizaba aquellos teléfonos cuando irrumpieron en la vida pública de la mano de los tripartitos de Maragall y Montilla.
Escribe Ellakuría que "entre los blackberry destacaban Jaume Collboni (actual alcalde de Barcelona), Rocío Martínez-Sempere (actual directora de la Fundación Felipe González), Francesc Vallès (hasta hace dos días Secretario de Estado de Comunicación), Meritxell Batet (ex ministra y ex presidenta del Congreso), Laia Bonet (actual concejal en Barcelona), Àlex Sáez, Marcel Prunera, Dani de Torres, Núria Parlón, (actual consejero del Interior de la Generalitat), Víctor Francos (ex presidente del Consejo Superior de Deporte la pasada legislatura) y Marc Murtra".
El artículo también aborda la relación entre el presidente del Gobierno y el de Telefónica: "La amistad entre Sánchez y el nuevo mandamás de Telefónica surge en su primera etapa en Madrid, entre el 2006 y 2011. El nuevo presidente de Telefónica era el jefe de gabinete del ministro de Industria, Joan Clos, y posteriormente fue el director general de Redes.es, mientras que Sánchez era un desconocido diputado a Cortes".
Y: "Sintonizaron muy pronto y, fruto de esa incipiente amistad, Murtra fue introduciendo al joven y desconocido Sánchez en los círculos de poder e influencia del socialismo catalán. Él es quien presenta Illa a Sánchez. Unos contactos y bagaje que, una década después, explican la fiel alianza entre el sanchismo y el PSC, amén de la ascensión fulgurante del blackberry Murtra".
En Vozpópuli ponen el foco sobre un maquiavélico plan cuyo objetivo sería nada más y nada menos que "catalanizar el Ibex". Se trataría de un sofisticado plan de Sánchez y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa.
El texto es de Joan Guirado: "El objetivo del Partido Socialista es "catalanizar el Ibex". La frase, textual de un alto cargo del Govern cercano a Salvador Illa, y que conoce a la perfección los planes de los presidentes de la Generalitat y del Gobierno, la pronunció horas después del nombramiento de Marc Murtra como nuevo presidente de Telefónica".
"La operación Murtra, que cogió por sorpresa al tejido empresarial, el pasado sábado por la mañana, llevaba varios meses gestándose. En concreto, según fuentes cercanas a Illa y Pedro Sánchez, desde que el jefe del Ejecutivo diseñó su gabinete ministerial en 2023. Y contó, dicen en el Palau de la Generalitat, con "el beneplácito de Isidre Fainé"".
"En ese momento, y con el recuerdo de lo que ocurrió durante la etapa de Joan Clos y José Montilla al frente del Ministerio de Industria, que coincidió con el ascenso del PSC a la presidencia de la Generalitat, Illa reclamó que un socialista catalán se hiciera cargo de Industria para lograr el objetivo ya cumplido de ser president".
"Jordi Hereu, entonces al frente de la empresa pública Hispasat, y anteriormente alcalde de Barcelona, fue el elegido por Sánchez e Illa para pilotar Industria. Aunque se barajaron otros perfiles, como el del presidente de Aena y exportavoz del PSC en el Parlament, Maurici Lucena. Hasta ese momento, junto a Murtra (ex Indra) y alguno más, ambos eran los máximos exponentes catalanes de empresas con sede en la capital en el Ibex".
Y: "Con el objetivo de catalanizar el Ibex, explican fuentes del PSC, se espera que tras el nombramiento de Murtra como nuevo presidente de Telefónica a lo largo de los próximos meses se produzca un movimiento similar, en alguna de las grandes empresas con participación pública. Es decir, que aterrice alguna otra figura cercana al socialismo catalán en la presidencia de alguna cotizada con sede en Madrid".

Barcelona
Guirado alude a que estos movimientos tendrían que ver con paliar la infrarrepresentación del socialismo catalán en el Ejecutivo de Sánchez.
Y detalla que "en los anteriores mandatos de Sánchez el socialismo catalán contaba con un mínimo de dos ministros y la presidencia del Congreso de los Diputados. Una influencia muy menor que la que ostenta en la actualidad, con solo Hereu al frente del Ministerio de Industria".
Entre tanto, Junts sigue en sus trece del no a todo hasta que el verificador salvadoreño resuelva el contencioso en una sesión VAR cuya celebración es inminente si no es que se ha celebrado ya.
En el ínterin, "El Gobierno, sin garantías de aprobar el decreto anticrisis: PP y Junts juegan con su ansiedad", concluye El Confidencial.
Otro "pleno de infarto" es lo que señala el digital sobre la sesión de mañana en la Carrera de San Jerónimo, donde "están en juego las ayudas al transporte, el ingreso mínimo vital o la actualización de pensiones".
La pieza es de Marisol Hernández e Itziar Reyero: "Nada es más impredecible ahora en la política española que una votación. (...) Para la Moncloa mañana puede ser otra de esas jornadas a ciegas, la primera después de que Carles Puigdemont haya suspendido la interlocución con el PSOE, a la espera de una reunión cumbre en Suiza".
Esto es lo que se dirime: "Este miércoles, el Ejecutivo tiene que convalidar tres reales decretos leyes. Uno, sobre un nuevo impuesto a las energéticas, ya nació condenado al fracaso y la Cámara lo tumbará. El Gobierno lo tiene asumido, sabía que no dispone de los votos de PNV y de Junts pero se habían comprometido con Podemos, ERC y Bildu a intentarlo".
"El segundo, sobre la mejora de la compatibilidad de la pensión de jubilación con el trabajo, está garantizado porque cuenta con el apoyo del PP, alineado con la posición de la patronal".
"El tercero, conocido como decreto ómnibus porque es un compendio de medidas anticrisis y otros asuntos, es un enigma. El Gobierno desconoce la postura de Junts, según confirman fuentes parlamentarias. Y tampoco sabe si le salva el colchón del PP, que guardará bajo siete llaves el sentido de su voto hasta el pleno".
"Fuentes de ambas formaciones confirman a El Confidencial que no piensan decir nada para excitar los nervios de la Moncloa. "Nos gusta jugar con la ansiedad del Gobierno", subrayan desde Génova".
Y: "A esta perversa dinámica se ha añadido la ruptura de relaciones impuesta por Puigdemont, que sólo accede a sentarse para desencallar la situación en Suiza o para avanzar en algunas de las cuestiones pendientes, el traspaso integral de la competencia de inmigración o reconocimiento del catalán en la UE".
"Para el resto de asuntos, ya avisó el viernes en su comparecencia en Bruselas, que "no nos busquen"".
A todas estas y en la contraparte, "fuentes socialistas reconocen que carecen de información de que lo que piensa hacer Junts aunque apuntan la dificultad de que "algún grupo vote en contra de todas estas ayudas sociales". "Esto no va de Puigdemont, esto va de las cosas del comer", subrayan".
"Pese a esa lógica, dan por hecho que "no sabrán nada de Junts hasta mañana porque siempre funcionan igual".
"En el Gobierno, en cambio, defienden que la comunicación con los posconvergentes no se ha roto y que siguen "negociando y hablando siempre", no específicamente de esto sino de todos los temas abiertos. Incluso se muestran optimistas en poder alcanzar pronto un pacto sobre la cesión de la gestión de la inmigración".
Precisamente los afanes para arrancar la cesión de esas competencias es en lo que confía el partido de Puigdemont para sofocar la irrupción de Aliança Catalana. Pero como en el caso de la financiación o los trenes, será un Govern socialista quien asuma, en caso de consumarse, las competencias.
Todo resulta confuso en los bunkers del independentismo. En el ala más unilateral, la desmovilización es un hecho.
La ANC sostiene que cuenta con más socios que el RACC y que 45.000 de ellos tienen derecho a voto por estar al corriente del pago de las cuotas. Pues bien, en la última votación no han votado ni 2.500.
Se trata de aprobar la última "hoja de ruta" (la marmotada interminable), un nuevo embate y tal y la cúpula presidida por Lluís Llach se solaza en que ha sido ratificada por el 83%. Y sin enmiendas. El cantautor ya no sabe qué hacer para reanimar al enfermo.
"La nueva hoja de ruta de la ANC: romper con el PSOE y PSC, unilateralidad y nuevos liderazgos", afirma un titular de El Nacional.
Escribe Nura Portella: "Desde la entidad celebran la subida de participación de los socios con respecto a las anteriores hojas de ruta: en la votación de la hoja de ruta por el 2025 y 2026, han participado 2.434 socios, hecho que supone un incremento del 113% respecto de la última consulta, en el 2023".
Pero lo mollar es el documento aprobado, que según cuenta Portella dice lo siguiente: "La ANC plantea que mientras los partidos catalanes sean "aliados del PSOE en España no podrán hacer oposición creíble en el Parlament". Por eso, reclaman la ruptura con los socialistas también en Madrid y con "el resto de partidos del 155"".
Están muy críticos en la ANC con Puigdemont y Junqueras. Y con Torrent: "En la hoja de ruta para el 2025-2026 hay reiteradas críticas de la Assemblea a los partidos políticos independentistas por su actitud en los últimos años".
"Empezando por críticas en los miembros de la Mesa del Parlament del 2018, con la presidencia de Roger Torrent, que por "miedo a la prisión, el exilio o la inhabilitación acató las órdenes del Tribunal Constitucional de no investir president de la Generalitat a tres candidatos sucesivos"".
La cosa concluye en que Carles y Oriol están para un partido de homenaje: "Así, consideran que para recuperar la mayoría hacen falta nuevos liderazgos en los partidos y que los partidos prioricen los intereses de país. "Hacen falta nuevos líderes que tengan la credibilidad necesaria para dirigirse al pueblo catalán y al mundo como mandatarios de un gobierno soberano", añaden".
Eso, de parte de Llach, un recién llegado.
Presupuestos. La epidemia de negar presupuestos amenaza con convertirse en pandemia. Se extiende por todas las administraciones y alcanza ya al Ayuntamiento de Barcelona.
"Jaume Collboni se planta ante las exigencias de los comunes y no llevará el presupuesto de Barcelona a votación", da cuenta El País.
Esta vez no son los independentistas los culpables, por así decir, sino los comunes de la antimeloni Colau, que ha delegado sus asuntos condales en Janet Sanz.
Escribe Clara Blanchar: "El gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se planta y no llevará su proyecto de presupuesto para 2025 a votación tal y como tenía previsto esta semana. Los socialistas solo tendrían los votos de ERC, y no aceptan las exigencias de Barcelona en comú, a quienes necesitan para alcanzar la mayoría absoluta".
La ciudad funcionará con una prórroga de los presupuestos. Prórroga, como en el fútbol. Si por lo menos fuera algo tipo "perro muerde hombre" o "salvaje agresión en el Metro". Una prórroga presupuestaria, vaya novedad.
La respuesta de los comunes fue la siguiente: "“No lo necesitan, no quieren un presupuesto para transformar la ciudad”, ha contestado la líder de los comunes en el consistorio, Janet Sanz. “El gobierno tiene que estar al lado de la gente y tira la toalla, no es valiente, es cobarde y débil” ha dicho señalando que en el Gobierno y el Govern, Pedro Sánchez y Salvador Illa no han renunciado a sacar sus presupuestos adelante".
"“Vemos a Collboni al servicio de las élites económicas y no de la gente que sufre abusos, es una renuncia a gobernar y transformar”, ha remachado".
Y todo esto porque el alcalde se niega a peatonalizar la Diagonal desde Esplugues hasta el mar o cosas semejantes.
21 de enero, día internacional del pantalón de chándal. Santoral: Mártires Fructuoso, Augurio y Eulogio de Tarragona, Inés, Publio de Atenas, Patroclo, Epifanio de Pavía, Meinrado, Zacarías "Angélico" de Lucania, Albano Roe y Juan Yi Yun-il.