Quim Torra i Pla: "A Eslovènia ens van dir que ells ho van fer i que nosaltres també ho podem fer. La via eslovena és la via de la llibertat. Els catalans hem perdut la por. No ens fan por. No hi ha marxa enrere en el camí cap a la llibertat. Els eslovens van decidir tirar endavant amb totes les conseqüències. Fem com ells i estiguem disposats a tot per viure lliures".
Pudiera ser que la última arenga del presidente de la Generalitat sea también su epitafio político, la tumba del torrismo. Era público que en otro acto de extrema audacia y enorme dignidad, Torra estará dos días sin comer (ya lleva uno), pero se desconocía que fuera a pernoctar dos noches en la abadía de Montserrat. Llegará el día en que revele si usa cilicio.
El daño causado en cuatro días a la causa secesionista es de calado. Por seguir con el lenguaje figurado, Torra se ha ametrallado de los pies a las rodillas. ¿Vía eslovena? ¿De verdad? Joaquín Luna aporta datos en su artículo para La Vanguardia: "Sólo un iluminado puede animar a seguir la vía eslovena. Que únicamente muriesen 63 personas --44 yugoslavos y 19 eslovenos, según la web del Gobierno de Liubliana-- y la independencia llegase en apenas diez días de guerra parece un peaje razonable para el president Torra (por cierto, evocar los Balcanes en la UE es de traca)".
Hay un cierto baile de números. Bernat Surroca firma un texto en Nació Digital con dos adendas, un muerto balcánico más y otros transeúntes que pasaban por ahí: "El conflicte, "força controlat", es va resoldre aviat, però va deixar desenes de morts, especialment del bàndol iugoslau. Segons les estimacions dels eslovens, l'exèrcit de la federació va patir 44 baixes i 146 ferits, mentre que ells van tenir 18 morts i 182 ferits. Dotze estrangers varen morir al conflicte, principalment periodistes i transportistes".
En un tono de amable reconvención, el equipo editorial del diario de Godó deja la puerta abierta a que Torra tan solo sea un ignorante de la vida: "Queremos creer que Torra ignora o ha olvidado temporalmente los detalles de lo ocurrido en Eslovenia en su camino hacia la independencia. Entre el 27 de junio y el 6 de julio de 1991 se desarrolló allí la guerra de los Diez Días, a cuyo fin se independizó Eslovenia, una de las seis repúblicas que con Croacia, Serbia, Bosnia, Montenegro y Macedonia integraban una Yugoslavia ya en descomposición tras la caída del muro de Berlín".
Aporta Cristian Segura en El País algunos detalles empíricos sobre la conexión nacionalista con Liubliana. Queda claro que saben de qué hablan cuando hablan de Eslovenia: "Los vínculos entre el nacionalismo catalán y Eslovenia vienen de lejos. Pahor aseguró tras la consulta ilegal del 1-O que "muchos corazones eslovenos laten por el pueblo catalán". El expresidente Jordi Pujol mantuvo una estrecha relación con el primer presidente de la república eslovena, Milan Kucan. Pujol explica en sus memorias que recomendó a Kucan que no esperara a la mediación europea y que declarara rápida y unilateralmente la independencia. Un joven Puigdemont viajó en 1991 a Eslovenia para observar el proceso de independencia. El líder de los observadores internacionales del 1-O fue el exministro de Exteriores esloveno Dimitrij Rupel".
A todas estas, los Comités de Defensa de la República (CDR) son los putos amos de la carretera y dentro de los Mossos hay un sofoco de mil pares con Torra y Buch, de cuya reunión purgativa no ha trascendido nada más que fue en el Palacio de Pedralbes, que podría acoger el Consejo de Ministros del 21D. Hay planes literales para ocupar el Parlament y el Palau de la Generalitat pasando por encima de los guardias. Las llamas del incendio francés lamen el paso de La Jonquera.
Los presos en huelga de hambre claman en vano contra los encapuchados. Con razón temen quedar opacados por una Navidad ardiente. Sobre ellos escribe Cristian Campos en El Español: "¿Huelga de hambre o pantomima? Cuando se cumple el décimo día de huelga "de sólidos" de los presos Jordi Sánchez y Jordi Turull, y el séptimo día de huelga de Josep Rull y Joaquim Forn, fuentes cercanas a los presos con las que ha contactado El Español hablan de las argucias que estos estarían utilizando para fingir una huelga de hambre que no es tal. "No comen sólidos, es cierto, pero sí beben batidos nutricionales que les proporcionan médicos ajenos a los servicios sanitarios de la prisión. Perderán peso, por supuesto, y eso les servirá de cara a los medios de comunicación, pero no están haciendo una verdadera huelga de hambre", aseguran estas fuentes".
Actualidad internacional. Theresa May está en la cuerda floja. Este martes se vota en el Parlament su acuerdo sobre el Brexit. O no. Escribe Carlos Fresneda en El Mundo: "Theresa May estudia el posible aplazamiento del voto del acuerdo del brexit, previsto para el 11 de diciembre, ante la perspectiva de una humillante derrota parlamentaria por más de 100 votos (propiciada por otros tantos diputados 'tories') que podría provocar su caída. Según reveló The Sunday Times, la premier podría ceder a las presiones de su gabinete para pisar el freno en Westminster en la última curva y lanzar una nueva ofensiva diplomática en Bruselas esta semana, coincidiendo con la cumbre de la UE el próximo jueves".
10 de diciembre, santoral: Nuestra Señora de Loreto, Eustacio White, Julia y Poliodoro Plasden.