Empate sin goles en la primera tenida entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Gobierno y el nuevo presidente del PP se mantuvieron la mirada durante tres horas, se tomaron las medidas y se palparon las entretelas sin consecuencias de alcance o recorrido. Como ocurría en el siglo pasado, tendrán que festejar mucho antes de llegar a la cama de la renovación del Poder Judicial. Si es que pasa. La noticia positiva es que se ha recuperado el contacto entre el jefe del Gobierno y el jefe de la oposición. Sin estridencias, con ese tono para mayores de edad y analfabetos del Twitter que pretende imprimir Feijóo a su proceder. Sánchez contribuye a la distensión haciendo tabla rasa.
Según El País, "Sánchez y Feijóo abren una fase de deshielo pero sin acuerdos". El tono de la crónica tiende al optimismo. Es de C. E. Cué y E. G. de Blas en El País y arranca así: "Deshielo sin acuerdos. El presidente Pedro Sánchez y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, abrieron ayer una nueva fase de distensión entre el Gobierno y la oposición en su primer encuentro. Feijóo se mostró abierto a desbloquear las instituciones, sobre todo la renovación del Poder Judicial; el presidente subrayó el tono positivo de la reunión, pero no arrancó un solo acuerdo que permita materializar ninguna de sus 11 propuestas, adelantadas ayer por El País, en especial en lo relativo al plan de estímulo económico por la guerra en Ucrania. El líder del PP insistió en bajar el IRPF y los demás impuestos, lo que Sánchez rechaza. Feijóo eludió además referirse a las alianzas del PP con Vox".
El texto alude de manera un tanto sibilina a los tópicos galaicos: "Como es habitual con Alberto Núñez Feijóo, la reunión política más relevante tras ser elegido presidente del PP, la que mantuvo ayer con Pedro Sánchez en La Moncloa, se puede interpretar de varias maneras. Se puede ver el vaso medio lleno, porque se abre la puerta a desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial después de tres años y medio; o se puede ver medio vacío, porque el choque en política económica fue rotundo. Se puede poner el foco en que Feijóo no dijo “no” a los 11 acuerdos que le planteó Sánchez con un documento detallado, sino “necesito más tiempo, déjame mirarlo”. O se puede destacar que en este momento La Moncloa carece de garantía alguna para la renovación del Poder Judicial, y que en el asunto más inminente, la convalidación del decreto del plan de choque frente a las consecuencias económicas de la guerra, Feijóo dijo que no lo apoyará si no hay más bajadas de impuestos. En definitiva, hubo un inicio de deshielo, pero tibio y sin cerrar ni un solo acuerdo".
La parte de Feijóo ha deslizado en los medios una versión del encuentro punto más áspera y crítica. La prensa de orientación crítica con el Gobierno acentúa que Sánchez "ventiló en diez minutos el bloque fiscal". El entrecomillado forma parte de la pieza de Jesús Ortega en Vozpópuli: "El PP ha pasado de la protesta a la propuesta. El cambio en la dirección del partido ha traído consigo una nueva estrategia de oposición que sorprendió a Pedro Sánchez en su reunión con Alberto Núñez Feijóo. El nuevo líder popular acudió a Moncloa con un amplio paquete de medidas económicas que cogió en fuera de juego al presidente del Gobierno, que precipitó el fin del encuentro después de conceder tan solo 10 diez minutos al dirigente gallego para desarrollar sus propuestas en materia fiscal".
Sigue Ortega: "Las prisas de Sánchez por concluir el encuentro, de hecho, le impidieron percatarse de que alguna de ellas, como deflactar el IRPF a las rentas medias y bajas, fueron respaldadas en su día por sus socios de gobierno: la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se mostró partidaria de aplicar esta medida. Algo parecido pasó con el rechazo del presidente al impuesto negativo en el IRPF, una de las propuestas del comité de expertos de María Jesús Montero que también planteó Alberto Núñez Feijóo en la reunión de ayer. El equipo técnico constituido en Hacienda Recomienda transformar la reducción variable en una deducción reembolsable en la cuota, similar al Earned Income Tax Credit aplicado, entre otros países, en Estados Unidos".
Y: "Nada de ello importó a un Pedro Sánchez al que le entraron las prisas por acabar la reunión al comprobar que Feijóo había acudido a Moncloa más que preparado para hablar de economía, más allá del decreto de medidas frente a la guerra de Ucrania aprobado en el Consejo de Ministros de la semana pasada".
El presidente tenía una cita importante en Rabat con Mohamed VI, cumbre en la que se sustanció la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla y una "nueva etapa". Hubo nota conjunta y todo. En Público lo cuenta Miguel Muñoz: ""Hoy es un día importante para España y para Marruecos". Así ha comenzado su intervención en rueda de prensa el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez tras su encuentro con el rey marroquí, Mohamed VI, en Rabat. El líder del Ejecutivo ha podido disfrutar también de un "iftar", la cena que rompe el ayuno en Ramadán, junto a integrantes de la Casa Real del país vecino. Entre los anuncios concretos pactados destaca la reapertura de las fronteras en Ceuta y Melilla y la reanudación de la Operación Paso del Estrecho. De este modo, se inicia "una nueva etapa" y "una hoja de ruta duradera y ambiciosa", tal y como llevaba días planteando Moncloa".
Continúa la nota: "Sánchez ha señalado que las relaciones bilaterales llegan a un "momento histórico" que aportará "normalidad" dentro de la "buena vecindad" y "sin cabida para los actos unilaterales". Unos términos muy parecidos a los usados en la carta que el presidente del Gobierno envió al monarca alauita el pasado 18 de marzo. La reapertura de las fronteras será progresiva para garantizar el flujo de personas y mercancías. La hoja de ruta prevé la creación de grupos de trabajo en diferentes materias como migración, educación, cooperación, economía y trabajo, entre otros. Y la nueva etapa culminará con una Reunión de Alto Nivel (RAN) que se debe celebrar antes de que acabe este año 2022. El último encuentro de este tipo tuvo lugar en 2015".
A la espera del dicho "RAN", en el plano doméstico las mascarillas van a ser noticia judicial durante muchos años. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, está en dificultades porque presuntamente un primo contactó con Luis Medina y otro "tratante" en el pelotazo de los seis millones de euros por un material defectuoso. Tras lo del hermano de Isabel Díaz Ayuso pues no está mal. Pero es que hay más. Según El Confidencial, "Una jueza investiga a tres altos cargos del Gobierno de Sánchez por contratos del covid". Hablan de 310 millones de euros, de dos responsables de Sanidad y un de Hacienda y de que la denuncia es de Vox, partido querulante por antonomasia. Del texto del referido digital: "La titular del Juzgado 26 de Madrid, Concepción Jerez García, tomó declaración este jueves como imputados a tres altos cargos de los ministerios de Sanidad y Hacienda por delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos y fraude, supuestamente cometidos en el proceso de adjudicación de los contratos de emergencia tramitados por la Administración central en el primer estado de alarma. Las diligencias se abrieron hace un año, pero no habían trascendido hasta ahora".
La guerra sigue en Ucrania. Reportan más crímenes de guerra de las tropas rusas contra la población civil y el Reino Unido sopesa enviar tanques a Zelenski. En El Mundo, una crónica de Alberto Rojas explica algunos episodios de la invasión, como el juego de espías que burló a los rusos: "Ucrania va ganando varias guerras a la vez. La primera, la militar, con resultados tangibles en torno a Kiev. La segunda, la del relato, con un apoyo global mayoritario y con las mentiras y excusas de Rusia puestas en evidencia. La tercera, la económica, con un aislamiento cada vez más severo de Moscú. Quizá la última sea la menos conocida, pero sin esta, quizá no existirían las tres primeras: Ucrania también va ganando en la guerra de los espías".
Sigue el texto: "Sergey Markov, ex asesor de Vladimir Putin, reveló esta semana que el fracaso de la toma de Kiev no se debe tanto a la ignorancia por parte del Kremlin sobre cuál era la resistencia real que iban a encontrarse las tropas rusas. Se debió más bien a una operación ucraniana de inteligencia en la que los agentes rusos del FSB (el equivalente a la antigua KGB en la era soviética), identificados desde hace meses por el Gobierno de Kiev, no fueron puestos al descubierto, detenidos y juzgados por espionaje, sino que los servicios secretos de Ucrania decidieron dejarles seguir espiando sin llamar su atención. Lo que sí hicieron es envenenar sus fuentes con mercancía podrida, es decir, información falsa, mezclada con datos verídicos pero de escaso valor estratégico. Gracias a esta información falsa, en la que se explicitaba, según Markov, que "Ucrania no se defendería en caso de invasión rusa o lo haría de forma muy minoritaria", el Kremlin ideó su estrategia de toma de Kiev en tres días con un 40% de las tropas que tenía acantonadas en la frontera. Días después, tuvo que enviar al resto ante la evidencia de que no eran suficientes, pero ya era tarde. La idea central de esa información enviada al Kremlin era que las tropas ucranianas se comportarían igual que hicieron en Crimea en 2014, es decir, permanecer pasivas ante la invasión rusa".
8 de abril, santoral: Dionisio de Corinto, Julia Billiart, Agabo profeta, Amancio de Como, Asíncrito, Dionisio de Alejandría, Flegon y Herodión.