Mazazo al cerebro del DNI catalán

El relevo en la Consejería de Interior, por primera vez en manos de ERC, ha ido acompañada de cambios poco estridentes, jalonados, eso sí, de rumores sobre el posible cese del Mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero. Los últimos movimientos afectan al Gabinete Técnico de la Secretaría de Interior, un departamento clave en el diseño de proyectos de seguridad, pero que estuvo expuesto a las presiones de CDC: estaba llamado a ser el cerebro de un nuevo DNI catalán.

Al frente de la jefatura del Gabinete Técnico, que depende de la Secretaría General de Interior, estaba Jaume Domingo Coll. El viernes pasado, el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) publicaba su cese mediante una resolución firmada por Oriol Amorós, histórico dirigente de ERC que el consejero Joan Ignasi Elena nombró como su número dos en el departamento. Portavoces de Interior han explicado a Crónica Global que todavía no se ha resuelto el relevo en ese Gabinete Técnico. Otras fuentes aseguran que la voluntad de la Consejería es otorgar a este cargo “un perfil más técnico”.

EL DNI republicano creado por el Consejo para la República que controla Carles Puigdemont

Coll ocupó este cargo por designación del exsecretario de Interior, Brauli Duart, miembro de la vieja guardia convergente, muy polémico por la impronta politizada de su gestión, pues se rodeó de personas de su más estrecha confianza. El predecesor de Elena, Miquel Sàmper (JxCat), cesó a Duart, pero mantuvo a Pere Ferrer, actual director general y que, tal como explicó este medio, ha aumentado su poder dentro del departamento.

Negociado técnico, clave en la seguridad

La designación de Coll como jefe del Gabinete Técnico causó sorpresa en medios policiales, dada su condición de licenciado en Geografía e Historia. Porque, lejos de ser un cargo más de Interior, este negociado, que como su nombre indica es técnico, es clave en la implementación de las políticas de seguridad del Govern. “Es una pieza importante y útil para diseñar políticas. Son quienes bajan a la realidad administrativa los proyectos, son quienes los concretan”, explica un experto en seguridad.

El ex Comisionado para la Transición Nacional de la Generalitat, Carles Viver i Pi-Sunyer

Sin embargo, los responsables de crear la arquitectura de la futura “república catalana” pusieron el foco en este Gabinete Técnico. Carles Viver Pi-Sunyer, exvicepresidente del Tribunal Constitucional, expresidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional y la persona a la que Carles Puigdemont encomendó planificar la mejora del autogobierno, quiso encargar al citado Gabinete el estudio de la implantación de un DNI catalán. No en vano, esta identidad secesionista ya era uno de los objetivos del expresidente Artur Mas.

Nuevo intento de Puigneró

Las pretensiones de Viver no prosperaron, entre otras cosas porque los técnicos de Interior tenían otras prioridades, como no podía ser de otra manera. Pero JxCat nunca desistió y Jordi Puigneró, actual vicepresidente del Govern y responsable de las Políticas Digitales, recuperó ese “farol independentista” de crear una identidad digital catalana, en forma de DNI o de aplicación. El relevo en Interior pone freno a esas pretensiones neoconvergentes, al menos en esa Consejería.

En paralelo, varias entidades independentistas, entre ellas la Assemblea Nacional Catalana (AMI), Plataforma per la Llengua y Òmnium Cultural, promocionaron una especie de documento catalán que se vendía por ocho euros en la web DNI.cat. Obviamente, carecía de rango oficial, aunque contribuía a financiar la causa procesista y fomentar una lista de buenos y malos catalanes.

Una forma de financiar el 'procés'

Más recientemente, el Consejo para la República, el órgano que Puigdemont controla desde Waterloo a modo de gobierno paralelo, creó la denominada Identidad Digital Republicana (IDR), una especie de DNI físico o digital para “ejercer derechos como ciudadano de la República (votar, participar...), identificarse y beneficios sociales (consumo estratégico, entidades sociales, medios, clubes..).

La identidad republicana con QR cuesta seis euros y la identidad digital con tarjeta física que incluye QR, 12 euros. De esta forma, el Consejo logra un nuevo sistema de financiación, tras el escaso éxito de llamamiento a inscribirse --Puigdemont aspiraba a tener un millón de afiliados, pero apenas supera los 98.000-- y la crisis que atraviesa.