Empar Moliner no se rinde y pavor a Cs
El diario de Godó lamenta la resolución de Llarena sobre Junqueras, Forn y 'los Jordis'. 'El Periódico', inclemente, subraya la "aventura suicida" de los procesistas. La barricada del 'Ara'
5 diciembre, 2017 10:05Ha comenzado la campaña electoral, cosa que en Cataluña es el día de la marmota porque todo es campaña desde 2012. No hay más diferencia que la proximidad del 21-D, fecha en la que según la proyección del CIS seguirá la confusión y se agudizará la división. El detalle es que por primera vez una fuerza no nacionalista parte con ventaja en el sondeo de la agencia gubernamental. Marta Rovira ha tomado nota del subidón de la ciudadana Arrimadas e incluye a Ciudadanos en sus diatribas. Que viene Rivera, avisa Rovira abonando la desprejuiciada insidia de que los naranjas son primos de los camisas viejas.
La fatiga del proceso impregna el papel editado en Barcelona. Las fuertes emociones del mes de octubre han dado paso a resoplidos de resignación, estrés y cansancio. Los titulares subrayan la obviedad de que Junqueras y Forn se quedan en Estremera y los Jordis, en Soto del Real. La foto de portada es idéntica en todos los periódicos, la salida de Rull, Turull, Romeva y Mundó, agasajado el extitular de Justicia en el mitin de arranque de Esquerra. No hay pegada de carteles ni sonrisas a la cámara, lo que no deja de ser un alivio.
En el editorial de La Vanguardia se lamenta la situación procesal de los encarcelados: "Pese a tal excepcionalidad, y entendiendo que la justicia, a la que se desafió irresponsablemente, debe seguir su curso, diremos que hubiéramos preferido a los encarcelados en la calle. En particular a los que van en las listas, a veces en lugares tan destacados como Junqueras. Hubiera sido mejor verles expresándose con libertad, dentro de las limitaciones que han aceptado en sus declaraciones judiciales, y batallar electoralmente en igualdad de condiciones. Hubiera sido mejor que la reivindicación de su libertad cayera de los programas electorales. Eso hubiera favorecido la campaña, acercándola a una normalidad que es muy necesaria. Catalunya no puede seguir uncida, como en el último lustro, al carro de un proceso soberanista que ha acabado mal, dañando la convivencia y la economía. Sea cual sea la bandera que levanten ante el 21-D, todas las fuerzas políticas deberían coincidir en una prioridad: recomponer la convivencia y relanzar la economía. Es urgente revigorizar Catalunya. Y la mencionada prioridad brinda un eje transversal, único e ineludible para ello".
De otro tono es el editorial de El Periódico, que responde al giro estratégico del grupo Zeta: "Cuestiones legales al margen, (la prisión de Junqueras) ofrece argumentos al bloque independentista para seguir dibujando su imagen deformada de un Estado español autoritario, sin separación de poderes que coarta libertades y derechos fundamentales. La aplicación del artículo 155 de la Constitución es, según este relato, la expresión máxima de este autoritarismo".
Sigue: "Pero estas son unas elecciones autonómicas, y a ellas concurren los partidos catalanes, no un artículo de la Constitución. Entre los candidatos se encuentran aquellos que desde las instituciones embarcaron a todos los catalanes en una aventura suicida que ha acabado con la Generalitat intervenida y con una profunda crisis política, social y económica. Una aventura basada en falsedades y que deja una acción de gobierno paupérrima en sanidad, educación o políticas sociales. En prisión preventiva, fugados o protagonizando mítines, ha llegado el momento de que la ciudadanía pida y reciba explicaciones de los candidatos y actúe en consecuencia. En urnas de verdad y con votos que cuentan".
En esa línea destaca el artículo de Argelia Queralt en la misma cabecera: "Por todo ello, es importante que en estas dos semanas de campaña electoral exijamos a nuestros futuros representantes propuestas concretas sobre políticas públicas que superen el monólogo de las banderas y la pugna de identidades. Debemos exigir que vuelvan a la política, que hagan propuestas para mejorar la vida cotidiana de la ciudadanía y que apuesten por medidas constructivas que superen el frentismo en el que llevamos ahogados meses, que ahora tiene forma de políticos presos o huidos y que antes tuvo forma de falta de diálogo y de respeto de la ley. Lo que está en juego es la reconstrucción de la convivencia, y ahí no valen victimismos ni grandes consignas. Es hora de hacer política en el corto plazo, no cortoplacista, para garantizar el futuro político de Catalunya en el medio y largo plazo".
No es previsible que en Junts per Catalunya y ERC anoten el imperativo consejo. El soberanismo ha quedado varado en el instante en que la justicia comenzó a responder al golpe. Tras años de vacilar a los poderes del Estado sin consecuencias, la actuación de los magistrados Lamela, Llarena y Ramírez Sunyer mantiene a los dirigentes nacionalistas en la pura estupefacción puesto que ni en las peores pesadillas se imaginaban una réplica a la altura de sus desafíos.
En el diario de Godó, Antoni Puigverd retrata a Elsa Artadi como la gran y única esperanza de la posconvergencia: "Preciso es retener el rostro limpio y claro de Elsa Artadi: aparece en la lista barcelonesa del presidente en un discreto décimo lugar, pero podría convertirse en la heredera de Convergència, en la dueña de este extraño partido creado por Jordi Pujol a su imagen y semejanza, pero que, con los años, y a pesar de las catástrofes sufridas (fulminación política de Pujol, sacrificio expiatorio de Mas), resurge como el gato de siete vidas. (...) Avalada por un currículum impecable (doctorada por Harvard, profesora en Italia y en China), ha tenido padrinos de primera. Entró en la Administración catalana de la mano del más sabio: Mas-Colell. Ideó con éxito mejorable el sorteo de la Grossa. Con Artur Mas, se convirtió en pieza importante de la sala de máquinas de la Generalitat. Con Puigdemont devino asesora económica principal".
Puigverd se debe referir con lo de "mejorable" a que la Generalitat se quedó con el primer premio de la edición inaugural del sorteo.
De los equilibrios y equidistancias de las dos cabeceras principales no entiende el Ara, diario de movimiento parido con la pretensión de sostener argumentalmente la independencia. Prosa de combate para sobrevivir a las encuestas. Empar Moliner firma su columna desde la barricada y anuncia que la resistencia será como en Stalingrado, hasta la última bala: "Però ni els cartells caríssims, ni les prohibicions de iaies, ni les cíniques escortes, ni les hòsties, ni les paraules pitonisses de la Cospedal, ni les reunions en reservats on jo et prometo això i a canvi tu em dones això altre, res de tot això pot fer que de cop ens en tornem a casa com una tropa ordenada i grotesca. Ni de broma".
No se contempla dar un paso atrás ni para tomar impulso entre otras razones porque los analistas del diario yan han previsto el fin de España. Salvador Cardús firma un texto con tal vaticinio: "NO: ja no es tracta d’una confrontació entre legitimitat i legalitat. Ja ens ho podem treure del cap. Aquí hi ha un Estat venjatiu, enfollit, que vol arrasar. Ara deixa en presó incondicional els principals líders de l’independentisme, gent honesta, pacífica, lleial i sobretot digna -com els qui estan exiliats o en llibertat provisional-, perquè encara creu que la seva humiliació és el primer pas per a la liquidació definitiva del desafiament. I no: aquests són els darrers espeternecs d’un Estat feble, desacreditat i corrupte, governat per mala gent, que cada dia que passa és més a prop de la seva ensulsiada. Abans caurà l’Estat que no es fracturarà Catalunya. I això no és una amenaça: és el meu pronòstic".
Tratamiento anecdótico en la prensa local de los nefastos datos del paro en Cataluña, así como del quebranto económico continuado. El País, en cambio, insiste en el éxodo empresarial y anota las fugas de Argal y Pirelli. Faltan cuatro empresas para alcanzar la redonda cifra de tres mil cambios de sede, paso previo a la deslocalización.
5 de diciembre, santoral: Anastasio, Crispina, Crispino, Félix mártir, Geraldo, Pelagio y Sabas.