Por fin. Concluyó la campaña electoral. Probablemente una de las más aburridas de la historia. Fuera de Cataluña, la compra de votos y otras andanzas le han proporcionado al asunto un tinte siciliano. Aquí, por contra, el tono ha sido municipal, burocrático, sin grandes promesas ni sobresaltos. Ese ambiente favorece a quienes ostentan la vara de mando. Las encuestas de última hora señalan en Barcelona un triple empate. En Girona, Junts podría perder la alcaldía. En Tarragona y Lérida, el PSC podría recuperar las varas de mando.
La noticia ha sido que el proceso independentista cotiza lo justo. Las apelaciones al 1-O son de corte administrativo, de modo que las municipales son municipales, no un plebiscito más en la larga marcha hacia la no república. Lo mismo ha ocurrido en el resto de España.
"Cataluña sale de escena y pierde peso en el debate político del 28-M", advierte El Confidencial. El texto es de Marcos Lamelas: "Cataluña ya no polariza el discurso político español y eso ha hecho que pase a un segundo plano en esta campaña. El camino a las urnas empezó pivotando alrededor de las listas de Bildu y ha acabado con los votos comprados en Melilla. La 'pax catalana', sin embargo, no parece beneficiar a Pedro Sánchez en la foto global de España. Por mucho que el presidente del Gobierno acabe la campaña en Barcelona para darle a Jaume Collboni el último empujón que necesita, la alcaldía de la ciudad podrá ser una pieza ornamental para el socialismo español, pero menor. La verdadera partida se juega en Valencia —ayuntamiento y comunidad— y en el Ayuntamiento de Madrid. Cataluña ya no está en el foco y el tema catalán todavía menos. El PSC apostó por la Cataluña del reencuentro. Y en buena parte se juega su hegemonía en estas municipales. Esa estrategia le ha beneficiado, pero en el resto de España la polarización manda. Y en esto para muchos opinadores pesaban más listas de Bildu que las de JxCAT en Igualada, por poner un ejemplo".
Sigue Lamelas: "La polarización parece ayudar más a Vox que al resto de formaciones. En Cataluña ese factor ha corrido a cargo de Desokupa, pero cuando la movilización corre a cargo de una empresa privada el efecto es diferente. Como con Bildu o el voto comprado melillense, es la formación ultraconservadora quien parece sacar más tajada y no el PP. Cuando los populares lo hacen bien, como en Badalona, los de Santiago Abascal no sacan la cabeza. Y no es que en Cataluña no haya cosas importantes en juego. Por ejemplo, la alcaldía de Barcelona. O el derrumbe de ERC, que justificarían los nervios de Ernest Maragall, que lleva dos días cargando contra el PSC en un esfuerzo por convertirse en la María Kodama de Pasqual Maragall. Si ERC se desploma en la capital catalana, como apuntan los sondeos, y los planes de Oriol Junqueras de crecer en el área metropolitana se quedan en nada, el partido republicano perdería la posibilidad de pactar una mayoría alternativa en la Diputación de Barcelona. Muy importante en clave catalana, pero poco relevante en comparación con el futuro de la capital y si José Luis Martínez-Almeida consigue o no renovar su mandato".
En el plano catalán, Barcelona centra la atención. Según El País, la ciudad "contiene la respiración ante el triple empate entre Colau, Collboni y Trias". Se trata de una apreciación un tanto subjetiva. Los barceloneses van a lo suyo y reparan lo justo en las cuitas de los candidatos. Tal vez sepan que este domingo no es el final del camino, sino el marco para el baile de los pactos. La pieza del diario de Prisa viene con las firmas de Camilo S. Baquero, Clara Blanchar y Marc Rovira: "El telón de la campaña para el 28-M ha caído este viernes en la capital catalana tras dos semanas en las que no se ha logrado imponer un claro favorito. Todo lo contrario. El paso de los días, según las encuestas, no ha hecho sino acentuar un triple empate entre la candidata a la reelección, Ada Colau (Barcelona en Comú); el socialista Jaume Collboni y Xavier Trias (Junts). Ser la lista más votada este domingo no es garantía de éxito ante el riesgo, especialmente grave para la alcaldesa, de que se concrete una mayoría alternativa. El escenario desde el que las tres candidaturas favoritas han pedido por última vez el voto brinda detalles sobre qué hay en juego en las urnas y en el seno de cada formación. 'Si queremos una victoria del progreso necesitamos que nadie se quede en casa, nuestro enemigo es la abstención', ha dicho Collboni ante 4.000 personas reunidas en en el pabellón de La Vall d’Hebron, en el distrito de Horta Guinardó. Se trata de un sitio simbólico, que apela al legado de la ciudad olímpica y próximo al tramo de la Ronda de Dalt que el socialista ha prometido cubrir estos días. Collboni ha insistido en que es su momento, consciente de que no habrá tercera oportunidad para él en el Ayuntamiento. 'Ahora toca una nueva etapa, un nuevo alcalde. Ni Colau ni Trias: ahora toca PSC', ha pedido. En el cierre le arroparon, entre otros, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder del PSC, Salvador Illa. Nunca un líder del PSOE había cerrado la campaña por las municipales en territorio catalán. Barcelona es la apuesta del todo o nada de Ferraz y La Moncloa de cara a exhibir un triunfo importante pero aún incierto en las municipales".
Y: "La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, también ve un filón en la lectura estatal que pueda tener el resultado en la capital catalana. Con el acto en el parque de Sant Martí, un distrito en liza entre comunes y el PSC, suman tres las visitas de la dirigente gallega a Colau durante estas dos semanas. Reservarse el día final para ello es un empujón para una campaña en que la alcaldesa ha optado por un perfil bajo pero también es una foto que reafirma la apuesta de los comunes por Sumar, la nueva confluencia de izquierdas que lidera la vicepresidenta, y en detrimento de Podemos".
Gran despliegue socialista en el epílogo. Zapatero y Sánchez, el "pacificador". En El Independiente glosan el cierre del PSC Juanma Romero e Iva Anguera: "La estrategia seguida por el Gobierno con Cataluña no ha dominado la campaña del 28-M. En absoluto, en ningún momento. Pero Pedro Sánchez eligió Barcelona para echar el telón. Porque su partido tiene serias expectativas de recuperar la ciudad, que escapó de sus manos en 2011, porque el PSC está muy fuerte y será donde los socialistas firmen, probablemente, su mejor resultado el domingo en toda España. Porque el PSC, a fin de cuentas, atribuye esas perspectivas óptimas a la política de distensión del Ejecutivo, porque le ha permitido huir de la polarización. Por eso no podía resultar extraño que Sánchez, aquí, recibiese el mayor cariño de los suyos de toda la campaña, y el mayor reconocimiento por su apuesta por el diálogo. Se lo agradecieron en Barcelona, en un lleno absoluto, en el Pavelló de la Vall d’Hebrón, el candidato a la alcaldía de la capital, Jaume Collboni; el primer secretario, Salvador Illa; las regidoras de Sant Boi de Llobregat y Sabadell, Lluïsa Moret y Marta Farrés. Y también el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente pidió el voto frente la derecha española, que quiere 'volver a 2013', a la época de los recortes, y frente a los independentistas, los que 'añoran la Cataluña de 2017, la de la división, la confrontación entre catalanes'. 'Entre unos y otros', dijo, se halla una 'inmensa mayoría' que quiere 'avanzar en empleo, justicia social y convivencia'. A esos son a los que su partido se dirige".
Si ha habido un tema de fuste en campaña ha sido el de la vivienda. El problema es de gran envergadura. En Crónica Global la aportación al respecto se condensa en este titular: "Madrid construye cuatro veces más pisos públicos que Cataluña". Y en el sumario se concreta que "La comunidad liderada por Ayuso tiene en desarrollo promociones con 8.220 viviendas sociales, por encima de las 2.155 de la Generalitat". Escribe Víctor Recacha: "La Comunidad de Madrid tiene en construcción o tramitación 8.115 viviendas sociales, casi cuatro veces la cifra de la Generalitat de Cataluña, que tiene en marcha 2.155 pisos. Los datos oficiales compartidos por las Administraciones con este medio ponen de manifiesto la mayor velocidad de la región presidida por Isabel Díaz Ayuso en comparación con el Govern o el Ayuntamiento de Barcelona, principalmente por la agilización de la burocracia del suelo y por su apuesta por la colaboración público-privada. La mayoría de estas 8.115 unidades que tiene en marcha la Comunidad de Madrid son público-privadas, a través del plan Vive, con 4.200 inmuebles ya en construcción y otros 2.400 con la adjudicación finalizada. Además, la Agencia de Vivienda Social madrileña --que desde junio de 2019 ha entregado 1.400 viviendas sociales-- tiene otros 1.500 alojamientos en obras. También está reformando 15 locales comerciales para que puedan alojar a personas con movilidad reducida, y 100 locales más se adaptarán este año o en 2024".
Y: "El Instituto Catalán del Suelo (Incasòl) tiene un parque de 55.000 viviendas, más del doble que la Agencia de Vivienda Social madrileña (25.005), pero su producción actual no alcanza la velocidad de crucero a la que ha llegado el organismo regional de la capital. El ente de la Generalitat tiene 2.155 pisos actualmente en promoción o que se iniciarán este año, pero prevé incorporar alojamientos por otras vías para llegar a las 10.000 nuevas viviendas, lo que supondría un incremento del 18% con respecto al parque actual. Aparte de la promoción pública directa por parte del Incasòl, se prevé comprar 500 pisos a través del tanteo y retracto o la adquisición a entidades financieras de 1.000 inmuebles más de promociones ya acabadas que están vacías u okupadas. Por otro lado, colaborará con agentes privados y cooperativas para ceder suelo público y permitir la creación de otras 1.000 viviendas de alquiler social".
27 de mayo, santoral: Agustín de Canterbury, Atanasio, Bruno, Eutropio, Gausberto, Gonzaga Gonza, Julio de Dorostoro, Ranulfo de Arras y Restituto mártir.