Reyes Magos. Si no lo creo, no lo veo. Sus majestades son tan buenas que dejan más juguetes que carbón. Las cabalgatas de las mascarillas ilustran la mayoría de las portadas de papel. El Abc, en cambio, prefiere sacar a Garzón, el ministro, con un buey enorme, pero no se trata de una alusión al portal de Belén sino a la polémica sobre la calidad de la carne que exporta España. El coronavirus es el acento gráfico de la Navidad que se despide. Las cabalgatas fueron menos multitudinarias, con menos abuelas y muchos cubrebocas. No es lo peor de la pandemia.
En El País y en La Vanguardia los efectos del coronavirus siguen en lo alto de las portadas. El diario del grupó Godó subraya que "La sexta ola frena, aunque la avalancha de casos casi satura los centros sanitarios". Una de cal y otra de arena, según el texto de Marta Ricart: "“Algún indicador apunta a la estabilización, pero no hemos acabado de ver los contagios de Fin de Año, creo que tocaremos techo la semana que viene”, dijo ayer la secretaria de Salut Pública, Carmen Cabezas. Ya baja la incidencia entre los menores de 29 años y la velocidad de transmisión. Pero ayer seguía subiendo la incidencia media y se declararon 32.700 contagios más (no todos del último día). (...) Los CAP tienen una avalancha de visitas nunca vista, muchas por las pruebas o para pedir bajas por la covid, que sepultan al personal. Del 26 de diciembre al 1 de enero hubo casi 300.000 (diez veces más que hace dos meses); el lunes, 75.595, el martes, 63.559. Y hay hospitales donde el 60% o el 70% de las camas de uci los ocupan los pacientes de covid, por lo que han tenido que suspender cirugías (las vitales y de cáncer, no), según explicaron Jordi Acezat, director del CAP Casernes de Barcelona, y Pilar Ricart, jefa de servicio de medicina intensiva del hospital Germans Trias de Badalona. El aumento de pacientes no es como en otras olas, pero el 3,4% del personal sanitario está de baja por el virus y las plantillas se resienten".
El asunto de las bajas es el argumento en El País, que afirma que la avalancha de contagios "tensiona los servicios públicos esenciales". El texto también alude a la vacunación obligatoria decretada en Italia para los mayores de 50 años. Escriben M. Fabra y D. Verdú en El País: "El bum de contagios de la sexta ola de la pandemia, causado por la variante ómicrom, está tensionando los servicios esenciales que prestan policías, bomberos o sanitarios, y también los profesionales del transporte. En las zonas con mayor incidencia acumulada se resienten los servicios esenciales, y con frecuencia cuanto menor es el municipio, mayor es la afectación en el normal desarrollo de las actividades. A la infinidad de bajas laborales y cuarentenas, se unen además las libranzas y los permisos de estos días que, en muchos casos, son aplazados o interrumpidos para tratar de mantener los servicios. Aun así, en ocasiones está siendo necesario realizar ajustes. Hay consultorios y centros de salud cerrados o que limitan la atención a casos urgentes, comisarías con plantillas muy reducidas o líneas de transporte que reducen frecuencias. Los problemas se extienden también al sector privado, con una cifra de bajas que supera el medio millón, según las mutuas, y que condiciona la actividad económica. Mientras, Italia se convirtió ayer en el primer país europeo que impone la vacunación obligatoria. El Gobierno de Mario Draghi la decreta para mayores de 50 años con efecto desde el 15 de febrero".
Dicho lo cual, la prensa de orientación conservadora se ceba con el ministro de Consumo, Alberto Garzón, diana de todas las invectivas por sus polémicas declaraciones al diario The Guardian. Como se recordará, Garzón dijo que hay macrogranjas que se instalan en la España despoblada y exportan carne de mala calidad y de animales maltratados. El hombre se ha cubierto de gloria y no es la primera vez. Deambula por el Gobierno como un zombie, sin agenda y sin más misión que la de agitar las aguas. Primero dijo que no dijo lo que dijo, luego que se malinterpretó y ya por último ha decidido sacar pecho.
En El Mundo afirman que "Moncloa se resigna a mantener a Alberto Garzón, quien eleva el pulso". El texto es de Vicente Coll: "Desautorizado y con el mínimo apoyo interno, pero todavía dentro del Gobierno. Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo formado por el PSOE y Unidas Podemos, no prevé la destitución de Alberto Garzón ni su cese tras el terremoto político generado por sus polémicas declaraciones en la prensa británica sobre la calidad de la carne que exporta España. Moncloa, pese a la presión, se resigna a mantenerle. Eso sí, insisten, Garzón se expresó «a título personal» y no como representante gubernamental ante un medio extranjero. Eso esgrimieron este miércoles la ministra de Educación, Pilar Alegría, y posteriormente Isabel Rodríguez, que como ministra portavoz desmarcó al Ejecutivo de estas declaraciones y desautorizó el mensaje del también líder de Izquierda Unida hasta degradarlo a nivel simbólico a una voz no oficial del Gobierno".
Continúa la pieza: "El recelo socialista, dentro y fuera del Ejecutivo, es palpable. «No es la primera vez que lo hace», dice Alegría sobre la reincidencia de Garzón. El pasado 8 de julio, el presidente ya redujo y zanjó otra polémica generada por el ministro morado sobre la minimización del consumo de carne al asegurar que para él «un chuletón al punto es imbatible». Entonces faltaban dos días para que Sánchez ejecutara por sorpresa la remodelación interna de su Gobierno y el nombre de Alberto Garzón fue de los primeros en ser señalados como posibles salidas del Ejecutivo. Finalmente, la reestructuración afectó únicamente al ala socialista del Consejo de Ministros y Unidas Podemos mantuvo a todos sus representantes. Ayer, en este sentido, sobrevoló de nuevo la idea de que la continuidad de Garzón en el Gobierno no depende del sector socialista. ¿Debería dimitir? «Eso habrá que preguntárselo a él», despejó Rodríguez. Pero ni él lo hará ni le faltan aliados aún en su sector".
En La Razón repasan el historial del ministro florero. "Garzón, de charco en charco: la carne “de mala calidad”, la “huelga de juguetes”, el turismo “precario”...". Escribe Inma Bermejo: "Para el Gobierno, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha convertido en ese familiar o compañero de trabajo al que hay que ir disculpando porque «no era su intención ofender a nadie», «le pierden las formas» o «solo habla por él, no por nosotros». El último charco en el que ha metido la pata el titular de Consumo ha sido afirmar en el rotativo británico The Guardian que las granjas españolas de gran tamaño exportan «carne de mala calidad de animales maltratados». Ayer, un día después de que saltará la polémica, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de Educación, Pilar Alegría, no dudaron en afirmar que sus palabras eran «a título personal», no como Gobierno. Esta táctica para desvincularse de las declaraciones de Garzón ya se popularizó en el Ejecutivo cuando el ministro relegó la ingesta de carne roja a las «barbacoas» con su campaña «Menos Carne Más Vida» y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le ninguneó asegurando que «a mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible»".
Sigue la nota: "No es la primera vez, ni probablemente la última, que las opiniones de Alberto Garzón colocan al ministerio de Consumo y al Gobierno de coalición en el ojo del huracán. Esta cartera, que nunca antes había existido, le fue asignada al líder de Izquierda Unida, lo que generó serias dudas y reticencias ideológicas que polémica tras polémica han acabado por confirmarse. En verano, con su campaña para reducir el consumo de carne porque, en su opinión, «perjudica a la salud y al planeta», puso el foco en las bandejas «baratas provenientes de macrogranjas» que se encuentran en los supermercados. La opinión pública no tardó en recriminarle que las familias humildes no tienen dinero para permitirse un menú diario como el que sirvió en su boda, allá por 2017, en el que destacaba el carpaccio de ternera, el solomillo de ternera a la brasa, el bogavante o el foie, entre otros platos".
Qué maldad, recordarle a un hombre el menú de su boda. O pensar que Julio Anguita ocupó el puesto de coordinador federal de Izquierda Unida antes que el joven Garzón...
Cataluña. Los independentistas que cortan la Meridiana tienen bulo. Hacen lo que les sale de los dídimos con protección policial. La prensa digital de tendencia independentista acusa a los diputados de Ciudadanos Nacho Martín Blanco y Anna Grau de provocadores por enfrentarse a esos manifestantes con bula de Joan Ignasi Elena, el encantado de sí mismo consejero de Interior. En Crónica Global se devela que "Interior enterró las actas abiertas en los cortes ‘indepes’ de la Meridiana". "La consejería no abrió expediente ni identificó a los autores de la quema de mobiliario urbano, daños a un vehículo o las amenazas a policías en varias manifestaciones de 2020" abunda el sumario de la información de María Jesús Cañizares: "Hace dos años que el activismo independentista se concentra de forma diaria en la avenida Meridiana, sin que la Consejería de Interior haya resuelto graves incidentes ocurridos en 2020. A pesar de las actas levantadas por los Mossos d’Esquadra, el departamento no abrió expediente ni identificó a los autores de la quema de mobiliario urbano, daños a un vehículo o los insultos y amenazas a agentes".
Y: "Precisamente el martes, la avenida Meridiana sufrió un nuevo corte convocado por la plataforma Meridiana Resisteix. Una hora más tarde, los detractores de los cortes protagonizaron una contramanifestación y una cacerolada en protesta por las molestias causadas por las reiteradas movilizaciones. PSC-Units, así como Ciudadanos, han pedido la comparecencia del consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, al que exigen que acabe con estas protestas. Y también, que aclare si el olvido de esas actas denunciado por los sindicatos policiales, muchas de las cuales se remontan a 2020, se debe al cambio de gobierno, como alegan fuentes del departamento. La inacción de la consejería, en ese sentido, se enmarca en las consignas dadas en su día por el expresidente Quim Torra al entonces consejero Miquel Buch de no actuar contra activistas secesionistas".
Lo de este engorroso corte ya no habla de la supuesta persistencia de cuatro gatos sino de la debilidad de las autoridades independentistas y de su connivencia con los elementos más trasnochados y radicales de su cuerda.
Ha muerto Antoni Dalmau. De la necrológica de El Periódico: "El expresidente de la Diputación de Barcelona e histórico militante del PSC Antoni Dalmau ha fallecido este miércoles a los 70 años tras sufrir un accidente en su casa. Presidió la institución provincial entre 1982 y 1987 y fue diputado socialista en el Parlament de 1988 a 1999, siendo vicepresidente de la Cámara durante dos legislaturas. Nacido en Igualada en 1951, ciudad de la que fue alcalde, fue una de las figuras del PSC más catalanista y rompió el carnet en 2013 por desavenencias con la línea del partido respecto al proceso independentista. Además de escritor, fue también presidente de la Fundació Teatre Lliure y profesor de la facultad de Ciències de la Comunicació de la Universitat Ramon Llull".
6 de enero, santoral: Epifanía del Señor, Andrés Corsini, Carlos de Seze, Félix obispo de Nantes, Juan de Ribera, Pedro Tomás y Rafaela María del Sagrado Corazón.