Vidal Aragonés, el diputado de la CUP que ha explicado que se abstendrán en la investidura que propongan JxCat y ERC / CUP

Vidal Aragonés, el diputado de la CUP que ha explicado que se abstendrán en la investidura que propongan JxCat y ERC / CUP

Política

La CUP empuja la política catalana a nuevas elecciones

Los antisistema pasan de nuevo la patata caliente de la investidura a JxCat y ERC

3 marzo, 2018 15:39

El desmarque de la CUP de este sábado al acuerdo de investidura que Junts per Catalunya (JxCAT) y ERC aseguran que están a punto de cerrar deja más cerca la política catalana a la convocatoria de unas nuevas elecciones. Los antisistema han decidido abstenerse en la votación de nombramiento de un presidente autonómico. Con ello, añaden más tensión a las negociaciones que aún están abiertas entre las formaciones independentistas.

Para empezar, obligan a ERC a esclarecer aún más su apoyo a la candidatura de Jordi Sànchez o de cualquier otro candidato que la lista de Puigdemont ponga sobre la mesa. Sergi Sabrià, portavoz republicano, había afirmado mientras el consejo político de la CUP estaba en marcha que su partido no iba a bloquear ninguna propuesta de JxCat, que les superó tanto en votos como en escaños en el 21D.

Equidistancia calculada

Enmendaban de este modo sus polémicas declaraciones del día anterior, cuando aseguró que el candidato de ERC era Oriol Junqueras. Sabrià, con todo, supeditaba el apoyo de los republicanos a Sànchez siempre que la CUP hiciera lo propio. Y los antisistema han decidido mantener una posición equidistante calculada.

El diputado Vidal Aragonés ha asegurado tras la reunión el consejo político que optaban por una “posición en contra” a la propuesta que les habían hecho llegar JxCat y ERC.

Críticas a JxCat y ERC

Manifestaba que apoyar al líder de la ANC, que está en prisión provisional en Soto del Real, supone una “sumisión total a la legalidad española” que los antisistema consideran que ya está superada. Tal y como recordó la exdiputada Mireia Boya ante el Tribunal Supremo, para ellos la proclamación independentista no fue simbólica y quieren que Carles Puigdemont sea el candidato. 

Aragonés también vistió la declaración con un discurso en clave social. Aseguró que la legislatura a la que intentan dar forma JxCat y ERC “no afronta el marco de sufrimiento de las clases populares”. Exige más políticas en este sentido con el pacto aún abierto.

Investidura posible

Pero la CUP no votará en contra del candidato independentista en el Parlament, sea Sànchez, Jordi Turull o cualquier otro nombre con el que se ha especulado en los últimos días, como el de Elsa Artadi. Se abstendrá. Y con los resultados de las elecciones catalanas del 21 de diciembre en la mano, ello implicaría una victoria de los partidarios a la secesión.

Cs, PSC, CatComú y el PP suman 65 escaños, mientras que JxCat y ERC obtuvieron 66 representantes en la cámara catalana. Podrían proclamar a su candidato a la presidencia a la Generalitat en segunda vuelta, ya que sólo se necesitan más votos a favor que en contra. Pero la excepcional situación política en Cataluña enreda ese cálculo matemático.

Renuncia de Puigdemont y Comín

Para que la investidura llegue a buen puerto, Puigdemont debería ir más allá de su paso al lado temporal para permitir que Sànchez sea president. Debería renunciar a su escaño para que la lista que encabeza consolidase sus 34 representantes en el hemiciclo. ERC debería hacer lo propio con Toni Comín, el único exconsejero que mantiene el acta de diputado y que resta un voto a su formación.

La otra vía que se podría seguir para evitar que las listas corran sería la de negociar la abstención de CatComú. Aunque es poco probable que los de Xavier Domènech apoyen a un candidato de la refundación de CDC, formación que tanto ellos como Podemos han criticado de forma reiterada por los casos de corrupción que les afectaron. El caso Palau, el caso 3% y las derivadas del caso Pujol.

Discrepancias de los ‘indepes’

El consejo político de la CUP ha rizado el rizo de la situación política en Cataluña. Ahora las elecciones están más cerca, pero el escenario es tan inestable que nadie considera que este sea el punto y final de la negociación.

Se aprecia más como otro capítulo de las profundas discrepancias internas en la bancada independentista del Parlament.