Menudo cumpleaños. El rey sopla medio siglo el día de Puigdemont en misión imposible edición marmota. El parque de la Ciutadella es la zero zone del circo catalán con trapecistas, domadores, equilibristas, prestidigitadores y payasos. La sexta temporada del proceso empieza como acabó la quinta, cuando el entonces sí presidente, en plenitud de facultades, dijo que convocaría elecciones pero proclamó a última hora la república del voto secreto en la escalera del Parlament. Ahora el juego es si viene o va, si se queda en Bruselas o desciende en parapente para ser ungido presidente.



¿Qué pasará en las próximas horas? De todo y nada bueno, pero imposible de determinar a ciencia cierta. El hombre del flequillo yeyé es un maestro del suspense en el punto culminante de una partida de ajedrez. Acaba de sacrificar (toma Tardà) a ERC en la pira de su jaque al Estado. ¿Qué parte no se entiende de Puigdemont o el diluvio? Volviendo al escenario del crimen, Puigdemont se acuerda de que el florentino Rufián le llamó traidor en el Twitter. O de cómo se puso Oriol Junqueras cuando se puso sobre la mesa una convocatoria electoral que habría abortado el 155. 



Toda la presión para Torrentel bisoño. Le asisten tres opciones: dejarlo correr (cancelar el pleno), tirar por la vía de en medio (arrancar y suspender la sesión) o entrar en un agujero negro, investir a Puigdemont y echarlo todo a rodar por el barranco. Las tres le van bien a Puigdemont. Las apuestas en las casas inglesas abundan por la segunda posibilidad, un pleno interruptus, una nueva tarde de infamia en la cámara, pero sin llegar hasta el final, en plan marcha atrás. Pelotazo a seguir.



elpais.200

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En La Vanguardia, Enric Juliana firma un análisis sobre las disputas internas en el frente amplio separata: "Las tensiones existen y dibujan un campo de batalla inédito: el proyecto de Puigdemont y sus fieles –reunificar la mayor parte del soberanismo en un nuevo sujeto político– frente a las resistencias del PDECat y la lógica animadversión de ERC, que hace apenas dos meses ya se veía como la nueva fuerza dominante. Digámoslo claro: Puigdemont no sólo quiere montarle un pollo al Estado; también quiere llevarse por delante a Esquerra".



Y añade: "Estas son las tensiones realmente existentes en Catalunya y sobre ellas está actuando el aparato estatal. A qué precio, se preguntaba el viernes Pérez Rubalcaba. Un precio alto: menospreciar al Consejo de Estado, una nueva oleada de irritación en Catalunya ante la evidente instrumentalización del Tribunal Constitucional y la consagración de Puigdemont ante el pueblo soberanista. El hombre de Bruselas se afianza como el líder indiscutido de la base social soberanista. En estos momentos, Puigdemont tiene todos los incentivos para intentar forzar una repetición electoral".



Cabe constatar que el horizonte residencial de varios diputados está en juego y que votar Puigdemont les puede salir muy caro, como apunta Reyes Rincón en un texto en El País: "Carme Forcadell, Lluís Guinó, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva y Dolors Bassa acataron en sus comparecencias ante el juez la aplicación en Cataluña del artículo 155 de la Constitución y se comprometieron a no volver a adoptar ninguna decisión contraria a la ley. En sus autos, Llarena admitió que estos compromisos podían ser "mendaces" y que existía el riesgo de que volvieran a delinquir, pero optó por primar su derecho a la libertad. Con una certeza: "Si volvieran al delito, el comportamiento podría corregirse completa e inmediatamente con solo adoptar la decisión de modificarlas medidas cautelares que apostaron por su libertad", escribió el juez en el auto con el que excarceló a todos los exconsejeros que estaban en prisión menos a Junqueras y Forn".



Noticias de Tractoria. El ayuntamiento gironino le niega a la fundación "Princesa de Girona" el uso del Auditori para la entrega de sus becas. De momento, el rey se personará en breve en Barcelona para asistir al Mobile, según la crónica de Carmen Morodo en La Razón: "La última visita del Rey Felipe VI a Cataluña fue en agosto del pasado año, con motivo de los atentados yihadistas en Barcelona y para participar, en una decisión histórica, en la manifestación de repulsa contra el terrorismo que recorrió la capital catalana. Desde entonces la activación del «procés» por parte del independentismo cortocircuitó las vías de diálogo institucional que quedaban abiertas, y hasta el Gobierno redujo su presencia en Cataluña a la espera de ver cómo evolucionaba el golpe secesionista. (...) La situación política puede alterar los planes, es una variable que hay que seguir teniendo en cuenta, pero la intención de Su Majestad el Rey es volver a Cataluña para respaldar con su presencia un proyecto tan importante desde el punto de vista económico, y para la proyección internacional de Barcelona y de España, como es el Mobile World Congress (MWC)".



El cumpleaños del rey certifica que si antes había juancarlistas, en la prensa de Madrid florece el felipismo, partido que ha acuñado el monarca por el discurso del 3 de octubre. En El País le niegan la foto de portada que le conceden todos los demás, pero en páginas interiores se suceden los parabienes. Rubén Amón firma una columna que refleja el tono medio: "Felipe VI cumple 50 años. Y el pasaje cualitativo y decisivo de este medio siglo consiste en los seis minutos televisados de su discurso del 3 de octubre. La tutela de la Constitución, el principio de unidad territorial y el papel integrador de la Corona adquirieron una dimensión terapéutica frente a la psicosis nacional. El rey se hizo necesario. Y se revistió de legitimidad. No ya preservándose a sí mismo de la guillotina, sino proporcionando garantías a la línea sucesoria de Leonor, cuyos 12 años se observan entre la ternura y el escalofrío hojeando las páginas del Hola".



El progreso del día queda reflejado en la historia de los ensayos de algunas marcas alemanas de automóviles con humanos y monos sobre los efectos de los gases de los motores diésel.



30 de enero, santoral: Armentario de Pavía, Martina de Roma y Matías de Jerusalén.