La crisis abierta por Argelia atravesó ayer por la fase de que quien tiró la piedra esconde la mano. Según Argel, nadie ha suspendido ningún tratado y el comercio con España sigue su curso sin alteraciones. ¿Suspensión del tratado de amistad? No consta, vino a alegar la representación de Argelia en Bruselas. Por una vez, el peso de formar parte de la Unión Europea habría favorecido a España ante un conflicto erizado por el giro en relación al futuro del Sáhara Occidental.
Los manejos diplomáticos de los países del Magreb acostumbran a ser de corte sinuoso, difíciles de captar y analizar. Las reacciones a las supuestas afrentas tienen un mecanismo de retardo, de modo que son sumamente imprevisibles y fomentan relaciones tan interesadas como inestables. El cambio de postura de la oficina argelina en la capital europea es un ejemplo.
"Argelia da marcha atrás ante la presión de la UE y España" anuncia El País en lo alto de su portada. La aparente rectificación está contada por tres firmas, M. González, B. de Miguel y M. V. Gómez: "Bruselas cerró filas ayer con España y acusó a Argelia de violar el acuerdo de asociación con la UE por la suspensión de las relaciones comerciales. España redobló también la presión en la capital europea. Y a media tarde, Argel dio marcha atrás: la delegación del país magrebí ante la UE hizo pública una declaración en la que negó que haya roto relaciones comerciales con España, y en la que subrayó que nunca tuvo en mente cortar el suministro de gas. La crisis diplomática -tras el giro español con respecto al Sáhara Occidental, según el argumentario de Argel- se reconduce así con un comunicado en el que Argelia asegura que "la supuesta medida de frenar las transacciones corrientes con un socio europeo (en relación a España) sólo existe en la mente de quienes se han apresurado a estigmatizarla". Exteriores recibió con satisfacción la rectificación, aunque también con cierta cautela a la espera de ver la evolución del pulso".
En El Mundo esa misma rectificación es otra cosa muy diferente. En el diario de Unedisa no se fían del socio argelino y tachan el comunicado de respuesta a la UE de "ofensivo". Escribe Carlos Segovia: "El Gobierno considera que Argelia "da marcha atrás" con su ofensivo comunicado de respuesta a la Unión Europea. Fuentes gubernamentales muestran a este diario su "satisfacción" por el contenido del texto enviado por la embajada de Argelia ante la UE este viernes en el sentido de que niega, pese a su tono áspero, haber suspendido operaciones comerciales con España. "En cuanto a la supuesta medida del Gobierno argelino de frenar las transacciones corrientes con un socio europeo, sólo existe en la mente de quienes la esgrimen y de quienes se han apresurado a estigmatizarla", señala el comunicado argelino en un tono duro con el Alto Representante de la UE, José Borrell, el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, y el propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que sí sostienen que se han alterado las relaciones comerciales. También les acusa a los tres de "precipitación" al evaluar la medida como una posible violación del Acuerdo Euromediterráneo de 2005".
O sea que primero suspenden el tratado de amistad, luego niegan haber suspendido el tratado y añaden que quienes hablan de la suspensión son unos enfermos. Gran ejercicio de trazo fino, pero al revés.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, apunta a perjudicado del conflicto, del mismo modo que su antecesora, Arancha González Laya sufrió los rigores de las exigencias marroquíes tras haber gestionado la hospitalización en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Gali.
En Exteriores dicen, según titula El Independiente, que "Albares es el hazmerreír de Europa" y se duda de su continuidad a medio plazo. El texto es de Francisco Carrión: "Con las empresas españolas enfrentándose a una cascada de cancelaciones de pedidos desde Argelia, José Manuel Albares decidió ayer viernes modificar su agenda y encaminarse a “mamá Bruselas”. Para algunos de sus otrora correligionarios en el Ministerio de Asuntos Exteriores, su repentino viaje en busca del calor de la UE es el último episodio de “los errores catastróficos” que arrancaron en marzo, con el histórico y unilateral cambio de posición en el contencioso del Sáhara Occidental. Una desgraciada sucesión de patinazos que complican ahora la ecuación de recomponer lazos con Argel sin hacer un nuevo roto con Rabat y que, pronostican algunos funcionarios, le terminará costando el puesto por mucha cercanía que presuma con Pedro Sánchez".
Y: "En los pasillos de Exteriores son ya muchos los que no dan crédito al curso de los acontecimientos, agravados esta semana con la suspensión del tratado de buena vecindad y la congelación de las operaciones de comercio exterior por parte de Argelia. Y no escatiman en adjetivos contra el jefe de la diplomacia española. Desde “patán” hasta “pirómano” o directamente “incompetente”. “La imagen que estamos dando en Europa es que hemos entrado en el grupo de Chipre o Grecia, países que no saben gestionar por sí solos su diplomacia y recurren a la Unión Europea. Es de una indignación absoluta. Albares es el hazmerreír de Europa”, desliza en declaraciones a El Independiente un curtido diplomático español".
Hay un temor muy fundado a que Argelia incremente el suministro de pateras. Es la tesis que refleja Antonio Navarro en La Razón: "Si la presión migratoria fue el factor más relevante para Pedro Sánchez en su decisión de apoyar a Marruecos y resolver el desencuentro con Rabat, este mismo problema promete con convertirse en el principal quebradero de cabeza para las autoridades españolas en los próximos meses tras el desplante de Argel, que suspendió este miércoles el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación suscrito con España en 2002. La suspensión del Tratado, que establecía en su artículo 12 que Argel y Madrid “proseguirán su cooperación en materia de control de los flujos migratorios y de lucha contra el tráfico de seres humanos”, implicará previsiblemente la interrupción de dicha colaboración –empezando por el intercambio de información- en materia migratoria entre los dos países.
No en vano, el desencuentro con Argel se ha traducido en que desde comienzos del pasado mes de abril no se han producido más repatriaciones de migrantes irregulares llegados a España por mar. Pocas dudas hay entre los especialistas de que Argel puede jugar la baza migratoria a partir de este momento –llega además el verano y las condiciones en el Mediterráneo son las más favorables- para exhibir su indignación con la postura española en el conflicto del Sáhara Occidental. “Está muy claro que en los últimos años, especialmente desde la llegada de la epidemia, Argelia ha sido el principal país emisor de migrantes a España. Y con este nuevo desencuentro y la suspensión del Tratado de Buena Vecindad hay que tener en cuenta la posibilidad de que se produzca un aumento claro en las llegadas a España”, explica a La Razón el consultor en políticas migratorias José Carlos Cabrera Medina.
El Gobierno capea varios temporales a la vez. El caso argelino es novedad relativa. En el caso de Cataluña, el disenso es un clásico y ayer se produjo un "evento" que ratifica el carácter permanente de ese "conflicto". "El Govern impugna al Ejecutivo central y planta a la ministra de Transportes", advierte La Vanguardia. Se trata de una información con la firma de Àlex Tort: "La falta de comunicación y el deterioro de las relaciones entre los gobiernos español y catalán quedaron más que manifiestos ayer al mediodía con la visita a Terrassa de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. El Govern plantó a la ministra y mientras esta anunciaba “un acuerdo histórico” para desencallar la construcción de la carretera B-40 –conocida como cuarto cinturón– en el Vallès Occidental, Pere Aragonès la contradecía desde La Seu d’Urgell, a 150 kilómetros de distancia, y aseguraba que este acuerdo no existe".
Sigue el texto: "La nueva máxima de la Generalitat para las relaciones con la Moncloa la verbalizó el propio president: “El tiempo de las palabras ha pasado y ahora es hora de la ejecución y los cumplimientos”. Una frase estudiada para recordar al Ejecutivo central que no cumple en Cataluña con las inversiones prometidas, que del dicho al hecho hay un trecho, y que viene a ser una versión 2.0 del lema “Hechos, no palabras” del 2006 de José Montilla para usarlo ahora en contra de los socialistas. Así que el presidente de la Generalitat ordenó al secretario general de Vicepresidència, Ricard Font, que no asistiera al acto de la ministra en la sede del Consell Comarcal del Vallès Occidental, como tenía previsto y pese a haber mantenido conversaciones sobre la cuestión con la Moncloa".
O sea que el Govern está en modo magrebí en sus relaciones con Moncloa.
Siguen los ecos del "tarado" que le espetó Rufián a Puigdemont. Pero, ojo, el lenguaraz diputado republicano no es un kamikaze. "Junqueras muestra 'toda la confianza' en Rufián", certifica El Nacional. Escribe Lluís Bou: "El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha asegurado que tiene "toda la confianza" en el portavoz de ERC al Congreso, Gabriel Rufián, a pesar de la polémica que lo ha perseguido los últimos días después de haber tildado al president en el exilio, Carles Puigdemont, de "tarado" por haber proclamado la independencia. En una entrevista en TV Mataró, Junqueras ha subrayado que "todos los candidatos de ERC en cualquiera de las elecciones tienen toda la confianza" de la formación. En el caso concreto del portavoz en la cámara baja española, Junqueras ha afirmado sentirse 'muy orgulloso de la gente que sabe rectificar', lo que, según su opinión, Rufián ha hecho de manera 'muy clara'". Y tan clara que parecía el Emérito diciendo que lo sentía mucho tras la cacería de Botsuana con Corinna.
11 de junio, santoral: Bernabé apóstol, Alicia de Schaerbeek, Máximo de Nápoles, París de Treviso, Paula Frassinetti, Remberto de Bremen y Rosa Francisca María de los Dolores.