El secretario general de Junts, Jordi Turull, junto a Laura Borràs y el diputado Albert Batet, en el Parlament / Lorena Sopêna - EUROPA PRESS

El secretario general de Junts, Jordi Turull, junto a Laura Borràs y el diputado Albert Batet, en el Parlament / Lorena Sopêna - EUROPA PRESS

Política

JxCat muestra su fractura interna y la falta de liderazgo a 10 meses de las municipales

Algunas agrupaciones solicitan una consulta sobre la permanencia del partido en el Govern con ERC a raíz del ‘caso Borràs’

2 agosto, 2022 00:00

Junts evidencia la división interna y la falta de liderazgo a cada paso que da. La última grieta en la formación posconvergente se ha abierto a raíz del caso Borràs, relativo a la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament, lo que ha motivado que algunas agrupaciones municipales estén solicitando a la dirección una consulta a las bases sobre si se debe permanecer o no en el Govern junto a ERC.

En paralelo, las encuestas tampoco acompañan, como refleja el descenso de Junts en el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat. Ello conforma un panorama nada halagüeño para el partido cuando faltan 10 meses para la celebración de las elecciones municipales.

El municipalismo teme quedar en el anonimato

Es este escenario el que preocupa a las entidades locales de Junts, que temen quedarse sin los feudos que controlan en los próximos comicios de 2023. Lejos queda la hegemonía de los convergentes, ahora agrupados en torno a un partido dividido. Es por ello que estas asociaciones, entre las que destacan las tarraconenses de Riera de Gaià, Creixell, El Catllar y El Vendrell, así como otras de la esfera barcelonesa como Igualada y Argentona han reclamado que Junts convoque una votación sobre si seguir o no formando parte del Govern con ERC.

Pere Aragonès, presidente catalán, en el Palau de la Generalitat el lunes / EP

Pere Aragonès, presidente catalán, en el Palau de la Generalitat el lunes / EP

Cabe recordar que la coalición ERC-Junts nació con serias dudas, dado que se produjo in extremis. El entonces secretario general del partido, Jordi Sànchez, defendió el acuerdo (luego refrendado por las bases) a pesar de que la formación se encontraba dividida entre esta opción y la repetición electoral. Pero ahora ese pacto independentista queda obsoleto en un momento en el que el propio CEO de la Generalitat admite que el no a la secesión se desploma al 41%, el nivel más bajo desde junio de 2017, antes del referéndum.

El miedo de JxCat a ser superado por ERC

No obstante, salir del Govern relegaría a Junts, que perdería visibilidad e influencia, así como relación con los ayuntamientos, credibilidad y, por supuesto, hay muchas familias que viven de ello más allá de los consellers (asesores y otros cargos). Hoy por hoy, en la esfera municipal, los posconvergentes cuentan con 370 alcaldías (casi todas, en poblaciones menores de fuera del área metropolitana de Barcelona), seguidos de ERC con 359 y el PSC con 89.

Las excepciones de Junts en el cinturón barcelonés se encuentran con Mercè Esteve, en Begues; Mercè Marín, en Montgat; Isidre Sierra, en Sant Climent de Llobregat; e Isaac Salvatierra, en Tiana. Y Girona, pese a la caída de influencia y poder en todas las encuestas, seguiría siendo posconvergente.

Partidos ganadores en los municipios del área metropolitana de Barcelona en las elecciones autonómicas del 14F de 2021 / Fotomontaje CG

Partidos ganadores en los municipios del área metropolitana de Barcelona en las elecciones autonómicas del 14F de 2021 / Fotomontaje CG

El poder provincial

Aunque al margen de grandes o pequeñas poblaciones existe otra variable: las diputaciones. En estos momentos, la Diputación de Barcelona --la más grande de las cuatro catalanas, que ha sido el primer paso de muchos presidentes de la Generalitat-- está gobernada por un pacto PSC-JxCat y presidida por la socialista Núria Marín. Pero más allá de esta y la de Girona, con un tamaño más reducido en el que mandan los posconvergentes, tanto Tarragona como Lleida están controladas por los republicanos.

Núria Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona / EP

Núria Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona / EP

Por si fuera poco, las juventudes del partido también suben fracturadas. “Nos sumamos al resto de bases de JxCat y exigimos la salida inmediata de este Govern de Pere Aragonès, que no reconocemos. La alta traición se paga, ERC y la CUP, por eso también señalamos a Aragonès: es enemigo del pueblo”, han asegurado en su cuenta de Twitter Joves Junts, lo que pretendía ser una escisión de Joventuts Nacionalistes de Catalunya (JNC), las oficiales de la formación de Borràs.

Fractura juvenil por la destitución de Borràs

“Tenemos que salir inmediatamente de este Govern que no reconocemos y obligar a unas nuevas elecciones donde los traidores no han de tener lugar y donde la presidenta debe ser Laura Borràs”, han recriminado desde Joves Junts en la red social. Esta entidad juvenil, fundada en 2021, quería aglutinar otras ideologías del espectro de su partido de referencia: JxCat. No obstante, tras algunos problemas en la dirección y el miedo a “hacer daño a JNC”, no constan como las oficiales de la formación. De hecho, las Joventuts Nacionalistes no se han hecho responsables de los tuits, y mantienen en su cuenta de Twitter su apoyo a Borràs con una frase de Golda Meir, la primera ministra de Israel entre 1969 y 1974 que fue apodada como Dama de Hierro por su política intransigente y su liderazgo.

Laura Borràs pronuncia un discurso desde el despacho de audiencias del Parlament tras su suspensión / CG

Laura Borràs pronuncia un discurso desde el despacho de audiencias del Parlament tras su suspensión / CG

Ante todas estas eventualidades y evidencias de fracturas internas, la política municipal tiembla por el pacto de Govern con ERC, que les puede hacer perder alcaldías de aquí a 10 meses. El tándem Jordi Turull-Laura Borràs deberá decidir. Mientras, las bases piden el fin de las relaciones con los republicanos, con el objetivo de recuperar un espacio político que, poco a poco, y tras el impacto de la destitución de la presidenta del Parlament; dejaría los peores resultados electorales de la historia de la vieja y la nueva convergencia, según apuntan la mayoría de los barómetros.