La guerra comercial de Biden y paran las siderúrgicas
Estados Unidos veta el petróleo y el gas ruso. La UE no secunda la sanción y seguirá comprando el gas a Rusia. Las siderúrgicas paran por la desorbitada subida de la luz.
9 marzo, 2022 08:30Todo es guerra e información de circunstancias sobre las marchas feministas en España. La invasión de Ucrania sigue su curso atroz mientras Occidente debate más sanciones y se debate en sus contradicciones. El amable hombrecillo (según las caricaturas) que preside los Estados Unidos ha lanzado un órdago en el flanco energético que Europa no secunda. La Casa Blanca veta el petróleo y el gas ruso mientras la Unión Europea sigue dispuesta a pagar el gas ruso con un dinero que fluye hacia la maquinaria bélica de Putin.
Sobre el terreno, Rusia es un felino enorme que juega al ratón y al gato con la población civil ucraniana. La resistencia es feroz, al punto de que no son pocos los medios que ya predicen una guerra larga, de guerrillas, casa por casa. Se especula con la posibilidad de protestas internas que dobleguen a Putin pero los expertos más reputados descartan por completo una hipótesis que consideran ingenua e ignorante.
El pesimismo económico se cierne sobre Europa. En España, hay productos de primera necesidad que han experimentado subidas espectaculares. Se ha pasado de la psicosis del papel higiénico a un insensato acaparamiento de aceite de girasol. Se predice una inflación de dos dígitos si la guerra dura muchas más semanas. Las grandes industrias paran por el precio de la energía.
En El País abren con la última sanción estadounidense. El Reino Unido se apunta a la medida y la aplicará de forma gradual, dice el diario. La UE "necesita más tiempo para rebajar su dependencia energética", se añade. El texto es de Amanda Mars y Rafa de Miguel: "Estados Unidos decidió ayer prohibir la importación de petróleo y gas de Rusia, un golpe directo a la gran arteria económica del gigante euroasiático y un redoble en la estrategia de sanciones que ha adoptado Occidente. El Reino Unido secundará la medida, pero el resto de aliados europeos, mucho más dependientes de la energía rusa, la rechaza por el momento. El presidente Joe Biden admitió ayer, al anunciar la sanción, que los europeos “pueden no estar en una posición de sumarse”. Aun así, advirtió que el castigo tampoco saldrá gratis a los estadounidenses, que viven la peor escalada inflacionista en 40 años. “Defender la libertad tiene un coste, también para nosotros”, apuntó. Como respuesta, a última hora de ayer Putin firmó un decreto de “medidas especiales” para garantizar la economía de Rusia y en el que autoriza al Gobierno a prohibir exportaciones de productos y materias primas, una lista que concretará en los próximos días".
Como es sabido, además del botón rojo, Putin tiene la llave de paso del gas que calienta los hogares alemanes y belgas y que permite cocinar, ducharse con agua caliente y ese tipo de cosas. Y ya no es que la UE esté dispuesta a enviar armas a Ucrania mientras compra y paga gas ruso. El punto es que es Putin quien podría decir "niet", hasta aquí hemos llegado.
De momento, La Vanguardia abre con que "Las siderúrgicas paran por el alto precio de la energía" y añade en el sumario a modo de ejemplo que "Celsa y Arcelor paran hornos y Ercros ajusta producción con la luz a casi 500 euros". La nota viene con la firma de Eduardo Magallón, quien escribe: "La guerra de Ucrania ha comenzado a afectar directamente a la producción y el empleo en España. En las últimas horas grandes siderúrgicas como Celsa y Arcerlor y otras más pequeñas como Megasa o Forgings & Castings han comenzado a parar sus hornos para protegerse de los altos precios de la energía eléctrica, que ayer superó los 700 euros por megavatio por hora en algunos momentos del día. La química Ercros está llevando a cabo ajustes temporales para adaptar su producción a los precios de la energía. Las cinco forman parte del grupo de empresas intensivas en el uso de la electricidad, por lo que son especialmente sensibles a los incrementos de los costes energéticos".
Y: "Fuentes de la patronal AEGE (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía) explican que la mayoría de sus 25 socios pararon entre el lunes y el martes sus hornos de manera total o parcial por los elevados precios. El mantenimiento de ese apagón de la actividad más días se decidirá en función de la evolución del precio de la luz que depende directamente de lo que sucede en la guerra de Ucrania. Por lo pronto, hoy está previsto que el precio de la luz se sitúe en los 472,97 euros de media, un 13,21% menos que ayer".
El rebote está en la inflación, que según un titular de Vozpópuli "romperá la barrera del 10% por primera vez desde 1985 por la crisis energética". El texto es de Beatriz Triguero: "Los precios del petróleo, gas y electricidad avanzan a ritmos vertiginosos y amenazan con una inflación de doble dígito en España. El barril Brent cotizaba este martes por encima de los 130 dólares, la referencia del gas europea (TTF) continuó en el entorno de los 200 euros el megavatio/hora (MWh); mientras que el mercado mayorista de la electricidad en España marcaba esta semana el registro más alto de la historia tras superar por primera vez la barrera de los 500 euros. En este contexto de crisis energética, los economistas prevén que tarde o temprano la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) romperá la barrera del 10%. La última vez que la inflación se situó en el doble dígito fue en abril de 1985, hace ya 37 años y en un contexto de reestructuración industrial tras la crisis del petróleo de 1973".
En cuanto a las novedades bélicas, Polonia ha ejecutado un hábil movimiento estratégico. Presta sus aviones a Ucrania a cambio de que salgan de bases de los EE.UU. en Alemania. Como era de esperar el Pentagono ha dicho que "no". Lo cuenta en El Mundo Carmen Valero: "Polonia ha accedido a entregar todos sus cazas MiG-29 a una base aérea estadounidense "de forma inmediata y gratuita" como parte de un plan para proporcionar aviones a los ucranianos y apenas 24 horas después de que el primer ministro de ese país, Mateusz Morawiecki, dijera todo lo contrario. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia reveló que "las autoridades de la República de Polonia, tras las consultas entre el presidente y el Gobierno, están dispuestas a desplegar -de forma inmediata y gratuita- todos sus aviones MiG-29 en la base aérea de Ramstein (Alemania) y ponerlos a disposición del Gobierno de los Estados Unidos de América". (...) Por su parte, el Pentágono no ve "sostenible" la propuesta de Polonia. "La perspectiva de que los aviones de combate 'a disposición del Gobierno de Estados Unidos de América' partan de una base de EEUU y la OTAN en Alemania para sobrevolar el espacio aéreo sobre Ucrania, disputado con Rusia, plantea serias inquietudes para toda la alianza", remarcó John Kirby, portavoz del Departamento de Defensa de EEUU. Según el portavoz, para EEUU no está claro que haya "una justificación sustantiva" para esta medida".
Sutilezas diplomáticas para mirar hacia otro lado al margen, en la retaguardia rusa, la moral de victoria es relativa, según cuenta una periodista rusa en El Confidencial. "Habla la élite rusa que no cree en la guerra: 'Pronuncian con cuidado la palabra 'desastre'". Escribe Farida Rustamova: "La realidad es que la actitud hacia la guerra dentro de los pasillos del poder de Rusia es ambigua. He llegado a esta conclusión después de hablar con varios parlamentarios y funcionarios de distintos niveles. Muchos de ellos están desanimados, asustados y hacen previsiones apocalípticas. Andrei Kostin [jefe del banco VTB, de propiedad mayoritariamente estatal] está "de luto". Algunos miembros de la Duma están pensando en renunciar a sus escaños. Dos días antes de que Putin anunciara el inicio de la ocupación, uno de mis amigos mejor conectados pensaba que no se llegaría a la guerra, porque no beneficiaría a nadie. He observado que los funcionarios, los exdiputados e incluso periodistas de medios gubernamentales que han dejado sus puestos se sienten aliviados de no tener ya nada que ver con esto, y están pronunciándose ahora en contra de la guerra".
Sigue la crónica: ""Están pronunciando cuidadosamente la palabra 'desastre". Así es como una persona con la que he hablado describe las reacciones de los funcionarios ante la guerra. Según sus palabras, el ambiente en los pasillos del poder está lejos de ser feliz. Muchos se encuentran en un estado cercano a la parálisis. "Nadie se alegra. Muchos entienden que ha sido un error, pero en el cumplimiento de su deber se las ingenian para encontrar explicaciones que les permitan aceptarlo de alguna manera", dice otra fuente cercana al Kremlin. Algunos responsables no se asocian en absoluto con lo que está ocurriendo y consideran la decisión de Putin como un giro de la historia sobre el que no tienen ninguna influencia y cuyo significado nadie entenderá durante algún tiempo".
Por otra parte, miles de mujeres se manifestaron ayer por las calles de Madrid y Barcelona, así como de otras ciudades, en conmemoración reivindicativa del Día de la Mujer. "El feminismo vuelve a tomar las calles", constata El País y añade que eso "a pesar de la división en el seno del movimiento".
9 de marzo, santoral: Catalina de Bolonia, Bruno obispo y compañeros mártires, Francisca Romana, Paciano y Vital de Castronovo.