El cortejo a Puigdemont y "hackers" israelíes en Barcelona
- El líder del PP compra la mercancía de que Junts está mutando en Convergència. Illa tiene un "laboratorio de normalización españolista", según El Nacional
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La novedad más trascendental del fin de año parece ser la maniobra de cortejo y aproximación del PP con Junts, partido en el que los populares aprecian la supuesta voluntad de convertirse en la vieja Convergència. Hay detalles, gestos y silencios de Puigdemont que el PP interpreta en clave de festejo, de confirmación de las expectativas de una entente contra Pedro Sánchez.
Los populares apelan al pragmatismo frente a quienes les recuerdan la trayectoria errática de Junts, su propensión a echarse al monte y la asunción del mantra del "mandato" del 1-O, esa performance en forma de falso referéndum cuyos resultados son una cuestión de fe. Pero esa parte del PP que cree en una futura alianza subraya que las arremetidas de Junts sobre la "represión" son contra Sánchez y Salvador Illa, no contra Núñez Feijóo.
Al líder popular le complace el recibimiento y el trato que recibe en Cataluña, el suave masajeo de las élites circulares, las palmadas en la espalda de ese sector del empresariado que dio el visto bueno al procés, los elogios en forma de contraste con Isabel Díaz Ayuso, algo así como la encarnación del monstruo de Madrid según la perspectiva catalanista.
Todas estas maniobras tienen consecuencias en el Principado. "Los acuerdos de Feijóo con Junts desarman al PP en Cataluña", destaca un titular de El Mundo.
La pieza es un análisis de Iñaki Ellakuría que arranca así: "Los últimos acuerdos del PP y Junts en el Congreso -como la enmienda al impuesto de las eléctricas- para subrayar la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez, ahondan en la voluntad de Alberto Núñez Feijóo de restablecer la colaboración con las élites catalanas -hoy principal sostén del sanchismo- y con el nacionalismo conservador que lidera Carles Puigdemont".
Sigue la nota: "Esta aproximación a Junts, que el núcleo duro de Feijóo asumió después de probar en las generales de 2023 el amargo trago de la victoria insuficiente, ha permitido al PP poner la zancadilla parlamentaria a Sánchez, pero como contrapartida ha vuelto a tensionar la relación con el partido en Cataluña, cuyo presidente, Alejandro Fernández, aboga por construir una alternativa constitucionalista al nacionalismo, no por buscar la palmada en la espalda y un trato condescendiente de ese establishment catalán que demanda por interés propio el regreso de un "PP bueno".
Continúa Ellakuría: "La inquietud por los acuerdos del PP con Junts también ha calado en un sector amplio de la dirección nacional, que ni entiende ni comparte el diálogo con un partido que impulsó el "golpe" de 2017 y que está liderado por un prófugo de la justicia. "Hemos pasado de manifestarnos en contra de Puigdemont, y pedir su entrada en prisión, a quererlo sentar en nuestra mesa como un aliado fundamental", apunta un veterano dirigente".
Y: "Esta aproximación a Junts surge además de la convicción de que solo de la mano del "nacionalismo moderado" Feijóo podrá gobernar algún día España. Los gurús electorales que pululan por Génova 13 sostienen la tesis judoka de que para ganar a Sánchez hay que utilizar en su contra la que es su principal "fuerza": el apoyo de algunos de los partidos que forman el bloque de gobierno".
Más: "Si bien estos estrategas no explican cómo mantendría Feijóo el apoyo de Junts durante toda una legislatura, sí se muestran convencidos de que una vez el Constitucional de Conde Pumpido avale la Amnistía, y Puigdemont pueda volver a España, "Junts se transformará en la Convergencia 2.0" y, ¡chas!, dejará de ser un problema en Madrid".
Sí, claro. Y si entierras la cabeza en la arena frente a un problema, el problema ya no existe. El realismo mágico de la política catalana de la última década traslado a la rúe del Percebe.
Pero hay más formas de ver las extrañas alianzas de la política. "Sánchez e independentismo: un año lleno de favores mutuos", titula La Razón.
Se trata de un repaso que firma José Antonio Lavilla: "El año 2024 ha consolidado la dependencia del Gobierno de Pedro Sánchez respecto a los partidos independentistas catalanes, ERC y Junts per Catalunya, en un delicado juego de equilibrios. El apoyo del independentismo a Sánchez no ha sido gratis, sino que, como ya es tradición, ha incluido una retahíla de favores y concesiones a los secesionistas".
Sigue Lavilla: "Sin embargo, esos favores, en ocasiones, han recibido una contrapartida: el apoyo del independentismo también al socialismo en otras instituciones, como en el Govern de la Generalitat para investir a Salvador Illa o en el Ayuntamiento de Barcelona para hacer lo propio con Jaume Collboni".
A continuación, las contraprestaciones socialistas: "Sin lugar dudas, uno de los “favores” de Sánchez más polémicos ha sido la Ley de Amnistía. Aunque registrada en el Congreso en 2023 (unos meses después de que Sánchez fuese investido presidente), esta ley entró en vigor en junio de este año".
Líneas después continúa así la crónica: "Entre las medidas que más rechazo han levantado, incluso entre las propias filas socialistas, está la de la financiación singular, parecida al modelo vasco, para Cataluña. En concreto, ha sido ERC quien más ha insistido en esta dirección, condicionando la aprobación de los presupuestos del Govern de Salvador Illa, actualmente prorrogados, a lo avanzada que esté esta negociación".
Y: "El modelo consiste en que la Generalitat recaudaría todos los impuestos que se paguen en la comunidad a través de la Agencia Tributaria Catalana (ATC). Una vez recaudados, el Govern liquidaría al Gobierno el dinero de los servicios e inversiones que haga en la comunidad, además de aportar una cantidad extraordinaria en concepto de solidaridad con el resto de comunidades, saliéndose, de este modo, del modelo de financiación común".
El texto también alude al catalán en Europa, el traspaso de Rodalies o la seguridad en puertos y aeropuertos.
Más sobre Puigdemont. Es una de las estrellas de los resúmenes del año y de las previsiones para el que está a punto de comenzar. "2025, el año en el que Puigdemont podrá volver a España", apunta al respecto El Independiente.
Escribe Irene Dorta: "Hay voces que ya lo dan por hecho: Carles Puigdemont puede volver a España en 2025. De forma legal, claro, porque volver ya volvió este año en una singular estampa que constará en los resúmenes más destacados de este 2024.
Sin embargo, la fotografía del expresident de Cataluña logrando pisar suelo español está inexorablemente atada a que el Tribunal Constitucional pulse el botón de avalar la Ley de Amnistía. El órgano que preside Cándido Conde Pumpido tiene previsto resolver todos los flecos sobre la ley del perdón antes de verano, cuando se sabrá si el esfuerzo realizado por el Gobierno para contentar a Junts habrá tenido realmente efecto más allá del papel".
Líneas después y tras constatar la operación para apartar al magistrado José María Macías de la deliberación, Dorta señala que "las primeras sentencias que se llevarán a pleno serán las que tienen que ver con la cuestión de inconstitucionalidad que planteó el Tribunal Supremo y la relativa al recurso que llevó el Partido Popular de Alberto Núñez-Feijóo, cuya tramitación ya está terminada, según apuntan citadas fuentes internas".
Y: "La sentencia sobre el recurso del PP será la más determinante porque este partido sí impugnaba el grueso de la norma. "Una vez resuelta servirá de modelo", apuntan fuentes del Constitucional. A partir de ahí se utilizará la misma doctrina para resolver todos los recursos de las Comunidades Autónomas, es decir, todas las gobernadas por los populares y la de Castilla-La Mancha, del socialista crítico Emiliano García Page".
Todas las previsiones indican que el Constitucional avalará la amnistía, pero según la pieza del digital "todavía queda un cartucho en Europa. El Tribunal Supremo no ha cerrado la puerta a acudir a las instituciones europeas (el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea) para que especifiquen si es posible que un país integrante redacte una norma de este tipo".
En cuanto a otro de los grandes protagonistas de 2024, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, las versiones sobre el comienzo de su mandato son opuestas. En la prensa de orientación conservadora se le acusa de dar continuidad al independentismo. Y en la prensa nacionalista, todo lo contrario.
En El Nacional hablan de un "laboratorio de normalización españolista de Salvador Illa que alarma al independentismo".
El texto es de Marta Lasalas: "El president Salvador Illa aseguraba el pasado lunes que Catalunya ha entrado en un cambio de etapa después de cuatro meses del PSC en la presidencia de la Generalitat.
Más allá de la profundidad que Illa quiera otorgar a su sentencia o de las críticas que ha recogido, hay un hecho que la oposición ha comprobado con alarma y es que con Illa se ha instalado entre las paredes del Palau una manera diferente de actuar y se han roto algunos esquemas que hasta ahora eran considerados intocables".
Sigue Lasalas: "Illa ha asumido gestos desde el Palau que ni siquiera se plantearon sus predecesores del PSC, Pasqual Maragall y José Montilla. Junts no ha dudado en acusar a Illa de españolizar el Govern, mientras que ERC, que le otorgó sus votos para investirlo, le tildó de "delegado de la Moncloa" tras escuchar su discurso en el debate de política general".
Continúa el texto: "Salvador Illa ha hecho bandera en sus primeros cuatro meses de gobierno del retorno de la Generalitat a todos los espacios del Estado en que ha sido convocado. Acudió por primera vez después de nueve años a la recepción con el Rey tras ser investido, y acompañó a los monarcas al desfile militar del 12 de Octubre —una festividad que los presidentes de la Generalitat han pisado en contadas ocasiones— e, incluso, a los premios Princesa de Asturias".
Y: "Con el mismo empeño, tampoco ha faltado a ninguna de las convocatorias hechas por el presidente español, Pedro Sánchez, la última, la Conferencia de Presidentes, que reúne al inquilino de la Moncloa y a los titulares autonómicos.
El supuesto retorno ha adquirido tanto empuje que Illa incluso ha acabado accediendo a espacios que el president de la Generalitat —como el lehendakari vasco— consideraban hasta ahora ajenos, como fue el caso del encuentro de los presidentes autonómicos españoles previo a la reunión del Comité de Regiones que se celebró en Bruselas a finales de noviembre".
La pieza recoge también algunos cambios en la decoración del Palau: "Pero los cambios no se limitan a este supuesto retorno, sino que se han instalado en la misma sede del Govern. Sin duda que uno de los primeros indicadores fue cuando la bandera española entró a formar parte de la decoración del Palau de la mano de Salvador Illa. La enseña rojigualda está siempre izada en el exterior del Palau, porque así lo marca la ley, pero no en el interior de las dependencias del Govern, donde hasta ahora solamente aparecía con ocasión de la visita de algún representante del Gobierno".
Lasalas explica más detalles: "Con el primer viaje oficial de Illa en el exterior, en Bruselas, la delegación de la Generalitat en la capital belga lo recibió con la bandera española en la puerta, junto a la senyera y la europea.
La enseña española no había estado antes en la delegación catalana hasta el punto que cuando se colgó por primera vez con motivo de la Diada de este 2024 se tuvo que pedir prestada a la representación permanente de España en la UE, según aseguró la miembro del consell nacional de Junts Erika Casajoana, por lo cual era de diferente tamaño que el resto".
Entre los reproches consta también que Illa, perico confeso, no acudió al gran acto en el Liceo de conmemoración del 125 aniversario del Barça. O que tampoco estuvo en la noche de Santa Llúcia de Òmnium.
Otras noticias. "La ciberseguridad israelí se muda a Barcelona", destaca La Vanguardia en su portada. Se trata de una información que firma Ofer Laszewicki Rubin y dice así: "Barcelona va camino de ser el 22@ de Tel Aviv.
En los últimos tiempos, hackers israelíes se han instalado en Barcelona, ciudad reconocida en el sector como la “capital europea de la industria del ciberataque”. Entre las últimas llegadas, especialistas en desarrollar mecanismos para plantar software de espionaje en smartphones".
Sigue la pieza: "También unos sesenta trabajadores de la compañía Defense Prime, liderada por un ex investigador de la controvertida NSO, que desarrolló el software Pegasus, utilizado en España para espiar a activistas y políticos independentistas catalanes y vascos.
“Son gente con buenas intenciones, pero crean una situación potencialmente sensible y peligrosa”, declara a La Vanguardia el reportero israelí Omer Benjakob, que reveló en el diario Ha’aretz los pormenores de la “reubicación” de parte del sector de ciberseguridad hebreo".
Y: "El periodista aclara que muchos hackers consideran que Israel ya no es un país seguro para operar –por la guerra y su problemática reputación–, y escogen la capital catalana porque dispone de un marco legal más favorable, así como la ventaja de poder exportar software a otros países europeos.
“Es positivo para la seguridad nacional de España, pero es potencialmente peligroso, ya que las tecnologías pueden acabar en malas manos”, apuntó Benjakob".
Párrafos después se subraya que "España ya ha superado a Italia como referente cibernético europeo. La detección de vulnerabilidades, convertidas en una suculenta fuente de negocio, no está exenta de complejidades, especialmente por las sanciones que impuso EE.UU. a compañías como NSO o Candiru.
Tras el cierre de muchas empresas de ciberseguridad ofensiva en Israel, se consolidó una nueva industria en el extranjero. “Las vulnerabilidades aguantan mucho menos que antes, y cuesta mucho dinero producirlas”, explicó a Ha’aretz un hacker".
Actualidad barcelonesa. Las obras del Camp Nou son un tormento para los vecinos. "No queríamos más obras los sábados en el Camp Nou, pero el Barça siempre se sale con la suya", apunta El Confidencial. Es el clamor vecinal.
Escribe Albert Ortega: "Los trabajos van desde las 08:00 de la mañana hasta las 20:00 de la tarde y hasta las 00:00 en caso de realizar tareas cuyo nivel de ruido o luz no alteren el descanso de los vecinos, como cableado, pintura o alicatado.
Este pasado mes de noviembre, además, el Barça consiguió volver a trabajar los sábados después de que los vecinos se negaran en redondo los meses previos, donde denunciaron las promesas rotas de Laporta, así como la vulneración de los horarios pactados. Multados en verano por el Ayuntamiento de Barcelona, este pasado mes de noviembre, el Barça volvió a ser multado cuatro veces, según informó Cadena Ser".
Y: ""El Barça siempre se sale con la suya. En la última reunión que tuvimos, dijimos que no queríamos que trabajaran los sábados para que los vecinos pudieran descansar el fin de semana. Pues lo consiguieron. Por mucho que digas, argumentes y te quejes, siempre hacen lo que quieren", cuenta Anna Ramón, presidenta de la Asociación de Vecinos del Camp Nou".
29 de diciembre, santoral: Tomás Becket y el beato Pedro el venerable.