El adoctrinamiento independentista de menores ha sido denunciado en repetidas ocasiones ante la Inspección de Educación del Gobierno español / EFE

El adoctrinamiento independentista de menores ha sido denunciado en repetidas ocasiones ante la Inspección de Educación del Gobierno español / EFE

Política

“Me insultan y me hacen el vacío por pedir el 25% de castellano para mi hijo”

Un vecino de Girona explica a 'Crónica Global' el calvario sufrido por defender sus derechos ante la justicia, que le ha dado la razón: lo tiene todo preparado para irse a Madrid

13 diciembre, 2020 00:00

Vive en un pequeño pueblo de Girona donde todo el mundo se conoce. De ahí que pronto se supiera que este padre separado, ahora en el paro, había acudido a los tribunales para garantizar que su hijo de 5 años pudiera estudiar en castellano. “Me insultan, me retiran el saludo e incluso me dieron una patada cuando iba en bicicleta”, explica a Crónica Global.

Prefiere no desvelar su identidad, pero lo hará cuando se vaya a vivir a Madrid. Porque no puede más. Nacido en Barcelona y dedicado al sector servicios, se trasladó a ese municipio gerundense porque allí viven sus padres. Le ayudan con el cuidado de su hijo, que estudia P5 en una escuela donde se dio cuenta de que “su tutora y la directora tenían dificultades para hablar en castellano”. “Yo no entendía esa situación y acudí a Ana Losada”, explica.

Proyectos lingüísticos

Se refiere a la presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña (AEB), quien le “ha ayudado un montón”. Indagó Losada y constató que, al igual que la mayoría de las escuelas públicas catalanas --un informe sobre los proyectos lingüísticos de los centros así lo demuestra--, el colegio de la pequeña población no cumple con el 25% de horas en castellano que exige el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), sentencia que posteriormente fue avalada por el Tribunal Supremo.

El protagonista de esta historia acudió a los tribunales para garantizar la escolarización de su hijo con ese porcentaje de horas. Asegura que, en un primer momento, otros padres le apoyaban, “pero uno tenía miedo a las represalias, otro alegó que tenía un negocio que se podía ver perjudicado… No se atrevieron”. Defendió su causa a solas ante el juez. Y le dieron la razón.

Las represalias

“La dirección del colegio se reunió de urgencia para cambiar los currículos”, explica. ¿Pero se cumple con la resolución judicial? “Mi hijo es muy pequeño, no sabe decirme. Pero lo que no he logrado es que la escuela me envíe sus comunicaciones en castellano”. Fue entonces cuando empezaron los insultos y el vacío por parte de otros vecinos.

“Algunos profesores no me saludan. Una persona se me encaró en el parque delante de mi hijo, pensé que me iba a pegar. Una vez estaba parado ante un semáforo y uno le pegó una patada a mi bicicleta. En la terraza de un bar, oí cómo hablaban de los fachas de Madrid”. No le consta, por suerte, que su hijo sufra acoso en el colegio.

“Me he sentido muy acosado”

Está convencido de que alguien llamó a su empresa para que le echaran. De hecho, ahora está en el paro. Quiere esperar a que su padre se jubile para trasladarse con él a Madrid. “Me he sentido muy acosado, solo por reclamar mis derechos. ¿Sabes lo que es irte al pueblo de al lado, pasear junto al mar y sentirte libre y feliz?”.

Considera que todo lo ocurrido es fruto del odio que algunos han inculcado.