Caza mayor. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, le ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la cabeza del ministro Josep Borrell. La multa de 30.000 euros por manejo de información reservada en Abengoa es plomo en las alas para el azote de los nacionalistas en el Ejecutivo. El ministro catalán, coartada para sofocar los ánimos de quienes opinan que no hay nada que negociar con los independentistas, es la diana de todas las invectivas.
El Govern de la Generalitat se solaza con el martirio recurrente del paso de Borrell por el consejo de administración de Abengoa a pesar de los registros de los Mossos en la Institució de les Lletres Catalanes y el Centro de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información (CTTI) para rastrear los contratos supuestamente fraccionados por la actual consejera de Cultura, Laura Borràs, cuando dirigía el primero de los entes citados.
Iglesias, que va de sibilino de Galapagar, dice que no hace falta pedir la dimisión de Borrell porque el ministro dimitirá solo en un acto de contrición de insuperable altura moral. Poco más o menos que lo Sócrates con la cicuta. Sucede que Sánchez cerró al cuota de ceses con Huerta y Montón y no parece, de momento, dispuesto a ceder a las presiones de sus incómodos socios podemitas. Menos aún a las de nacionalistas y conservadores.
Borrell está todo lo tranquilo que se puede estar en el ojo del huracán. Tal vez la tensión le jugara una mala pasada ayer, cuando dijo en la Complutense que la Conquista del Oeste fue una cosa de "matar a cuatro indios". Toro Sentado se ha levantado de la tumba ante el general Custer de la Pobla de Segur. El ministro de Exteriores lo ha sido todo en política, salvo presidente, de modo que está acostumbrado a las flechas y a que le quieran cortar la cabellera.
En El Confidencial advierten, no obstante, que se le cierra la puerta del retorno a Europa. Escribe Rafael Méndez: "Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo, icono del constitucionalismo en Cataluña, exaspirante a presidente del Gobierno tras ganar las primarias del PSOE, ingeniero y economista, referencia del socialismo durante décadas y uno de los políticos con más peso en la historia reciente de España, tiene desde el martes una enorme mancha en su expediente en forma de sanción en el Boletín Oficial del Estado. La multa de 30.000 euros por operar con información privilegiada en Abengoa no es una novedad, pero llega cuando Borrell estaba en las quinielas para aspirar a un puesto relevante en Bruselas y, según fuentes comunitarias, esto lastra sus aspiraciones".
Lo que en Borrell es una multa, en el caso del Rey emérito es la foto con Mohamed Bin Salman. Juan Carlos I aguanta y se aferra al consejo de don Camilo, quien resiste gana. Hoy asoma la testa en la portada de La Razón, que avisa: "Don Juan Carlos estará junto a los padres de la Constitución el 6-D". De la crónica de Aurora G. Mateache: "Ni la Casa del Rey ni el Congreso de los Diputados confirman la presencia del Rey Juan Carlos el próximo miércoles 6 de diciembre en la Cámara Baja con motivo del 40 aniversario de la Carta Magna. Sin embargo, desde el entorno del Rey Juan Carlos se informa de que el ex jefe del Estado sí tiene previsto acudir a los actos conmemorativos del día en que el pueblo español dijo "sí" a la Constitución. Y él mismo. Porque los entonces recién proclamados Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, fueron a votar como unos ciudadanos más la apertura hacia unos valores democráticos "presididos" por una Monarquía parlamentaria. Lo que se conoce como el proceso de Transición. El recuerdo que el Rey Juan Carlos tiene de aquella época en la que, de la mano de Adolfo Suárez, los siete padres de la Constitución, y las intenciones de consenso del amplio abanico político del momento, orquestó, ha hecho que quiera estar presente ese día y que las instituciones del Estado lo hayan aprobado".
A cuenta del emérito escribe un artículo en El Nacional Bernat Dedéu en el que no deja títere con cabeza en el sector independentista: "No et preocupis tant de la foto del rei, conciutadà, i pensa més en la fotografia de Lluís Llach redactant la constitució de la nonada República Catalana. No t’indignis amb els viatges del monarca, benvolgut company, i pensa en la fotografia de Carles Puigdemont, tot posat i orgullós en les seves aspiracions de desobediència, amb les resolucions en què el Tribunal Constitucional espanyol l’advertia de les conseqüències penals de les seves accions. No t’enfadis amb el rei i les seves putetes, caríssim compatriota, i pensa en la fotografia de la Crida, és a dir de Convergència, demanant-te deu euricus a fons perdut després d’haver-te robat amb el 3% molt més que no ho ha fet la monarquia espanyola. Si vols indignar-te amb les fotos, aimat company de lluita, recupera l’àlbum del Tricentenari, de les ruïnes del Born amb el comissari Torra i del Consell Assessor per a la Transició Nacional. Si vols emprenyar-te, creu-me amic meu, tens tota una corrua d’instantànies que et faran enrabiar molt més que la del rei coix".
Noticias republicanas. El conseller de Exteriores, Bosch, ya ha girado visita a Waterloo para retratarse con Puigdemont, que ha agradecido el gesto y ha lanzado --de paso-- el reproche de que Ernest Maragall se negó al paripé. "Hem parlat de la necessitat d'explicar al món la veritat sobre Catalunya i la repressió que estem afrontant", recoge El Món que ha dicho Bosch.
A falta de novedades de calado en el plano catalán de la verdad, Laporta es noticia. Amenaza con volver al Barça y convertir al equipo azulgrana en la selección nacional de Cataluña. Se ha dicho mil veces.
El caso del impuesto de actos jurídicos documentados todavía provoca temblores en el edificio judicial. Cisma total en la parte del Tribunal Supremo contencioso administrativo, votos particulares como navajazos. Es portada en El País con este titular: "La sentencia de las hipotecas plasma la feroz batalla judicial". Escribe Reyes Rincón: "Los votos particulares que firman 11 de los 13 magistrados que votaron en contra incluyen críticas muy duras. “Si el Tribunal Supremo pone en cuestión el valor de su jurisprudencia, cómo podrá pedirse respeto a la misma”, escribe José Manuel Sieira. Para Antonio Maurandi, la confianza en la justicia “queda gravemente quebrantada si, después de un cambio jurisprudencial extensamente argumentado, el más alto órgano jurisdiccional del Estado lo deja sin efecto”. Francisco José Navarro Sanchís lamenta “una reprimenda inaudita” a una de las secciones del tribunal. La Sala Tercera del Tribunal Supremo notificó ayer la sentencia que argumenta la rectificación sobre el impuesto de las hipotecas decidida por el pleno el 6 de noviembre. La resolución y los votos particulares firmados por 11 magistrados que se opusieron a esa decisión sacan a la luz la feroz batalla que se vive en la sala. Los magistrados que votaron a favor de que el impuesto de las hipotecas recayera en el cliente consideran que el cambio de criterio de octubre supuso un “drástico viraje” jurisprudencial “tan inopinado como radical”. Los magistrados discrepantes les reprochan con dureza el daño a la imagen del tribunal".
28 de noviembre, santoral: Catalina Labouré, Basilio, Félix, Honesto, Florenciano, Sóstenes y Urbano.