El 'indepe' tipo de Barcelona vive en Gràcia, es catalán de ascendencia y de clase media/alta

El proceso independentista ha generado pasiones encontradas. Los matices, las posiciones intermedias han quedado arrinconadas, aunque se intente en los últimos meses un acercamiento. Esas posiciones extremas afloran especialmente en Barcelona, de cara a unas elecciones municipales en las que se dirimirá un modelo de ciudad, pero con ese debate sobre la secesión todavía latente. La encuesta de Crónica Global, que marca una victoria del republicano Ernest Maragall, que podría alcanzar hasta los 13 concejales, deja también otros datos sobre esa polarización: el 24,9% de los barceloneses rechaza por completo la ruptura con España, mientras que el 28,1% la abraza sin dudar.

En la posición sobre la independencia de Cataluña, en una valoración de cero a diez, en la que cero representa que se está "totalmente en contra", y diez "totalmente a favor", esos extremos señalan dos tipos de electorado muy diferentes, con identificaciones completamente opuestas. Sobre esos parámetros deberán diseñar sus estrategias los diferentes candidatos.

Las posiciones intermedias obtienen porcentajes inferiores, aunque ha aumentado respecto a la encuesta de Time Consultans para Crónica Global del pasado abril. Si en aquel momento la puntuación media era del 5,9 --más próxima a ese diez que indica un fervor total por la independencia-- ahora es del 5,5 puntos, algo más bajo.

Independentistas en Gràcia

El porcentaje mayor, al margen de los dos extremos, se alza hasta el 14,9% de los barceloneses, que optan en esa valoración por un 5. Ese porcentaje era en abril del 10,3%, lo que indicaría (aunque tímidamente) que la apuesta por la independencia comienza a bajar.

Cuando se relacionan esas valoraciones con el sentimiento identitario se comprueban, según la encuesta, diferentes conexiones: las medias más elevadas a favor de la independencia se encuentran entre los barceloneses de 35 a 44 años; los que residen en el distrito de Gràcia, (se colocan en un 7) y los que tienen ascendencia catalana, con un 6,9. Las más bajas, en cambio, llegan entre los barceloneses de 75 años o mayores (4,8), los que viven en Horta o en Sant Martí --siempre por debajo del 5-- y los no nacidos en Cataluña (3,6).

Dos comunidades distintas

Eso indica, y aquí Barcelona no es ninguna excepción, que el movimiento independentista no es para nada transversal. Al revés. Ha reforzado dos comunidades existentes en función a la lengua utilizada, al origen social y a la ascendencia de los padres y abuelos. Como si se tratara de una Cataluña en pequeño, Barcelona reproduce esas comunidades, aunque con los extremos más polarizados.

Siguiendo esas referencias, sobre la identidad y la apuesta también por la monarquía parlamentaria actual o por una república, se obtienen otros porcentajes. El general indica que el 44,3% de los barceloneses se declara independentista, frente a un 36,1% que se ubica en lo que se ha dado a conocer como unionista. Un importante 19,6% aparece como indiferente o no desea contestar.

Cuestión social y económica

Por ubicaciones en los diferentes distritos, aparece la enorme presencia de independentistas en Gràcia, hasta un 62,3%; los de ascendencia catalana (61%), y los que se definen como republicanos, que son independentistas en un 60,4%.

Respecto a la situación socio-económica, el sondeo señala diferentes conexiones. Hasta un 44,7% de los que se declaran independentistas aparecen con un estatus alto en esa relación, mientras que el 39,4% de los contrarios a la independencia formarían parte del estatus medio-bajo.