La inflación del 9,8% dispara todas las alarmas
La cesta de la compra y los recibos se comen la mitad de los ingresos de las rentas más humildes. El Gobierno autoriza el racionamiento en los supermercados. Rusia niega avances en las negociaciones
31 marzo, 2022 07:53Un grito de alerta recorre los medios. Es la inflación del 9,8%. El dato resulta demoledor y desconcertante, como un puñetazo en el plexo solar de una sociedad muy castigada ya por el coronavirus. El mazazo en las economías domésticas comienza a agitar una sensación aguda de inquietud. Se dispara la bolsa de la compra, que es un concepto del que no se hablaba desde los tiempos del desaparecido Manuel Fraga y sus garbanzos. Décadas de desperdicio alimentario concluyen de manera abrupta. Al precio del gas y de la luz, la cocina del chup-chup es un lujo asiático. Y se rumorea que la Unión Europea le quiere meter mano al sector textil para que la ropa dure más y acabar así con el fenómeno de la moda. Las noticias no invitan al optimismo.
La inflación acapara las aperturas de los medios el día en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó su plan de choque en el Congreso. La jornada no fue fácil para el jefe del Ejecutivo, al que le sigue pasando factura haber adoptado decisiones unilaterales como el cambio de orientación de la política exterior en materia del Sáhara Occidental. El trompazo inflacionista obligará a adoptar nuevas medidas, a juicio de todos los observadores.
En El Mundo se afirma que el dato de los precios "desborda" el plan de Sánchez a las 24 horas de haber sido aprobado en el Consejo de Ministros. Escribe Raúl Piña: "El dato de la inflación -aumento de los precios- conocido ayer, que alcanzó el 9,8%, opacó el plan de choque que Pedro Sánchez presentó en el Congreso y que el martes aprobó el Consejo de Ministros. "Preocupación", "alarma" fueron algunas de las sensaciones que provocó el aumento de precios en el seno del Ejecutivo, pese a estar prevenidos".
Sigue el texto: "Pese a que en La Moncloa se agarran a que la puesta en marcha de las medidas anunciadas por el jefe del Ejecutivo y el hecho de que Bruselas de el visto bueno «en las próximas semanas» a desacoplar el precio del gas del mercado eléctrico ayuden a aliviar la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, lo cierto es que en el seno del Gobierno se asume que el alza de precios se prolongará más de lo deseado y que es más que posible que sea necesario adoptar nuevas medidas o profundizar en el plan que ayer abanderó Sánchez y que a ojos de sus socios parlamentarios y de los sindicatos mayoritarios, se vio desbordado por los datos económicos. Por unanimidad pidieron al presidente del Gobierno decisiones más ambiciosas, de más calado y que sean estructurales, no puntuales. "Tiritas", así calificó el plan el PNV".
En Público echan cuentas y aseguran que "más de la mitad de la renta ya se va en los gastos de la casa y la cesta de la compra". En el sumario se añade que "Pensionistas y grupos de bajos recursos que subsisten con menos de mil euros al mes dedican casi un 50% y cerca de un 20% de su gasto a costear los grupos de bienes y servicios en los que se concentra la escalada de los precios, cuyo peso en la cesta de la compra se va reduciendo conforme van aumentando los niveles de ingresos". El texto es de Eduardo Bayona: "La escalada de precios comienza a provocar síntomas de asfixia en las economías familiares, algo de lo que este miércoles dio fe el avance del IPC que publica el INE (Instituto Nacional de Estadística), que sitúa el encarecimiento conjunto de la cesta de la compra en el entorno del 10%, un nivel que no se daba desde hace 37 años, cuando en 1985, tras los efectos de la crisis de petróleo de 1973 y de una dura reconversión industrial, la economía española comenzaba a entrar en unos parámetros de normalidad".
Continúa Bayona: "El comunicado del INE achaca el 9,8% de inflación interanual que pronostica para el cierre de este mes a una serie de "subidas generalizadas en la mayoría de sus componentes" entre los que destaca "los incrementos de los precios de la electricidad, los carburantes y combustibles y los alimentos y bebidas no alcohólicas, mayores este mes que en marzo de 2021", lo que significa sendas y respectivas alzas de más del 11,5% en el caso de la luz y superiores al 8% en los hidrocarburos en un solo mes, mientras que la comida acumulaba ya en febrero una interanual de más de cinco puntos y medio. El encarecimiento de la energía y de los alimentos sin elaborar es de tal magnitud que sin ellos la inflación se quedaría 'solo' en el 3,4%, que es el nivel de la llamada subyacente, que "sería la más alta desde septiembre de 2008" tras un avance de cuatro décimas. Sin embargo, en realidad, los primeros tiran al alza de los segundos".
La inflación está detrás de algunas medidas con visos inquietantes. "El Gobierno permite racionar la venta de alimentos en los supermercados para evitar el desabastecimiento", titula La Razón una nota no especialmente destacada. El texto es de Inma Bermejo y dice así: "Los carteles limitando la compra de botellas de aceite de girasol se han popularizado en los supermercados desde el inicio de la guerra en Ucrania. Su legalidad ha estado en duda durante varias semanas, incluso algunas asociaciones de consumidores como Facua han denunciado a varios supermercados por poner límites a la adquisición de artículos. Sin embargo, ahora el Gobierno ha decidido dar a los comercios minoristas la capacidad de limitar la compra de artículos por consumidor para evitar los episodios de desabastecimiento de productos como aceite de girasol o leche que se han registrado en las últimas semanas como consecuencia de la guerra de Ucrania y la huelga de transportistas. En concreto, el decreto de medidas de choque contra la guerra aprobado este martes en Consejo de Ministros modifica la Ley de Ordenación del Comercio Minorista para permitir a los establecimientos comerciales limitar en situaciones excepcionales las unidades máximas por artículo que pueden ser adquiridos por cada comprador. (...) Según la normativa aprobada, “estas medidas deberán estar justificadas y se adoptarán de manera proporcionada cuando sea necesario para impedir el desabastecimiento y garantizar el acceso de los consumidores en condiciones equitativas”".
Y para redondear un contexto económico dantesco, las pensiones. "La Comisión Europea presiona a España para que desligue las pensiones del IPC", apunta Vozpópuli. La pieza viene con la firma de Mercedes Serraller, quien escribe: "El Gobierno tiene pendiente solicitar a la Comisión Europea el pago del segundo tramo del Plan de Recuperación, el más voluminoso, de cerca de 12.000 millones. Antes de pedirlo, se desarrolla una negociación con la Comisión en la que da cuenta de las inversiones y reformas comprometidas en el periodo. Las dos reformas estrella bajo escrutinio a cambio del pago: la laboral y la de las pensiones. Esta última no ha podido llegar en el peor momento: a la preocupación que ya tenía Bruselas con la revalorización de las pensiones con el IPC que ha aprobado el Gobierno en diciembre, que no incluye un mecanismo que garantice de forma efectiva la sostenibilidad del sistema, se suma el efecto de la espiral inflacionaria, que ya roza el 10% en marzo. El coste total de estas prestaciones es este año superior a los 170.000 millones de euros. La revalorización con el IPC puede suponer cerca de 24.000 millones adicionales".
Mientras tanto, la guerra continúa y da titulares tan singulares como el siguiente del Abc: "La Inteligencia de EE.UU. revela que los asesores militares han engañado a Putin y alerta de tensiones internas". En el sumario se abunda en que "El líder del Kremlin ignora que su Ejército utiliza en el frente a soldados recién reclutados y la magnitud de las sanciones impuesas contra Rusia". Javier Ansorena firma la crónica: "El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha recibido información engañosa o incompleta sobre la marcha de la invasión de Ucrania que le han proporcionado una visión excesivamente optimista o parcial sobre el desempeño del Ejército ruso en el campo de batalla, según la inteligencia de EE.UU. El presidente de Rusia emprendió la agresión a Ucrania con varios objetivos: tomar el control de varias de las principales ciudades del país -entre ellas, la capital, Kiev-, derrocar el Gobierno del presidente Volodímir Zelenski e imponer un gobernante títere y forzar la cesión del Donbass, la región del este de Ucrania que está en parte bajo control de separatistas prorrusos. Era lo que Putin llama desnazificar y desmilitarizar Ucrania. Se esperaba que la ofensiva del descomunal Ejército ruso consiguiera los objetivos en pocos días. Pero han pasado cinco semanas, la gran mayoría de las ciudades ucranianas resisten el asedio ruso, el Donbass sigue bajo disputa y Zelenski -convertido en héroe internacional- sigue en el poder. Al contrario, Rusia ha anunciado un repliegue en Kiev y en la cercana Chernígov para centrar sus esfuerzo en el este y el sur del país".
Y añade Ansorena: "Putin, sin embargo, es ajeno, al menos en parte, a esa realidad. Según esas fuentes de la Inteligencia, que hablaron de forma anónima con varios medios estadounidenses, Putin no sabe, por ejemplo, que Rusia utiliza en el frente a soldados recién reclutados y que hay muchos muertos entre ellos (desde el comienzo de la guerra, hay informaciones sobre el desconocimiento de muchos jóvenes soldados de que iban a la guerra, creían que estaban de maniobras; esa circunstancia ha provocado problemas de moral baja en las tropas rusas). Al presidente también se le ha ocultado la magnitud del impacto de las sanciones económicas de EE.UU. y de sus aliados contra Rusia. Estos análisis de la Inteligencia muestran que hay cortocircuitos en la información que Putin recibe de sus altos cargos y una inclinación de estos por no dar al presidente ruso malas noticias sobre lo que ocurre en el frente".
Así es que al Putin chalado se une ahora el Putin en la inopia. Es más o menos lo que se dice de Biden en Moscú, que según La Vanguardia, "sigue bombardeando y da versiones equívocas de las conversaciones de paz". La crónica es de Joaquín Luna: "Las promesas que hizo Rusia el martes de que sus tropas aliviarían el cerco sobre Kyiv y el asedio sobre la ciudad de Cherníhiv no se están cumpliendo. Esta ciudad, situada también en el norte de Ucrania, fue bombardeada durante “toda la noche” de esa misma jornada, según el gobernador regional, Viacheslav Chaus. Cherníhiv, primera gran urbe (tenía 280.000 habitantes antes de la guerra) en recibir el embate ruso, se encuentra aislada: “No tenemos comunicaciones y no podemos repararlas”, añadió Chaus en televisión. Moscú había anunciado su intención de reducir “radicalmente” sus operaciones militares en dirección a Kyiv y Cherníhiv, tras una ronda de conversaciones entre Rusia y Ucrania en Estambul que parecía dar por fin algunos frutos. No para Rusia, sin embargo".
Sigue la nota: "El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo ayer que no ve que se lograra “algo muy prometedor”. El representante del presidente ruso, Vladímir Putin, admitió que en el encuentro cara a cara que facilitó Turquía sí hubo un aspecto positivo. Este fue, según él, que Ucrania concretara sus propuestas. “Lo positivo es que al menos la parte ucraniana ha comenzado a formular con concreción sus propuestas y a poner en papel lo que ofrece. Hasta ahora no habíamos podido lograrlo. Esto es un factor positivo”, dijo Peskov. “En cuanto al resto, todavía no podemos constatar (que haya) algo muy prometedor, algunos avances. Aún queda un muy largo trabajo”, subrayó. Sin embargo, el jefe de los negociadores rusos, Vladímir Medinski, aseguró ayer que por primera vez Ucrania había manifestado su disposición a cumplir las condiciones que más interesan a Moscú. “Ucrania ha declarado su disposición a cumplir unos requisitos fundamentales en los que Rusia ha estado insistiendo en los últimos años. Si se cumplen estas condiciones, entonces se eliminará la amenaza de crear una cabeza de puente de la OTAN sobre territorio ucraniano”, argumentó el funcionario ruso, consejero del presidente Putin y exministro de Cultura".
Frío polar que acompaña los tiempos oscuros.
31 de marzo, santoral: Amós profeta, Agilolfo, Balbina, Benjamín de Argol, Guido abad y Renato de Mérida.