El 'conseller' de Agricultura, Òscar Ordeig, atiende al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament durante la comparecencia por el brote de peste porcina africana
Illa arropa a Ordeig y niega errores porque la peste "no puso una sola vida humana en juego"
El presidente del Govern se revuelve ante las críticas del Parlament por su viaje a México y la hipótesis del bocadillo
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Y llegó el cara a cara. El Parlament ha acogido este miércoles la comparecencia de Salvador Illa por la peste porcina africana y el president ha hecho una defensa a ultranza del Govern frente a una oposición que tenía ganas de reprocharle por enésima vez su viaje a México y la teoría del bocadillo, en entredicho con la puesta en marcha de las investigaciones centradas en aclarar si se produjo un escape científico.
Se ha revuelto ante las críticas que Mònica Sales como presidenta del primer grupo de la oposición se ha encargado de descorchar tras el discurso inicial del socialista. La líder de Junts le ha criticado que no interrumpiera su misión institucional y comercial a México; "Tarde, mal y sin liderazgo" y "nula seriedad y confianza" son algunas de las fórmulas que ha esgrimido la diputada ebrense.
"Una cosa es gestionar y otra, liderar" ha ampliado Josep Maria Jové (ERC) en su intervención posterior, incidiendo en que "el sector necesitaba ver que usted estaba aquí". "No le pedíamos que cogiera una escopeta y se pusiera a matar jabalíes", en palabras del presidente de los republicanos en el hemiciclo, quien ha deslizado que Illa puso en riesgo el "prestigio" de la Generalitat.
La oposición ha sido prácticamente unánime en el reproche a vueltas con el viaje. Por ejemplo, Alejandro Fernández (PP) ha arrancado su interpelación pidiendo "rigor" en este debate y ha acabado valorando que Illa "debería haber vuelto antes atendida la gravedad de la crisis". Bajo su criterio, "se ha rozado el desastre" con un sector que representa el 20% del PIB industrial de Cataluña.
"No he cometido errores"
El jefe del Govern ha ensalzado su propósito en el país latino y ha rechazado que la alerta sanitaria le forzara a anticipar el final del viaje. "No he cometido errores, no ha habido nunca una vida humana en juego", ha dicho para justificar el mantenimiento de su agenda, apelando además a su "idea de país grande, con su capital invitada a la feria más importante del libro y con un Govern con capacidad y recursos para gestionar la situación".
En este sentido, Illa ha incidido en su reunión con el secretario de Agricultura del Gobierno de México, Julio Berdegué --quien le reconoció la "credibilidad" de las autoridades catalanas, españolas y europeas y se comprometió a reabrir el mercado en cuanto le permitiera las políticas internas del país-- y ha garantizado que estuvo "informado en todo momento", coparticipando en la toma de decisiones de su equipo.
También ha llamado a imaginar qué hubiera pasado si hubiese suspendido su misión al otro lado del charco, si esto "hubiese ayudado a reforzar la confianza o hubiese magnificado la cuestión". A su vez, ha reconocido que "claro" que estuvo "pendiente" de si debía avanzar su vuelta, pero no lo hizo porque podía mantener su presencia en Guadalajara y gestionar el brote de forma simultánea.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, responde a los grupos parlamentarios, durante una nueva sesión de control al presidente en el pleno del Parlament
La oposición se ceba con Ordeig
Y si bien ha arropado a los consellers Òscar Ordeig, Albert Dalmau, Núria Parlon y Núria Montserrat por los "satisfactorios" resultados --todos los positivos se circunscriben a la zona cero--, ha dedicado una parte importante de su respuesta a defender al titular de Agricultura. Este ha sido objeto de críticas, especialmente por señalar la posibilidad de que el brote tuviera su origen en el bocadillo con embutido contaminado de un transportista de paso por la zona.
Jéssica Albiach (Comuns) le ha reprochado "falta de prudencia y precipitación", Ignacio Garriga (Vox) y Sílvia Orriols (Aliança Catalana) han hablado de "ridículo" y Sales ha elevado el tono al pedir su cabeza. "Se sacó de la manga la teoría del bocadillo y señaló a un sector concreto. En un país con estándares democráticos más elevados, usted ya habría dimitido o hubiese sido cesado por el president, aunque no haya voluntad de una cosa ni de otra", ha manifestado la líder de Junts.
La diputada de Junts Mónica Sales interviene durante la sesión de control al Govern este miércoles en el Parlament
Illa cierra filas con el 'conseller'
Los ataques al conseller que ha liderado la contención del brote han molestado al presidente catalán. Y aunque este ha rechazado responder a consideraciones políticas --"no por falta de ganas"-- hasta que acabe la alerta sanitaria, ha rebatido las críticas al recordar que "un conseller del Govern de Cataluña no es cualquier cosa, sino que está para tomar decisiones y consultarlas con el president, y tiene todo mi apoyo".
Además, ha puesto a Ordeig como ejemplo de uno de los cuatro criterios que asegura están guiando a su Ejecutivo en la alerta sanitaria, como es la transparencia. "Prefiero un conseller que explique en las ocho o nueve ruedas de prensa que ha hecho cada día cómo están las cosas", ha dicho, antes de sacar pecho por el inminente final del brote de dermatosis nodular contagiosa, cuyas restricciones se levantarán el 26 de diciembre.
El conseller de Agricultura, Óscar Ordeig, atiende a los medios en los pasillos del Parlament
No obstante, la crisis de la peste porcina va para largo, según las estimaciones compartidas por Illa. "Mínimo un año, si hacemos las cosas bien"; mientras tanto, ha encargado al titular de Agricultura que comparezca regularmente en comisión para que no se diluya la rendición de cuentas que se han autoimpuesto en el seno de la Generalitat. Aunque la oposición se ha tomado como un "menosprecio" que el president haya evitado entrar al trapo.