Desastre sin paliativos. La Generalitat naufraga en la gestión del coronavirus. Esa administración que sería el pasmo del mundo con un Estado independiente es en realidad menos eficaz que un ayuntamiento aldeano. No hace tanto tiempo que virólogos y epidemiólogos como Oriol Mitjà fantaseaban con un control exhaustivo de la población para evitar rebrotes mientras Quim Torra daba lecciones gratis al Gobierno de España sobre manejo de situaciones críticas. Había que ver la seguridad y contundencia con la que hablaba el presidente autonómico.
A la hora de la verdad, los consejeros de Junts per Catalunya (JxCat) y ERC han demostrado que no aprendieron nada de la epidemia. Unos se pasaron el rato con la cabeza bajo el ala, como ese pedazo de estajanovista pero al revés que es Chakir El Homrani. Los otros, el trío Buch, Budó, Vergès, no tuvieron tiempo de aprender porque estaban dando ruedas de prensa para no decir nada, a excepción de los consejos morales de Buch, el exgestor de acceso en locales de ocio nocturno.
A día de hoy, Cataluña es el puro caos regido por el caótico Torra, un agujero negro de Europa, la zona cero de la improvisación, mucho hablar y resultados nulos. La viva imagen del descontrol. "El turismo francés abandona la Costa Brava tras la recomendación de evitar Cataluña" es el titular de apertura de Crónica Global. La pieza viene con la firma de José Luis Escalante, que escribe: "'Cataluña muestra indicadores sanitarios degradados. Recomendamos vivamente a los ciudadanos franceses que eviten desplazarse allí mientras no mejore la situación en ese territorio'. Las palabras del primer ministro francés, Jean Castex, ayer viernes dieron la puntilla al sector turístico catalán, que ha visto cómo en la última semana se ha producido una sangría de anulaciones y salidas de visitantes antes de agotar su estancia. Especialmente en la Costa Brava, que con el público escandinavo y norteamericano fuera de juego, tenía sus esperanzas en las llegadas del país vecino".
Sigue Escalante: "La brecha la abrió el propio Castex el pasado fin de semana, cuando comunicó que Francia estaba valorando cerrar la frontera con España ante los rebrotes del Segrià y Barcelona. A partir de ahí, la semana ha dejado un reguero de anulaciones de reservas e incluso turistas que ya habían llegado decidieron adelantar su salida ante el temor a una nueva ola de contagios. Especialmente en la Costa Brava, donde el turismo francés supone más del 30% del total".
El amigo Castex... Tan contentos que se pusieron Torra y Puigdemont. Otro primer ministro francés de los nuestros. Y es que habla catalán, decían. Es lo único que les preocupa.
Menos mal que la consejera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat, Àngels Chacón, ha reaccionado rauda y veloz ante el descalabro turístico y en un alarde de precisión quirúrgica ha declarado que la reacción francesa de no recomendar viajar a Cataluña es un "cop molt fort". Paren rotativas. Qué aguda Chacón, que fino olfato. Sólo se le podía ocurrir a una inteligencia privilegiada. Un cop mol fort. Sensacional.
Ahí va la nota de la ACN que publica El Món sobre la dicha Chacón: "La consellera d'Empresa i Coneixement de la Generalitat, Àngels Chacón, ha admès aquest divendres que la recomanació de les autoritat franceses als seus conciutadans de no viatjar a Catalunya pels nous brots de covid-19 és 'un cop molt fort' per al sector turístic del país. En declaracions a TV3 Chacón ha recordat que el francès és el primer mercat emissor a Catalunya, i que l'any passat 4 milions de ciutadans del país gal van visitar el Principat. La xifra es tradueix en 'més de 2.000 milions d'euros, més que tot el turisme català intern'. Per això ha reclamat estendre els Expedients de Regulació Temporal d'Ocupació (ERTO) a les empreses del sector i ajuts directes per a un sector que 'pateix i patirà molt'".
Y a mayor abundamiento, "Cataluña no comunica el 90% de las hospitalizaciones causadas por el coronavirus" asegura El Mundo en el faldón de la portada. Escribe Ángel Díaz: "De acuerdo a la última actualización del informe diario que, de lunes a viernes, publica el Gobierno de España, las hospitalizaciones por Covid-19 en los últimos siete días ascienden en Cataluña a 34. La cifra es similar a la ofrecida en días anteriores y llama la atención por ser demasiado baja, dado que, en ese mismo tiempo, los casos diagnosticados ascienden a 4.846 en el territorio. En contraste, la Comunidad de Madrid ha registrado bastantes más ingresos, 54, con muchos menos casos, 789, en esos mismos siete días".
Continúa el texto: "La explicación, según se asume desde el Ministerio de Sanidad, es sencilla. No estamos ante una anomalía epidemiológica, ni el virus ha mutado, ni las poblaciones de Madrid y Cataluña responden de forma distinta a la enfermedad. Simplemente, 'los datos están desactualizados', según aclaró el jueves María José Sierra, directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). 'Les estamos pidiendo (a las comunidades autónomas) que, de una manera muy ágil, nos notifiquen cada caso que confirman, pero es verdad que luego los casos hay que seguirlos, es un trabajo de vigilancia que requiere su tiempo', detalló la doctora. 'Les estamos pidiendo que nos actualicen toda la base de una manera constante. Y no siempre se puede hacer así. Hay muchos más hospitalizados en Cataluña de los que hay en nuestro informe, porque no está actualizado ese dato. Espero que en los próximos días podamos tenerlo', concluyó".
En El País la administración catalana también es objeto de atención, pero no precisamente para bien. "Sin rastro de los rastreadores" se titula la pieza de A. L. Congostrina que arranca desde la primera página: "El País ha contactado con cuatro contagiados o sospechosos de estarlo en Cataluña, una de las zonas más afectadas por los rebrotes en España. Todos tienen algo en común: ningún rastreador les ha llamado para averiguar dónde y a través de quién se han podido infectar. El secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, reconoció que carecen de medios suficientes en la actualidad y se comprometió a incrementarlos. La Generalitat ordenó ayer el cierre del ocio nocturno en toda Cataluña, una medida que se suma a otras restricciones en zonas de Lleida, Barcelona y Girona que tienen por objetivo atajar el trepidante ritmo de contagios en estas provincias. La comunidad sumó ayer 1.343 casos positivos nuevos (que incluyen tanto PCR como test serológicos, aunque más de 1.000 son PCR, es decir, infecciones activas). Solo en Barcelona y alrededores, 870".
Lo mejor que se puede decir de la Generalitat es que no sirve para nada en manos de un gobierno independentista connotado por su incompetencia y la soberbia de sus mandos.
De la situación en el resto de España se ocupa Marta Borraz en El Diario: "Desde que España entró en la 'nueva normalidad' y se reactivó la vida social y económica se han registrado 369 brotes de coronavirus con más de 5.000 casos, según contabiliza Sanidad. Tanto los expertos como las autoridades sanitarias daban por hecho que esto iba a ocurrir y que esta sería una etapa de 'ensayo y error' en la que los alivios tras el desconfinamiento estarían sometidos a prueba constante con posibilidad de ir marcha atrás. Lo estamos viendo en territorios que han vuelto a imponer restricciones, cierres perimetrales o retornos a fases anteriores de la desescalada. Pero, ¿cómo son estos brotes?"
Sigue Borraz: "El Ministerio ha desglosado el dato por tipología y características en su balance diario del pasado jueves: de todos ellos, aún 281, el 76%, permanecen activos. A estos se asocian un total de 3.260 contagios. Los brotes avanzan prácticamente en todas las comunidades autónomas, las que más preocupan, Catalunya y Aragón, donde hay transmisión comunitaria del virus. Pero también Euskadi o el municipio murciano de Totana, al que el gobierno regional ha devuelto a la fase 1, registran una escalada de positivos. De acuerdo con la información de Sanidad, ahora mismo el mayor ámbito de riesgo es el social (reuniones familiares o de amigos, locales de ocio...), donde se agrupan más de tres de cada diez (un 32% y mas de 900 casos), seguido del laboral, con gran incidencia entre los temporeros, que concentra 'alrededor' del 27% de los brotes".
En materia administrativa, no sólo la Generalitat es el despiporre. La Seguridad Social, avisa La Vanguardia, está colapsada. No da abasto para gestionar pensiones y la renta mínima. Al ministerio de Escrivá se le han fundido los plomos, según apunta Eduardo Magallón: "Ayer por la tarde era imposible conseguir cita previa con la Seguridad Social en las provincias de Barcelona, Madrid, Zaragoza o Valencia. No había fechas disponibles. Según UGT no se puede en prácticamente en ninguna capital de provincia. Los sindicatos fueron muy duros con sus advertencias sobre el colapso en la tramitación y la atención presencial de solicitudes de pensiones, prestaciones o el ingreso mínimo vital el jueves pasado durante la reunión del Consejo General del Instituto Nacional de la Seguridad Social".
Continúa la nota: "En el consejo los representantes de CC.OO. y de UGT destacaron la labor que está haciendo el personal del instituto en un momento muy complicado. CC.OO. explicó que en el ultimo mes se han contabilizado casi 600.000 llamadas a la Seguridad Social que no fueron contestadas. Es tres veces más de lo que suele ser habitual, según los datos a los que ha tenido acceso el sindicato. También avisaron que las llamadas que sí se atienden son las habituales en una mes normal: unas 85.000. Y recuerdan que actualmente no es una situación normal. Ayer, fuentes del Ministerio de Seguridad Social que dirige José Luis Escrivá no pudieron facilitar datos sobre las demoras en la gestión o las esperas para conseguir cita previa".
Política. "El juez duda de la versión de la pareja de Dina y pide a la policía revisar el robo del móvil" asegura Pablo Gabilondo en un titular de El Confidencial. El caso que afecta al líder de Podemos, Pablo Iglesias, no hace más que embrollarse. Así arranca la noticia: "El juez de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal ha ordenado a la policía revisar la versión de la pareja de Dina Bousselham, Ricardo Antonio de Sa Ferreira, sobre el supuesto robo que sufrieron en el Ikea de Alcorcón en 2015. En una providencia del 23 de julio a la que ha tenido acceso El Confidencial, el magistrado recuerda que en 2019 aseguró 'haber recuperado algunas pertenencias' tras interponer la denuncia y, 'dada cuenta del estado de las actuaciones', pide a la policía judicial que realice 'gestiones en orden a la concreción de estos extremos y todas aquellas otras gestiones que puedan derivarse para el esclarecimiento de los hechos investigados'. Más de un año después de que la Audiencia Nacional comenzara a indagar en lo ocurrido, el caso vuelve al punto de partida".
Continúa Gabilondo: "A las ocho de la tarde del 1 de noviembre de 2015, tanto Bousselham como Sa Ferreira denunciaron ante la comisaría de Alcorcón que, cuando estaban a punto de salir del Ikea, a él le robaron su abrigo azul. En su interior, según el atestado policial, guardaban las carteras de ambos, sus dos móviles y documentación. 'Que en fecha, lugar e intervalo de horas arriba referidos [17:30-18:00], mientras se encontraban en el almacén (zona de salida), de Ikea, persona/s desconocida/s han sustraído el abrigo de su acompañante, sin percatarse de la maniobra de sustracción. Que no hay testigos de los hechos', explica la denuncia. El atestado subrayaba 'la obligación de comunicar a la autoridad competente el hecho de la recuperación de los objetos', pero no lo hicieron hasta llegar a la Audiencia Nacional cuatro años después".
Hoy comienza el congreso fundacional del nuevo partido, el enésimo, de Puigdemont, cónclave telemático que pasa por la laminación del PDeCAT y acabará el sábado 3 de octubre. Y se cumplen seis años de la confesión de Jordi Pujol.
25 de julio, santoral: Santiago el Mayor, Carmen Sallés, Glodesindis, Magnerico de Tréveris, Olimpiada de Nicomedia y Teodomiro de Córdoba.