Movilización de Tsunami Democràtic este sábado en Gran Via-Universitat /TSUNAMI DEMOCRÀTIC

Movilización de Tsunami Democràtic este sábado en Gran Via-Universitat /TSUNAMI DEMOCRÀTIC

Política

Tsunami intentará colapsar Cataluña tras las elecciones

El independentismo irredento que controla Puigdemont hace un llamamiento para incrementar las protestas a partir del lunes, tras “tener a punto” el engranaje

10 noviembre, 2019 00:06

Tsunami Democràtic, el movimiento que ampara Carles Puigdemont desde Waterloo y que convoca manifestaciones y protestas a través de una sofisticada aplicación de móvil, intentará colapsar Cataluña tras las elecciones. El “ensayo” se produjo este sábado, con acciones y actividades de carácter lúdico y reivindicativo en distintas localidades de toda la geografía catalana, y que tuvo su punto central en la plaza Universitat en Barcelona.

El propósito es claro: buscar la desestabilización del Estado, a modo de pulso ciudadano, con acciones que se irán repitiendo en el tiempo, y que van más allá de una protesta por la sentencia del Tribunal Supremo, por el caso del 1-O, o con la intención de influir en las elecciones generales de este domingo. Y es que tras los actos de este sábado, sin que se produjeran incidentes de relevancia, Tsunami Democràtic envió sus “reflexiones” sobre lo acontecido y de cara a este lunes.

Movilización de Tsunami Democràtic en Barcelona este sábado / TSUNAMI

Movilización de Tsunami Democràtic en Barcelona este sábado / TSUNAMI

Pendientes de Telegram

Al margen de reclamar que los que siguen la aplicación se pidieran un día de fiesta, entre el lunes y el miércoles de la próxima semana, para poder disponer de una masa de ciudadanos, Tsunami ofreció en la noche de este sábado toda una muestra de lo que pretende: incrementar el pulso al Gobierno del Estado, y seguir con acciones hasta que el propio Ejecutivo tome alguna decisión de calado. O hasta que se convoquen elecciones al Parlament de Cataluña, y se dibuje alguna mayoría que le interese al independentismo.

Eso es lo que pretende una parte del independentismo, la que dirige Carles Puigdemont y sus más fieles colaboradores en Junts per Catalunya, como la propia candidata al Congreso, Laura Borràs o el presidente Quim Torra, el más dispuesto a seguir todos los pasos. La dirección de Esquerra Republicana no está en eso, pero tampoco se ve capaz, en estos momentos, de apartarse de esa línea. Y la aplicación, de hecho, la siguen, a través de un canal de Telegram, más de 400.000 personas.

Aplicación de Tsunami Democràtic / TSUNAMI

Aplicación de Tsunami Democràtic / TSUNAMI

Contra la estrategia de ERC

La necesidad de parapetarse, porque el Gobierno ha comenzado a investigar con medios y convicción para conocer quién está detrás de Tsunami, ha llevado a sus instigadores a hablar constantemente de que es un movimiento de todos. “En todas partes la gente, Tsunami es todo el mundo, ha colaborado en los montajes para garantizar que las actividades se pudieran llevar a cabo”. Eso lo repite ya en los últimos días esa parte del independentismo que sabe que el Estado está detrás de las investigaciones y de esas actividades, como señaló con contundencia el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Lo que está en juego es la gobernabilidad de España y también de Cataluña. Tsunami, apoyado por los dirigentes de JxCat complica las cosas a Esquerra Republicana, que desearía poder gobernar la Generalitat e inciar algún tipo de diálogo con el Gobiern español. Pero Puigdemont intentará, hasta el final, que eso no suceda, y una de las fórmulas es forzar la intervención del Ejecutivo español con la aplicación de alguna medida, como el 155. Es decir, Tsunami estaría invitando al Gobierno a que aplique el 155 en una especie de "cuanto peor, mejor".

Miles de personas asisten a los actos de 'Tsunami Democràtic' en Barcelona / EUROPA PRESS

Miles de personas asisten a los actos de 'Tsunami Democràtic' en Barcelona / EUROPA PRESS

Apuesta por la "inestabilidad"

El Gobierno en funciones, el de Pedro Sánchez, este mismo lunes, deberá comenzar a pensar qué hace si las acciones de Tsunami Democràtic incrementan el tono. Y también en las próximas semanas y meses, porque esa es la determinación de ese sector del independentismo.

En la reflexión que se envía a los que siguen la aplicación se señala que no desean boicotear la jornada electoral, porque siempre han estado a favor de votar. Pero sí muestran su deseo de “hacer reflexionar al Estado”. El comunicado es explícito, al repasar las acciones realizadas este sábado: “Queríamos hacerlos reflexionar: mientras no haya diálogo, continuará la inestabilidad. Los conflictos políticos sólo se pueden resolver políticamente. El Estado no podrá continuar con la represión sin que encuentre, aquí, la respuesta ciudadana, determinación y acción no violenta constructiva. Y sentir la exigencia clamorosa de una solución democrática, #SpainSitAndTalk. Contra la represión, reflexión y acción”.

 

El Estado, detrás de Tsunami

Tsunami señala que este sábado la aplicación recibió “más de 1.000 ataques”, y que los ha resistido. “La aplicación ha resistido los ataques gracias a la colaboración de multitud de expertos de muchos países. La jornada ha servido de prueba para las jornadas de acciones que comienzan el lunes”, se señala.

El movimiento independentista reitera que defiende “el derecho de voto de este domingo, jornada electoral. Las urnas nunca nos dan miedo. Al contrario: es lo que justamente se reclama”.

Tsunami sentencia que el lunes “todo estará a punto”. Y que “va en serio”, llamando a que se siga con atención el canal de Telegram.

El 155 en la recámara

Ese es el camino que ha encontrado esa parte del independentismo, que, aunque promocionado por Puigdemont, tiene también el apoyo de distintas figuras del republicanismo, como el exconsejero Josep Huguet.

La operación se fraguó en Waterloo este verano, con la complicidad implícita de Esquerra. Pero ahora cobra una nueva dimensión y puede romper todos los esquemas que la dirección de ERC había programado: inestabilidad permanente a la espera de que el Gobierno español, del color que sea, acabe aplicando un nuevo 155.