El Gobierno cree percibir un inquietante ruido de sables, un notorio malestar en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A mediados de los ochenta cayó en desuso la expresión "ruido de sables", que aludía a la tensión en los cuartos de banderas de la oficialidad de un Ejército cuyos mandos se habían curtido durante el franquismo. Cualquier avance en materia de costumbres o estructura territorial provocaba bufidos militares que la clase política analizaba con lupa. Unas maniobras, por ejemplo, podían interpretarse como un aviso de la cúpula al Gobierno.
Aquellos tiempos pasaron y hoy no se percibe ningún peligro de involución por parte del Ejército. Tampoco por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Hay, sin embargo, un sector del independentismo y otro de la izquierda que persisten en tachar a los uniformados de fascistas y a los togados de franquistas, que creen que nada ha cambiado, que todo sigue atado y bien atado y que el Estado está controlado por los nietos de Franco.
Tales tesis pueden tener cierto predicamento en la parte podemita del Gobierno. Los que se reían de quienes consideraron la proclamación de la república catalana como un golpe de Estado posmoderno aseguran ahora que el Gobierno está sufriendo precisamente un golpe de Estado posmoderno. Golpista es el insulto de moda y "golpe de Estado", la etiqueta que triunfa en las redes sociales.
Sea como fuere, hay tensión en la Guardia Civil por los ceses del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Y tensión en el Gobierno por el indisimulado mosqueo de los mandos de la Benemérita ante los cambios en Interior. En El País se ocupa del expediente Carlos E. Cué: "El Gobierno cerró ayer filas con el ministro del Interior, Fernando Grande-Maslaska, ante lo que considera un pulso de algunos mandos de la Guardia Civil en su contra. En el Ejecutivo hay una creciente preocupación por el ambiente de tensión que se está calentando no solo en la oposición, sino en sectores de la justicia, la Guardia Civil o la policía. Fuentes gubernamentales aseguran que Marlaska no va a aceptar ningún pulso, pero confían en que el criterio jerárquico se imponga. A la crisis entre Interior y parte de la cúpula de la Guardia Civil se sumó ayer el durísimo clima político vivido en el Congreso. En los corrillos, los ministros ya no tenían dudas: la ofensiva contra el Ejecutivo es muy de fondo y busca su destitución, señalan varios de ellos, tanto del PSOE como de Unidas Podemos e independientes. En ese contexto enmarcan lo que consideran un pulso de mandos de la Guardia Civil contra Fernando Grande-Marlaska. Y por eso, pese a que en privado algunos muestran dudas por su gestión de esta crisis, el Ejecutivo en pleno decidió arroparlo en un cierre de filas".
Sigue la pieza: "Fernando Grande-Marlaska y Pablo Iglesias representan dos sectores del Gobierno de coalición muy alejados. El vicepresidente segundo viene del comunismo, del activismo antiglobalización, del 15M. El ministro del Interior fue un destacado juez de la Audiencia Nacional cercano a sectores conservadores, propuesto por el PP para el Consejo General del Poder Judicial. Ambos han mantenido tensiones importantes en los últimos meses por la política de inmigración, sobre la que tienen una visión casi antagónica. Sin embargo, fue Iglesias quien con más entusiasmo aplaudió ayer a Marlaska, puesto en pie como todo el Gobierno y los diputados del PSOE y de Unidas Podemos, cuando terminó la ronda de siete preguntas con las que la oposición trató de arrinconar al ministro en el Congreso".
En El Confidencial se destaca que la acometida de Grande-Marlaska no tiene precedentes. Firma la pieza Roberto R. Ballesteros: "El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pasará a la historia por haber acabado con una de las tradiciones más estables de la Guardia Civil, la que hace prevalecer el escalafón y la antigüedad de sus miembros en la estructura de mando sobre cualquier tipo de injerencia política. El titular de la cartera de la que depende la seguridad del país ha decidido pasar por encima de esa costumbre que hasta el momento habían respetado todos sus predecesores y nombrar a dedo a los máximos responsables operativos del instituto armado. En concreto, Marlaska ha designado al general de división Pablo Salas y al oficial del mismo rango Félix Blázquez como números uno y dos del cuerpo por debajo de la directora general, María Gámez, cuando éstos se encontraban en los puestos siete y nueve del escalafón, por debajo de nada menos que tres tenientes generales y otros tantos funcionarios de su mismo nivel, pero con más antigüedad en el cargo".
La pieza más singular de todas las relativas a Interior y el instituto armado es la que publica en Público Carlos Enrique Bayo, quien asegura que el ministerio está infestado por miembros del Opus agarrapatados ahí desde los tiempos de Jorge Fernández Díaz, principio y final de todos los males que nos asuelan. Escribe Bayo: "Como ministro, Jorge Fernández Díaz construyó en la cúpula de Interior un círculo de poder compuesto por afiliados o simpatizantes del Opus Dei, o incluso miembros de la Orden Constantiniana de San Jorge, a la que pertenece él mismo a pesar de no estar reconocida por el Vaticano. Más de tres años después del fin de su mandato, la Secretaría de Estado de Seguridad sigue estando controlada por adeptos a la Obra a pesar de que Fernando Grande-Marlaska ha destituido a más de una docena de altos cargos en sus dos años al frente del ministerio".
Sigue la cosa: "Fuentes de Interior conocedoras de la pugna en sus más altos niveles han asegurado a Público que 'hay una facción del Opus que controla la Secretaría de Estado de Seguridad, verdadero núcleo de poder del ministerio, y este sector siempre estuvo dirigido por Diego Pérez de los Cobos, quien sigue dominando la situación desde fuera. No se mueve nada en la secretaría sin que él lo sepa, porque ha dejado colocados allí todos sus peones'".
A todas estas, Grande.Marlaska fulminó ayer al número tres, el general Santafé, quien no estaba de acuerdo con los procedimientos ministeriales y con que otro general, Pablo Salas, más bajo en el escalafón, sea el nuevo Director General Operativo.
Estaba el patio entretenido con las purgas en Interior cuando se produjo el tremendo choque entre Pablo Iglesias y Cayetana Álvarez de Toledo, tremenda bronca en el Congreso en la que él la llamó a ella marquesa y ella a él hijo de terrorista en razón de que el vicepresidente ha presumido en alguna ocasión de que su señor padre militó en el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), que asesinó a media docena de agentes de la Policía y la Guardia Civil.
La escandalera tiene varios flancos y uno de ellos es que según un sector del PP, la portavoz dinamitó la estrategia del partido, que era cargar contra Marlaska. En El Independiente escribe al respecto Ana Belén Ramos: "'Usted es hijo de un terrorista, a esa aristocracia pertenece, a la del crimen político'. Esta frase fue el combustible que terminó de avivar el incendio que se produjo ayer en el Congreso de los Diputados. La pronunció Cayetana Álvarez de Toledo casi al término de la sesión, y su destinatario no fue otro que Pablo Iglesias, quien desde la tribuna advertía de acciones legales contra la diputada del PP al contemplar 'delito' en esta acusación".
Continúa el texto: "La tormenta política que desató Álvarez de Toledo en la Cámara Baja se dejó sentir durante y después de la sesión de control. Pero su polémica intervención también ha tenido consecuencias dentro de sus propias filas, provocando --otro-- cisma en la cúpula popular por el nuevo desmarque de la portavoz parlamentaria que acelera los rumores, infundados según sostiene la dirección del partido, sobre un posible repliegue del peso de la diputada en el futuro inmediato de la formación, donde los ojos ya están puestos en presentarse como alternativa electoral ante el desgaste del Gobierno de coalición. La interpelación de la portavoz del PP al vicepresidente segundo transitó en apenas segundos a una batalla campal, con reprimenda de Meritxell Batet incluida, en que la resolución de la presidenta del Congreso a la contienda provocó un enfado monumental en la bancada popular y en algún escaño de Vox. Y el discurso que llevó Álvarez de Toledo a la Cámara en la jornada del miércoles no fue consensuado, según fuentes solventes, con el resto de la dirección popular. Dista mucho, además, de la imagen que el PP quería llevar a la sesión de control, alejada de la polémica y 'centrada en Fernando Grande-Marlaska'".
Contra lo que pueda parecer en semejante fangal de país, ayer hubo una noticia positiva. La Unión Europea no mirará para otro lado. España recibirá 77.000 millones a fondo perdido y más de 60.000 mllones en préstamos vinculados a reformas estructurales. La pieza de La Vanguardia viene con la firma de Jaume Masdeu: "El paso que se da hoy no tiene precedentes. La Comisión Europea propone un endeudamiento a gran escala y que dos terceras partes del montante global sea repartido en forma de ayudas que no habrá que retornar. Es el plan que la presidenta Ursula von der Leyen presenta esta mañana y que prevé utilizar 750 mil millones de euros, de los cuales 500 mil millones lo serán en forma de transferencias, como planteaba la iniciativa francoalemana, y 250 mil millones vía créditos".
Sigue la pieza: "De estas cantidades España e Italia son los grandes beneficiados y con diferencia. Según los cálculos de la Comisión Europea, España conseguirá un total de 140 mil millones de euros, de los cuales 77 mil en forma de transferencias. Solo queda por detrás de Italia, que conseguirá 172 mil millones, de los cuales 81 mil en transferencias. Son los dos países más afectados por la crisis, los dos arrastrando ya una deuda elevada y, por lo tanto, los que más necesitan las ayudas europeas para evitar que el shock de la pandemia tenga resultados extremadamente asimétricos".
De regreso a las malas noticias, Nissan cierra en Barcelona. De la nota de Crónica Global: "La multinacional japonesa Nissan ha decidido cerrar su fábrica de Barcelona. La medida supone la destrucción de 3.000 puestos de trabajo directos y otros 20.000 indirectos y deja tocado al sector de la automoción, que genera el 10% del PIB de Cataluña". Se marchará en diciembre.
Más malas noticias. El número de fallecidos por el coronavirus es más alto que el que da por bueno el Ministerio de Sanidad y se eleva hasta las 43.000 víctimas. Del Abc: Las víctimas mortales registradas en España en poco más de dos meses (del 1 de marzo al 12 de mayo) superan las 43.000, un 52% más de lo habitual, según consta en los registros civiles, al salir a la luz 12.000 nuevas de las que no se tenía constancia. (...) En el total de los 43.000 fallecidos, se incluyen los 27.117 causados oficialmente por el Covid-19, si bien hay 15.993 que figuran en los citados registros civiles y que no cuentan como víctimas del patógeno, aunque gran parte lo sean. El motivo es que el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social únicamente contabiliza las muertes por coronavirus de quienes son testados con la prueba diagnóstica si bien hay personas a las que no se les realiza. Son porque el óbito se ha producido en residencias de ancianos, discapacitados o domicilios particulares".
28 de mayo, santoral: Germán de París, Guillermo de Gelona, Helicónides, Justo de Urgel y Ubaldesca.