Vox y Podemos, en guerra y el gafe de Mas
La voxera Monasterio rompe la campaña y refuerza a la izquierda. El Tribunal de Cuentas llama a capítulo a los héroes del proceso para que paguen lo gastado en "embajadetas"
24 abril, 2021 09:16Estallido en Madrid, campaña rota, bronca barriobajera. El guerracivilismo está en el aire. Vox y Podemos, los extremos del arco, se enzarzan en una gresca horrenda. A los dos partidos les conviene. Pablo Iglesias iba de capa caída hasta que Rocío Monasterio le echó un cable en el abrupto debate de la radio Ser. Y el cable consistió en poner en duda las amenazas de muerte recibidas por el líder de Podemos en un sobre con cuatro balas.
El gesto adusto, el verbo destemplado y los ademanes chulescos de Monasterio permitieron a Iglesias aparecer como un hombre herido, ofendido y en posesión de la verdad democrática. Los partidarios acérrimos de Vox debieron vibrar con el desprecio que Monasterio mostraba por Iglesias. Los partidarios acérrimos de Podemos también vibraban, pero con la marcha de su líder del estudio de radio. Los observadores neutrales concluyen que ganó Iglesias, que el chusco incidente beneficia a la izquierda y que perjudica sobre todo a Isabel Díaz Ayuso, quien precisamente no estaba en la emisora porque anunció que no participaría en más debate que el primero. Por cierto, ya no habrá más debates.
Pese a una cierta coincidencia generalizada en que el follón es bueno para la izquierda, que coge aire y refuerza sus argumentos sobre la ultraderecha, hay quien no lo ve tan claro. "Los expertos minimizan el choque entre Iglesias y Vox: 'Ayuso ganará por 24 puntos'" titula Vozpópuli de apertura. En el sumario abunda en que "el millón de votantes que continúa indeciso solo será relevante en cuestiones como el tamaño de la victoria del PP y el posible 'sorpasso' de Más Madrid al PSOE, afirman responsables de firmas demoscópicas. "Por lo demás, el pescado está vendido"".
El texto es de Alberto Sierra, que escribe que "ni el millón de madrileños que siguen indecisos de cara a las elecciones del 4 de mayo, ni el empate entre los bloques de la derecha y la izquierda estimado por el CIS en sus dos últimos sondeos, ni la radicalización de los mensajes en campaña, ni episodios como el choque protagonizado por Rocío Monasterio y Pablo Iglesias durante el debate este viernes en la SER; los expertos en demoscopia creen que los indecisos jugarán un papel poco relevante en el resultado de los comicios autonómicos madrileños y solo será decisivo en cuestiones concretas como el tamaño final de la victoria de Isabel Díaz-Ayuso o el posible 'sorpasso' de Más Madrid al PSOE por la izquierda durante la recta final de campaña".
Continúa la pieza: "'Incluso si desgranamos los datos del propio CIS, que tienen un valor científico incalculable, la derecha ganará por más de diez puntos a la izquierda y Ayuso aventajará en 24 puntos al PSOE', asevera Narciso Michavila, presidente de GAD3, en declaraciones a Vozpópuli. 'La mayor parte del voto se decidió ya hace un año durante la primera ola de la pandemia, y los cambios de voto que se pueden producir en esta campaña son muy pequeños", agrega. (...) 'Los ciudadanos de Madrid tienen decididas dos cosas desde hace semanas: que van a votar masivamente y que van a votar mayoritariamente al PP (...) cada punto de participación que supere el 73% acerca más a Isabel Díaz Ayuso a la mayoría absoluta', indica César Calderón, director general de Redlines. (...) Aunque algunos analistas políticos se apresuraron este viernes a señalar como un "punto de inflexión" la bronca entre la candidata de Vox, Rocío Monasterio, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, durante el debate celebrado en la SER, los expertos en demoscopia sostienen que el impacto de este rifirrafe sobre los resultados del 4-M será escaso y no provocará una gran movilización entre el electorado de izquierdas".
No lo ven así en Público, donde titulan que "La campaña del 4M da un giro después de que la izquierda se harte de las provocaciones de la ultraderecha". También apuntan que "Analistas afirman que la situación podría sacar a gente de la abstención y abrir una puerta a Cs". Escribe Raúl Bocanegra: "Al igual que el ministro del Interior, Fernando Grande Malaska, y María Gámez, directora de la Guardia Civil, Iglesias había recibido inequívocas –en su caso cuatro balas de fusil y una carta– amenazas de muerte –que fueron banalizadas por Monasterio–. 'Ya se ha normalizado y blanqueado demasiado a la extrema derecha, que es el mayor peligro para la democracia. He presentado una denuncia en comisaría y espero que haya una respuesta judicial y que se produzcan detenciones, pero esto tiene que tener una respuesta ciudadana y democrática en las urnas', dijo Iglesias, según recoge Europa Press".
Sigue el texto: "La presidenta, de hecho, en un mitin en Tres Cantos, condenó la violencia, pero, aunque no se refirió de manera directa al asunto de compartir gobierno con Vox, arremetió contra Podemos. 'Lo que no puede ser es que también aquellos que provocan esa violencia luego se hagan los ofendidos, y no puede ser que haya políticos en este país que pretendan blanquear los pactos con el entorno político de ETA", dijo. "Hay partidos como el de Podemos que vienen de permitirlo y estos días vienen a la Comunidad de Madrid cada vez más ciudadanos que huyen de sus políticas, de lugares de España como ha sido el País Vasco, donde han sido realmente agresivas y han acabado con la vida de mucha gente y han causado mucho dolor', agregó".
De la prensa de papel destacan dos versiones, la de El País y la de El Periódico. X. Hermida y J. J. Mateo escriben en el diario de Prisa que "Vox, preocupado por el tirón de Ayuso entre sus votantes, ha buscado hacerse notar en la campaña. En el PP se extiende la inquietud por el efecto que esta polémica tendrá en el final de una carrera electoral que transcurría cómodamente para ellos. Los populares reciben ahora presión para aclarar cuál será su relación futura con Vox. Pablo Casado condenó las amenazas a Iglesias y otros dirigentes y desautorizó al PP de Madrid, cuya cuenta oficial había publicado en Twitter: 'Iglesias, cierra la puerta al salir'".
En el diario barcelonés citado, Juan Ruiz Sierra, Juanma Romero y Pilar Santos recogen la versión socialista del incidente y sus consecuencias: "'Los tres salimos beneficiados: Pablo, porque es el protagonista; Mónica, porque ya estaba reforzándose, y Ángel, porque es la alternativa a Ayuso como presidente', indican fuentes socialistas, que insisten en que este choque polarizará aún más la campaña, no dejará hueco a Cs y podría dejar en casa a los votantes conservadores moderados. En el equipo de Gabilondo apuntan que lo ocurrido en la SER 'vuelve a poner la foto de Colón, pero el dúo PP-Vox, en primer plano', una imagen que impulsó a Pedro Sánchez en las generales del 28-A de 2019".
Y para acabar con Madrid, en El Independiente informan de que la vida o la muerte de Ciudadanos depende exactamente de 46.014 votos. La pieza es de Ana Belén Ramos: "Un total de 5.112.658 madrileños están llamados a las urnas el próximo 4 de mayo. En un escenario de participación del 75%, el marco aproximado al que apuntan diversos institutos demoscópicos, un total de 3.834.493 personas ejercerán su derecho al voto en la Comunidad de Madrid. Si tomamos esta cifra como base, el 5% al que aspira Ciudadanos se traduce tan sólo en un total de 191.724 sufragios. El problema de los de Inés Arrimadas es que no alcanza esa meta: de acuerdo con el promedio de las 10 últimas encuestas publicadas de las principales firmas demoscópicas privadas, sin el CIS, Edmundo Bal aglutinaría tan sólo un 3,8% del voto, es decir, 145.710 papeletas. La sangría respecto a 2019, cuando Ignacio Aguado logró 629.940 votos, es enorme".
Cataluña. El Tribunal de Cuentas llama a capítulo a la plana mayor de los gobiernos autonómicos catalanes entre 2011 y 2017 para repasar los números de la proyección exterior del proceso independentista. Las estimaciones más favorables a los perjudicados aluden a unos 20 millones de euros gastados en embajadetas, cócteles y diplocates, cantidad a la que tendrán que hacer frente Mas, Puigdemont, Junqueras, Mas Colell, Romeva, Turull, Homs, Munté, los secretarios generales, interventores y delegados en el exterior. Una treintena de personas en total. Se confirma que Mas es gafe, muy gafe, aunque a él no le cueste ni un duro porque faltan tres minutos para que los partidos y las entidades de la cuerda indepe reactiven la "caja de solidaridad".
Negociaciones. Nació Digital cuenta que la próxima semana ERC y JxCat se verán las caras en Lledoners prisión. La exclusiva es de Joan Serra Carné, que escribe que "els partits convoquen una trobada al més 'alt nivell' per desbloquejar aspectes centrals de les converses, que en els darrers dies han avançat en les carpetes sectorials i de coordinació".
Visto lo cual cabe preguntarse qué hace Jordi Sànchez y Oriol Junqueras. ¿Es que acaso no se ven todos los días? ¿No se cruzan en los espacios comunes, en el patio o en el comedor? ¿No se hablan o qué pasa? Todo es muy raro.
Más de presos. Ayer estaban todos por la calle firmando libros. Bien por ellos, que disfrutaron de una soleada jornada de Sant Jordi, casi normal, dice El Periódico. Se cuenta en la Rusia de Putin o en la Turquía de Erdogan y no se lo creen. Y eso que España es una dictadura que deja en paños menores a Corea del Norte. De la nota de Pepa Masó en El Nacional: "La fiscalía sigue empeñada a mantener en la prisión a los líderes independentistas. Así ha presentado este viernes en la Audiencia de Barcelona recursos contra los permisos penitenciarios concedidos a Oriol Junqueras, Raül Romeva y Jordi Turull estos días. El ministerio público alega que ha pasado poco tiempo de cumplimiento de condena, los presos no han reconocido los hechos y no han realizado ningún programa específico de tratamiento. Todos ellos han aprovechado los permisos para participar en la festividad de Sant Jordi y firmar sus libros".
24 de abril, santoral: Alejandro de Lyon, Antimo de Nicomedia, Benito Menni, Bova, Deodato de Blois, Dova, Egberto, Fidel de Sigmarion, Gregorio de Elvira, Guillermo Firmato, María de Cleofás, María de Santa Eufrasia Pelletier, Melito, Salomé y Wilfrido de York.