Colapso en las morgues y baile de cifras
Disputa política por el número de víctimas y afectados por el coronavirus. Los hospitales de Madrid comienzan a ver la luz. El colapso de la UE y todo lo que vuela, nada o repta, a la cazuela
8 abril, 2020 09:24Ataúdes. En Barcelona se apilan en un garaje. Según una nota de Efe, el coronavirus ha colapsado el registro civil y el depósito de cadáveres de la ciudad. Del referido despacho de agencia que publica El Periódico: "La Comisión Ejecutiva del covid del TSJC ha constatado además la 'saturación' que presentan las neveras del depósito de cadáveres del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de la Ciutat de la Justicía de Barcelona, con capacidad para albergar 176 cuerpos, dado que la previsión de nuevos ingresos supera la de salidas".
En Madrid tampoco dan abasto. "La gran morgue de España" es el pequeño título que acompaña al foto de portada de El Mundo, en la que se aprecian los ataúdes alineados en el Palacio de Hielo de Hortaleza en la capital. De la cantidad de entierros en Madrid se infiere que habría unos 3.000 muertos más de los reconocidos oficialmente, apunta en portada El País.
El número de fallecimientos es objeto de una fuerte disputa política. El PP ha pedido una auditoría mientras que el Gobierno atribuye los posibles desfases a los diferentes sistemas de recuento de las comunidades y a retrasos en la gestión de los datos. En Cataluña, por ejemplo, la Consejería de Salud daba el martes una cifra de 148 víctimas mortales por la enfermedad mientras que el departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia informaba de que 205 personas habían fallecido el mismo día en residencias de ancianos. Los datos no cuadran. A buen seguro habrá que esperar a que pase lo peor de la pandemia para establecer un cálculo que nunca será exacto sino más o menos aproximado. En esto el Covid-19 sí que se parece a una guerra.
En El Diario, Elena Herrera subraya el método de conteo del ministerio de Sanidad: "Las cifras sobre el número de fallecidos con coronavirus que hace públicas cada día el Ministerio de Sanidad incluyen a las personas 'testadas positivamente' y dejan fuera, por tanto, a quienes han perdido la vida por causas que son sospechosas de ser compatibles con el Covid-19 pero a las que nunca se les realizó un test diagnóstico. Es lo que se deduce de la intervención en rueda de prensa del ministro de Sanidad, Salvador Illa, que ha asegurado que 'toda aquella persona que es diagnosticada postivamente y fallece se computa como fallecido por coronavirus'".
Sigue la pieza: "'Esto es un tema muy serio. Nosotros no jugamos a engañarnos con los fallecidos', ha señalado Illa a las preguntas de los periodistas sobre esta cuestión. En este sentido, ha insistido en que España tiene una de las definiciones 'más exigentes y rigurosas' de Europa sobre lo que es un fallecido por coronavirus y ha reiterado que 'las comunidades autónomas proporcionan datos conforme a esta definición de caso'. No obstante, ha evitado responder a qué ocurre con quienes mueren con síntomas pero no se les hace la prueba".
La Unión Europea continúa sin reaccionar. Está inmersa en una crisis que comenzó con el Brexit y puede resultar terminal con el coronavirus. Es la vieja dinámica norte-sur. Los países no se ponen de acuerdo en las medidas para afrontar la espantosa crisis económica que asoma tras la enfermedad. En El País escribe al respecto Lluís Pellicer: "Tras más de 15 horas de negociaciones entre los Veintisiete, reuniones bilaterales por videconferencia y recesos, los ministros de la UE siguen siendo incapaces de llegar a un acuerdo. Las líneas rojas tendidas por las capitales amenazan de nuevo con hacer descarrilar las negociaciones sobre la respuesta económica de Europa a la mayor emergencia que atraviesa desde la Segunda Guerra Mundial. Las diferencias entre Norte y Sur ponen en peligro anoche la aprobación de un paquete de créditos de más de medio billón de euros. La resistencia de Italia a tener que acudir al fondo de rescate (Mede), la exigencia de los halcones, en especial los Países Bajos, de fijar condiciones a los beneficiarios de esos préstamos y la demanda de los países más castigados de un plan de recuperación obstaculizan el pacto en un Eurogrupo. Tras toda la madrugada en blanco, los ministros siguen buscando un acuerdo, pero fuentes comunitarias empiezan a dudar de que un pacto sea posible".
Entre tanto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé la pérdida de doscientos millones de empleos.
Pero no todo son malas noticias. En El Confidencial subrayan en apertura que en Madrid se comienza a desatascar la situación hospitalaria. Escribe Paloma Esteban: "Madrid empieza a ver luz al final del túnel. El número pacientes ingresados en los hospitales de la comunidad más azotada por el Covid-19 se sitúan por debajo de los 14.000 por primera vez desde el 27 de marzo. Esta caída en el número de hospitalizaciones (el martes hubo 551 menos que el día anterior) se suma al desahogo que las Urgencias llevan notando días y que también cuentan con un dato muy esperanzador. Desde que comenzó la semana, las personas que requieren asistencia en las puertas de Urgencias se mantienen estables en la cifra de 300 o 400 diarias, lejos de los 1.300 pacientes que acudían el 16 de marzo, justo al decretarse el estado de alarma en toda España. Este lunes ya se produjo una cifra muy reveladora: solo 390 pacientes llegaron a los servicios de Urgencias en busca de asistencia, frente a los 1.955 del lunes anterior. El 80% menos en solo una semana. De ahí que se empiecen a ver imágenes de los hospitales con momentos en que sus Urgencias están completamente vacías".
El Gobierno ya prepara la fase de descompresión, sumamente delicada como saben todos los submarinistas. El asunto es vidrioso desde el punto de vista jurídico, pues pasa por el control de movimientos de la ciudadanía. En El Español firma la pieza de apertura Fernando Cano: "El Gobierno baraja obligar a todos los ciudadanos españoles a descargase una aplicación móvil que permita tener geolocalizados a los ciudadanos. Sería uno de los puntos centrales de la liberación escalonada de la movilidad que se prepara una vez que termine el confinamiento total que lleva en vigor desde el pasado 16 de marzo. El objetivo de Moncloa es emular el modelo coreano de contención de la enfermedad, que ha sido uno de los más efectivos para combatir la propagación del Covid-19. El país asiático fue uno de los primeros después de China donde se propagó el virus y alcanzó su pico de contagio el 29 de febrero con 813 nuevos casos, y que en un mes se han reducido a sólo 47 contagios diarios".
Como más vale no caer en teorías conspiranoicas sobre una bomba nuclear vírica china para controlar el comercio mundial habrá que acogerse para no volverse majara a la versión de que el virus surgió de un mercado de Wuhan y de la propensión de los naturales de aquel gran país a comer de todo, sin miramientos. En La Vanguardia escribe desde Hong Kong Ismael Arana una pieza sobre esa tendencia oriental: "Cuando estaba operativo, este zoco cumplía a la perfección con el dicho popular: “En China se come todo lo que vuela menos los aviones, todo lo que nada menos los barcos y todo lo que tenga patas menos las mesas”. Además de verduras, pescado o marisco fresco, en el ala oeste del complejo había a la venta, vivos o a trozos, cocodrilos pequeños, puercoespines, perros, ratas de bambú, crías de lobo, avestruces, patos, civetas, marmotas, conejos, serpientes o pavos reales. Un zoológico gastronómico que tuvo que echar el cierre el 1 de enero después de que varios de sus comerciantes y clientes comenzaran a mostrar síntomas de una nueva y extraña neumonía".
Al parecer, las autoridades chinas son incapaces de prohibir esa clase de mercados que llaman "húmedos".
8 de abril, santoral: Amancio de Como, Dionisio de Corinto, Flegón, Herodión y Julia Billiart.