Soraya activa la "Operación Diálogo"
Las partes trazan líneas rojas: Constitución versus referéndum. Montoro le pispa al Govern el impuesto Daurella. Buenas noticias: Mendoza, premio Cervantes
1 diciembre, 2016 09:37La estimulante ducha escocesa consiste como es sabido en la alternancia de chorros de agua fría y caliente. En política podría denominarse el método Soraya&Montoro. Cada negocio tiene su propia versión del sistema poli bueno, poli malo, zanahoria y palo, cuyos resultados están fuera de duda y conjetura. Así, mientras la mujer de rojo (SSS) insinúa toda clase de ventajas en la denominada "Operación Diálogo", Montoro le echa agua al vino y le pispa a Junqueras el impuesto para las bebidas con azúcar. Mucho tuvo que insistir la CUP para que el Govern accediera a incluir el nuevo tributo contra Daurella y ahora llega el "liberal" Cristóbal y lo anuncia para toda España. Según El Punt Avui, el Ara y sus correlatos digitales, Espanya ens roba. Más ajustado sería decir que les copia.
Por otra parte, todos los medios subrayan que al ministro de Hacienda le ha dado ahora por prohibir los pagos en metálico de más de mil euros, medida que en líneas generales se considera un chiste, como lo de los condones de Rufián, que exhibió ayer en el Congreso su preocupación profiláctica en lugar de endilgar al personal un discurso ad hoc sobre el diálogo y Rocky Balboa.
Las partes parten de presupuestos incompatibles. La unidad de España frente a la independencia de Cataluña. Constitución versus referéndum. En el medio estará la virtud, o no. El caso es que el Ejecutivo está dispuesto a casi todo y el Executiu, también, pero en otro sentido. Marisa Cruz lo explica en esta noticia de El Mundo: "El Gobierno afronta la nueva legislatura en minoría con disposición al diálogo. En el caso de Cataluña, con un límite: no hay nada que hablar respecto a la exigencia de celebrar un referéndum de autodeterminación. La vicepresidenta y ministra de Administraciones Territoriales no dejó ayer ninguna duda al respecto. Sobre las 46 demandas presentadas hace un año por Carles Puigdemont a Mariano Rajoy, el Ejecutivo está abierto a la negociación de todas ellas. Dice sí al paquete completo con una salvedad: nada se puede dialogar en relación con la aspiración de independencia. No ha lugar a abrir en el Congreso una comisión de trabajo que dirima en tres meses sobre el derecho a decidir, como reclama el portavoz del PDECat (antigua Convergència) y, a la postre de la Generalitat, Francesc Homs".
El resumen, párrafos después, es meridiano: "Cataluña (la Generalitat) no tiene intención de rebajar sus demandas y el Gobierno de Rajoy no tiene voluntad de aceptar una negociación más allá de, como precisó Santamaría, aquellas cuestiones que afecten a la vida diaria de los catalanes. Y entiéndase con ello el contenido de 45 de las 46 peticiones que trajo a Madrid el presidente Puigdemont, el pasado mes de abril".
El cambio de paso del Gobierno ha provocado interesantes cambios y rebotes inesperados en la política catalana y mayormente en el propio PP local. Casimiro García Abadillo traza un análisis en El Independiente en el que le encuentra sustituto a Albiol en la figura de Nacho Martín Blanco, azote radiocatódico del procesismo. Escribe Abadillo: "La maquinaria ya se ha puesto en marcha. El tono y el contenido de los mensajes son inequívocos. La negociación sustituye en esta legislatura a la judicialización. Es la esencia de la política: poner la ley al servicio de un gran pacto. Otra línea maestra que recuerda a la Transición. (...) Xavier García Albiol, líder del PP catalán, representa la versión más antinacionalista del partido. Aterrizó como cabeza de lista en 2015 para frenar el ascenso de Ciudadanos, pero sus resultados no fueron los esperados: el PP cayó de 19 a 11 escaños ¿Es compatible el giro negociador del Gobierno con el mantenimiento de Albiol? Parece que no. O, al menos, eso es lo que opinan en Moncloa".
No se descarta nada, oigan. Ni el retorno de Josep Piqué ni un giro vidalquadrista. Ahí están Dolors Montserrat (semáforo verde en La Vanguardia porque quiere erradicar el botellón adolescente), Andrea Levy, que vive por la mañana en Madrid y por la tarde en Barcelona, o al revés, según se tercie, y el mismo Albiol, why not?
En cuanto a los progresos del Gobierno y del Govern, es muy ilustrativa la pieza de Leontxo García, la narración del duelo en El País entre Carlsen y Kariakin: "Magnus Carlsen podrá seguir diciendo que “la inteligencia es sexi” desde su trono de campeón dos años más. Pero lo hará tras respirar muy hondo porque superó (3-1) el día de su 26º cumpleaños a Serguéi Kariakin, de la misma edad, en un desempate de enorme tensión anoche en Nueva York. El noruego cobrará 550.000 euros menos una multa de 27.500 por no estar en la conferencia de prensa tras su derrota en la 8ª partida; el ruso, 450.000".
Atención a las fotos del encuentro de este jueves en el consejo de política fiscal y financiera. Va Junqueras y coincidirá con Soraya y Montoro, que copresiden el evento autonómico.
Buenas noticias. Eduardo Mendoza ha sido distinguido con el premio Cervantes. Y son dos las buenas noticias, el merecido premio al escritor y que no se lo han dado a ningún cantamañanas como Dylan. Todo el mundo está contento porque, según se dice, todo el mundo ha leído al menos una novela de Eduardo Mendoza. Qué país más culto. En El Español, Peio H. Riaño traza una crónica irreverente sobre el particular: "Eduardo Mendoza es a la novela lo que un chiste en un funeral. Quien dice chiste, dice pedo. Porque su elegancia british le permite ser el más escatológico de todos los novelistas. Y cómo le gusta. Por primera vez la ironía se vuelve en su contra y le entrega el premio más académico y canónico de las letras en castellano. A él, el menos académico de todos los autores, le tocará encorsetarse en un frac. Dice que sólo se ha puesto uno en su vida, prestado, para una boda. En abril, tendrá que volver a disfrazarse de lo que no es. Y Cervantes se regodeará en su tumba. Cuatro siglos después de haber muerto, por fin sonreirá. El mejor homenaje al autor del Quijote es que Eduardo Mendoza sea coronado con el Premio Cervantes".
Jordi Puntí, autor de la notable novela "Maletas perdidas", firma un artículo en El Periódico sobre su colega: "En 1986, cuando Eduardo Mendoza publicó 'La ciudad de los prodigios' se vio enseguida que su retrato picaresco y mundano del antihéroe, abriéndose camino en la vida, era también el retrato de Barcelona entre dos Exposiciones. La ciudad vivía entonces pendiente de los Juegos Olímpicos, esperando el gran salto adelante, y ese relato urbano necesitaba la inspiración de una 'gran novela de Barcelona'. El éxito fue inmediato y por méritos propios. Años después, en 1999, en la 'Nota inicial a una reedición', Mendoza contó que en realidad el mérito era de la propia Barcelona, de su transformación urbanística, y que él simplemente pasaba por allí con su libro. En cuanto a la gran novela de Barcelona, recordó que en el pasado había ya un buen número de obras que habían conseguido el mismo efecto, desde 'La febre d’or', de Narcís Oller, a la 'Vida privada' de Josep M. de Sagarra o la trilogía de 'Mariona Rebull', de Ignacio Agustí. Es decir, trazaba así una tradición viva de la Barcelona literaria de esos años del cambio de siglo".
1 de diciembre, santoral: Eloy, Cándida, Eligio, Natalia y Próculo.